Usted está aquí: sábado 16 de abril de 2005 Economía Registra la Bolsa la caída más fuerte del año, perdió 2.37%

Reflejan los mercados temores del gobierno federal de que aumenten tasas de interés

Registra la Bolsa la caída más fuerte del año, perdió 2.37%

Acumula el IPC siete semanas con resultados negativos, la racha más larga desde 1988

DAVID ZUÑIGA

Ampliar la imagen El edificio del Nasdaq, en el distrito financiero de Nueva York FOTO AP

El Indice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tuvo ayer la caída más fuerte del año: 290.51 puntos, equivalentes a 2.37 por ciento, para cerrar en 11 mil 942.70 unidades, el nivel más bajo en lo que va de 2005.

Con el resultado del viernes, el principal indicador del mercado bursátil mexicano acumuló siete semanas de resultados negativos, la racha perdedora más prolongada desde septiembre de 1998.

Este retroceso ocurrió un día después de que el secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, reconociera que el gobierno federal está preocupado por el déficit fiscal de Estados Unidos, el aumento de las tasas de interés y los precios del petróleo, y señalara que estos factores podrían representar riesgos para la economía mexicana.

Por su parte, César Castro Quiroz, del Centro de Análisis y Proyecciones Económicas para México (Capem), vaticinó que 2005 no será un buen año para la BMV, cuyo principal indicador cerrará en alrededor de 10 mil 200 puntos.

En la semana que terminó ayer el principal indicador del mercado bursátil acumuló una pérdida de 4.70 por ciento y en lo que va del año ha retrocedido 7.55 por ciento en comparación con el cierre de 2004.

Todos los sectores finalizaron la semana con pérdidas. Los más afectados fueron la industria extractiva, con una caída de 9.81 por ciento; el sector de "varios", con un retroceso de 5.98 por ciento, y la industria de la transformación, con una baja de 5.45 por ciento.

Las emisoras que más ganaron en la semana fueron GFGBM serie O, con un repunte de 10 por ciento, seguida de GMD serie B, 9.55, y Homex nominativa, con 3.32 por ciento.

La mayor perdedora fue Hylsamex: su serie L perdió 18.97 por ciento y la serie B 18.62 por ciento, en tanto que la serie B de Si-mec retrocedió 16.66 por ciento.

Mientras, el dólar interbancario cerró en 11.0815 pesos a la compra y 11.0845 a la venta. En las ventanillas de Banamex la divisa se compró en 11.92 pesos y se vendió en 11.19

Prevén más bajas

César Castro Quiroz pronosticó que los mercados bursátiles de los países emergentes seguirán a la baja en la medida en que Estados Unidos incremente sus tasas de interés, pues se prevé un menor crecimiento de la economía mundial y los inversionistas buscarán instrumentos que les den más seguridad.

En cuanto a México, el analista económico del Capem pronosticó que las tasas de interés (Cetes a 28 días) cerrarán el año en cerca de 11 por ciento. Asimismo, sostuvo que la sucesión presidencial y el "efecto López Obrador" seguirán teniendo influencia sobre los mercados, pues a los inversionistas les preocupa tanto la posibilidad de que el proceso contra el perredista genere brotes de descontento social como que consiga ser candidato.

Por lo que respecta al mercado cambiario, el analista prevé que el dólar tendrá fluctuaciones y podría llegar a 11.80 pesos; sin embargo, confió en que el Banco de México sabrá enfrentar cualquier ataque especulativo.

Por separado, el presidente de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Gerardo Cruz Vasconcelos, coincidió con el secretario de Hacienda en que el aumento de tasas de interés, el encarecimiento del petróleo y el enorme déficit fiscal de Estados Unidos, que ronda los 500 mil millones de dólares, repercutirán en el crecimiento de la economía mexicana, pues los réditos empezarán a subir en el segundo semestre de este año, lo que encarecerá el financiamiento de las empresas.

Cruz Vasconcelos sostuvo que el comportamiento de los mercados se debe fundamentalmente a factores económicos y señaló que los elementos políticos tienen un efecto marginal. "Ese temor ha quedado atrás porque se ha dicho que nadie desea manifestaciones que impliquen cierre de calles o de centros de trabajo. Eso da tranquilidad de que la tensión política no se va a traducir en violencia".

 
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