Usted está aquí: jueves 14 de abril de 2005 Economía EIU: ampliar cobertura y diversificar inversiones, retos del sistema de pensiones

Carece de protección social 63 por ciento de la PEA en México, afirma

EIU: ampliar cobertura y diversificar inversiones, retos del sistema de pensiones

La reforma del sistema de pensiones de los trabajadores del Estado no será suficiente para resolver los problemas que generará el envejecimiento de la población en México, advirtió Economist Intelligence Unit.

En un análisis sobre los sistemas de pensiones en América Latina, los analistas Paula Gosís y Lorenzo Sigaut señalan que la reforma del sector debe concentrarse en ampliar la cobertura, pues menos de la mitad de la población económicamente activa (PEA) y menos de un tercio de los trabajadores del sector privado están afiliados a algún sistema de pensión. Esto significa que a futuro el gobierno tendrá que hacer grandes erogaciones en programas sociales para atender a la población desprotegida.

EIU señala que desde los años ochenta América Latina ha sido el laboratorio del nuevo sistema de pensiones recomendado por el Banco Mundial para hacer frente al envejecimiento de la población, la escasez de recursos fiscales y el crecimiento del sector informal.

El primer país en adoptar el nuevo sistema fue Chile, en 1981. Le siguieron Perú (1992), Colombia (1993), Argentina (1994), Uruguay (1996), México y El Salvador (1997), Bolivia (1998), Costa Rica y Nicaragua (2000), Ecuador (2001) y República Dominicana (2003). De acuerdo con el Banco Mundial, las elevadas comisiones que cobran las administradoras de fondos para el retiro son una característica particular del sistema de pensiones en América Latina, especialmente en años recientes. En Chile se calcula que las comisiones absorbieron la mitad de las aportaciones del trabajador promedio que se retiró en el año 2000. En el país sudamericano las comisiones alcanzaron un máximo de 4.87 por ciento del ingreso promedio gravable, aunque la tasa bajó a 2.27 por ciento para 2004, una de las más bajas de América Latina.

Los analistas destacan que debido a la concentración del mercado, el número de administradoras de fondos se ha reducido paulatinamente y las prácticas anticompetitivas se han convertido en un riesgo. Existe evidencia de que la concentración del mercado ha reducido los costos e incrementado las utilidades; sin embargo, esto no se ha traducido en comisiones más bajas para los trabajadores.

En cuanto a México, los analistas destacan que 63 por ciento de la población económicamente activa no está cubierta por algún sistema de pensiones, pues el Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) cubren sólo a 37 por ciento.

En 2004 las Sociedades de Inversión Especializadas de Fondos para el Retiro (Siefore), administradas por las Afore, manejaban 445 mil millones de pesos, una cifra apenas 6 por ciento inferior al producto interno bruto; sin embargo, existen diversas restricciones para invertir estos recursos y ello ocasiona que la mayor parte de la cartera esté en instrumentos de deuda pública.

Por lo que respecta al ISSSTE, los analistas destacan que su déficit actuarial a valor presente equivale a 45 por ciento del producto interno bruto y el del IMSS equivale a 13 por ciento del PIB, de acuerdo con cifras oficiales.

Las propuestas para reformar el sistema de pensiones del ISSSTE buscan fortalecer el vínculo entre las aportaciones y los beneficios mediante la aplicación de un sistema de cuentas individuales administrado por alguna entidad pública o privada.

Algunas propuestas más ambiciosas plantean crear un sistema nacional de pensiones de cuentas individuales y con una pensión mínima garantizada por el Estado; sin embargo, estas iniciativas seguramente enfrentarán oposición política y es poco factible que se logren avances hasta que el nuevo gobierno tome posesión, en diciembre de 2006.

Los economistas de EIU hacen hincapié en que un nuevo sistema de pensiones para México deberá enfocarse en ampliar la cobertura y alentar que las administradoras de fondos para el retiro (Afore) diversifiquen sus inversiones, que actualmente están excesivamente concentradas en instrumentos de deuda pública.

Redacción: David Zúñiga

 
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