Usted está aquí: jueves 14 de abril de 2005 Sociedad y Justicia Reprueba Unicef el trabajo infantil en campos agrícolas

Yasukawa elude comentar sobre el rancho de los Fox

Reprueba Unicef el trabajo infantil en campos agrícolas

La representante del organismo en México refiere que en el país hay 3 millones de jornaleros de entre 6 y 14 años

ALMA E. MUÑOZ

La representante en México del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Yoriko Yasukawa, eludió comentar sobre el empleo de menores de edad en los campos agrícolas de la empresa El Cerrito, de la familia Fox Quesada; sin embargo, externó su preocupación por que se utilicen a menores de edad en negocios familiares o de pequeña agricultura, ya que eso va en contra de la ley.

Tras la presentación del Indice de los derechos de la niñez mexicana, que permite evaluar en qué condiciones se encuentra el país en materia de respeto a las garantías de los menores de 5 años, Yasukawa no negó conocer el asunto difundido por La Jornada de que los hermanos Fox Quesada violan las garantías más elementales de sus empleados -entre ellos menores de edad-, a quienes no ofrecen seguridad social ni fondo de retiro y les imponen jornadas mayores a ocho horas en los campos de su empresa, pero ''no sería apropiado comentar sobre ese caso en particular'', respondió la funcionaria a pregunta expresa.

Yasukawa, sin embargo, sí abundó sobre el trabajo infantil y la vulnerabilidad en que se encuentran los niños jornaleros agrícolas. Recordó que recientemente el Unicef y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática realizaron una encuesta sobre la incorporación de menores de entre 6 y14 años en el mercado laboral, y aunque la cifra va a la baja, se calcula que aún hay más de 3 millones de menores laborando en el sector.

''La mayoría trabaja en negocios o en pequeña agricultura familiar. No son grandes empresas que emplean a miles y miles de niños, pero aun así es una preocupación que va en contra de la ley", afirmó Yasukawa.

Manifestó que el organismo internacional colabora con diferentes instancias del gobierno mexicano sobre cómo asegurar educación para los infantes que emigran, lo cual calificó de asunto difícil.

''Uno de los temas es cómo adaptar el programa Oportunidades, para que las becas se otorguen y los niños no tengan que interrumpir su enseñanza.''

Casi de panzazo

En el Indice de los derechos de la niñez mexicana presentado ayer se afirma que, en una escala de 0 a 10, el país mejoró -al pasar de 4.68 en 1998 a 5.71 en 2003- en lo relativo a acciones para el cumplimiento de tres derechos prioritarios para quienes tienen de 0 a 5 años: a vivir, a desarrollarse saludablemente y a la educación.

No obstante, el documento también evidencia que las desigualdades sociales que prevalecen en los estados impiden que los menores de edad ejerzan sus derechos básicos de manera uniforme. Los países del norte del país son los más avanzados en la materia, contra los que tienen mayor presencia indígena.

Por ejemplo, Nuevo León obtuvo un valor de 8.10, mientras Guerrero 2.90. Lo anterior significaría, según el texto, "que, en promedio, una niña o un niño nacidos en esta última entidad tendrían proporcionalmente casi una tercera parte de las oportunidades de conservar la vida, de crecer saludablemente y de educarse durante los primeros años que unos del estado del norte''.

Al respecto, Yasukawa enfatizó que esta herramienta permitirá evaluar el avance o retroceso en las condiciones que presenta la niñez mexicana, mientras Mario Luis Fuentes, presidente del Observatorio Ciudadano de Políticas de Niñez, Adolescencia y Familias, llamó a construir una red nacional que articule el cumplimiento de los derechos de la infancia porque "no es ético" que aún existan menores con desnutrición, que padecen explotación sexual o laboral o carezcan de acceso a la educación.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.