Usted está aquí: jueves 14 de abril de 2005 Opinión NAVEGACIONES

NAVEGACIONES

Pedro Miguel

Viaje virtual a Irán

La vida de Googoosh

Entre la atrocidad y la reforma

Muere Andrea Dworkin

EL DIA 3 RABEI al-awal del año 1426 de la Hégira, las agencias reportaron que el parlamento iraní despenalizó el aborto en situaciones de malformación del producto, siempre y cuando la interrupción del embarazo se realice en los primeros cuatro meses de la gestación. Hasta ese día, que en el calendario gregoriano corresponde al 12 de abril de 2005, la única excusa legal para abortar en la República Islámica era un riesgo de vida para la madre. Requisitos: que el padre otorgue su consentimiento y que tres médicos confirmen una deficiencia mental o malformación física del feto. Problema: antes de que la ley entre en vigor deberá ser sometida al Consejo de los Guardianes, órgano de última instancia en la aprobación de las leyes, dominado por clérigos conservadores, y encargado de velar por que las normativas parlamentarias no se contrapongan con la Constitución ni con el derecho islámico. Aparte de las dos salvedades mencionadas, el aborto está estrictamente prohibido -aunque se practique masivamente, como en cualquier parte- y la interrupción del embarazo se castiga con penas de tres a 10 años de prisión. De cualquier forma, esa tímida seña de apertura me hizo recordar otra igualmente tenue: el levantamiento de la prohibición a Googoosh de que saliera del país. Esa diosa iraní de caderas anchas, considerada la reina persa del pop, y silenciada en Irán desde los tiempos de la Revolución de Jomeini (1979), recibió la autorización del presidente Mohamed Jatami para que viajara al extranjero. El 15 de marzo, en Dubai, Emiratos Arabes Unidos, la cantante ofreció un concierto magno al que asistieron 30 mil personas, iraníes en su mayor parte. Previamente Googoosh causó tumultos y aglomeraciones en Estados Unidos y Canadá.

LA HISTORIA DE la artista es aleccionadora. Hija de inmigrantes armenios, nació en Teherán en 1951. Su padre, acróbata de oficio, quiso bautizarla como hoy se llama, pero Googoosh es nombre masculino y no se lo permitieron, por lo que fue registrada como Faegheh Atashin. Los progenitores de la niña se separaron cuando ésta tenía dos años, y desde entonces hasta que cumplió 13 se le impidió ver a su madre. Cuando llegó a los tres, el padre la metió en sus espectáculos, como imitadora de las cantantes del momento. Pronto se convirtió en estrella infantil y en los primeros años 70, ya adulta, Googoosh experimentó un ascenso meteórico hasta convertirse en la figura central del espectáculo -música popular y cine- en su país y en la referencia principal del glamur femenino. Las mujeres iraníes imitaban los peinados audaces y los vestidos estrambóticos de la cantante. Cuando los ayatolas llegaron al poder, la mayor parte de la gente de espectáculos optó por irse del país. Googoosh, en cambio, decidió quedarse, encerrarse en su casa y ponerse un velo cada vez que salía a la calle. La artista guardó silencio durante dos décadas, en las cuales sus grabaciones siguieron siendo las más vendidas en el país. En 2000 fue autorizada a salir de Irán y de inmediato volvió a los escenarios. Hoy vive en Toronto y sigue siendo La Reina. Abran el último de estos links y deléitense con su gaznate de oro.

http://www.islamenlinea.com/guia-islam/calendario.html

http://www.webislam.com/cont/Salat.htm

http://www.lanacion.com.ar/695479

http://www.elmundo.es/elmundo/2005/04/12/sociedad/1113320240.html

http://www.googoosh.com

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_1233000/1233992.stm

http://store.yahoo.com/eworldrecords/mordab.html

LAS MUJERES DE la República Islámica sin duda siguen padeciendo represión, discriminación y opresión atroces, pero esa realidad se ha ido matizando en forma lenta y, al parecer, indetenible. Hace cuatro años El País entrevistó a Masumek Ebtekar, entonces vicepresidenta y ministra de Medio Ambiente, y aunque la funcionaria soltó mucha paja oficialista, hizo valer un hecho indudable y contradictorio: aunque la Revolución Islámica "impuso el chador a las mujeres, les ha dado al mismo tiempo un protagonismo laboral, político y cultural que no tiene precedentes en la historia del país". Dijo la funcionaria: "A las sociedades musulmanas nos queda un largo camino para alcanzar los objetivos del verdadero Islam, como la democracia y la igualdad de la mujer. Y en la sociedad iraní tenemos muchos fallos. Ahora estamos en plena campaña contra la pobreza, la discriminación y la corrupción. No, no somos perfectos, pero aspiramos a la perfección".

HAY QUE TOMAR con pinza la acentuada imperfección iraní y no olvidar que en 2001, ya con Jatami en la Presidencia, dos mujeres fueron lapidadas. Una de ellas, Maryam Ayubi, fue condenada a esa muerte atroz, ya que en complicidad con su amante asesinó a su marido. Pero el delito que le valió la pena capital no fue el homicidio, sino el adulterio. La otra fue ejecutada meses antes por haber participado en la filmación de una película pornográfica.

EL JUICIO (EL PERSONAL de uno, no el de los tribunales islámicos) se complica a la luz de lo que sigue: en julio de 2002, en Teherán, cinco violadores contumaces que se hacían llamar Los Buitres Negros fueron ahorcados en ejecuciones públicas a las que asistieron cientos de espectadores, muchos de los cuales aplaudieron el espectáculo. Los desmanes de los violadores se habían hecho tan notorios que no hubo llamados de último minuto a la clemencia ni protestas de opositores a la pena de muerte. "Siento alivio al ver esto -dijo a Reuters una joven mujer que viajó 200 kilómetros para asistir a las ejecuciones-; también es bueno que lo vean los hombres, para que dejen de acosar a las mujeres." Sólo uno de los colgados, Payam Amini, pidió clemencia. El joven tuvo el infortunio adicional de ser ejecutado con una horrible cuerda sintética de color azul chillón. La complejidad de esa información fue reducida a un mero alegato racista por un sitio finlandés más bien nazi, empeñado en demostrar que la culpa de todos los males europeos la tienen los inmigrantes islámicos.

UNA BARBARIDAD PARECIDA a la que sufrió Maryam Ayubi estuvo a punto de ocurrir el año pasado. El caso de Leyla Mafi, una retrasada mental de la localidad de Arak que había sido condenada a muerte por delitos "relacionados con la castidad", fue dejado en suspenso por el Tribunal Supremo y la ejecución fue suspendida.

http://www.pangea.org/~ariadna/iran-entrev-ektebar-pais.htm

http://news.bbc.co.uk/2/low/middle_east/1435760.stm

http://news.bbc.co.uk/2/low/middle_east/2287381.stm

http://kotisivu.mtv3.fi/jjokunen/political_correctness_and_islam.htm

http://web.amnesty.org/library/Index/ESLMDE040032005?open&of=ESL-373

INTERRUMPO LA TRANSMISION desde Teherán para consignar la muerte de la feminista radical Andrea Dworkin, nacida el 26 de septiembre de 1946 en Camden, Nueva Jersey, y quien, de acuerdo con sus propios esbozos biográficos, se desempeñó en este mundo como prostituta, camarera, maestra, recepcionista, vendedora, obrera, ensayista, pareja maltratada, novelista y activista, aunque posiblemente sea recordada sobre todo como una enorme provocadora. A Dworkin le encantaba ejercer de iconoclasta y emprendió cruzadas contra la guerra de Vietnam, contra la familia, contra el matrimonio, contra la pornografía e incluso, a decir de algunos, contra las relaciones sexuales entre las hembras y los machos de la especie humana. Clayton James Cubitt, Siege, fotógrafo y pornógrafo joven y brillante, le atribuye la frase siguiente: "el coito heterosexual es la forma pura y formalizada de desprecio hacia el cuerpo de las mujeres". En uno de sus últimos libros, Scapegoat: The Jews, Israel, and Women's Liberation (Cabeza de turco: los judíos, Israel y la liberación de las mujeres), la autora fallecida llegó a plantearse que las mujeres, al igual que los judíos, debe-rían tener derecho a un país propio. A pesar de sus filípicas, Dworkin pasó la mayor parte de su vida (30 años) al lado de un hombre, con quien contrajo matrimonio en 1998: John Stoltenberg, editor de la revista AARP. La homosexualidad de ambos hizo posible ese arreglo singular en el que se describían como "compañeros de vida". La necrología publicada por The Washington Post sugiere que su muerte pudo producirse por causas no naturales: "Un vocero forense de Washington DC (donde vivía Andrea) dijo que se requiere de exámenes adicionales para determinar la causa del fallecimiento".

http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A45447-2005Apr11.html

http://www.nerve.com/Regulars/photoblog/dailysiege/index.asp?id=47e1577

http://www.answers.com/topic/andrea-dworkin

http://www.nostatusquo.com/ACLU/dworkin/

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