Usted está aquí: martes 12 de abril de 2005 Opinión Los que no dan la cara

Editorial

Los que no dan la cara

Con el telón de fondo del proceso de de-safuero contra el jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, un membrete de origen, membresía y dirección desconocida, "México en Paz, AC", emprendió una campaña millonaria de espots televisivos en respaldo al derrocamiento político-judicial del Ejecutivo local emprendido por la Presidencia, la directiva nacional priísta, Acción Nacional y la Procuraduría General de la República. La denominación referida no está dada de alta en el Registro Público de la Propiedad, en la Secretaría de Relaciones Exteriores, ni en el Instituto de Desarrollo Social (Indeso), entidad encargada de distribuir apoyos del Ejecutivo federal a organizaciones no gubernamentales. Los anuncios referidos guardan, para colmo, una filiación de inocultable semejanza con los mensajes oficiales en los que la Secretaría de Gobernación emite denuestos cuyo destinatario inconfundible ­aunque no se mencione su nombre­ es el político opositor desaforado.

La campaña de "México en Paz, AC" tiene un antecedente ominoso: la reciente difusión masiva de carteles con fotos de supuestos narcotraficantes y las leyendas "Se busca" y "Recompensa de hasta 5 millones de dólares" por parte de una entidad desconocida y sin más referencias que un par de números telefónicos que al parecer corresponden a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y una página en Internet (delatealnarco.com) cuyas únicas prestaciones son un espacio para enviar delaciones y un enlace al cartel referido.

A pesar de las evidentes diferencias de propósitos entre "México en Paz" y "Delate al narco" ­la primera promueve el linchamiento de López Obrador y la segunda busca coadyuvar de extraña manera a las autoridades encargadas del combate al narcotráfico­, los membretes tienen varios elementos que los unen: el apoyo "de particulares" a designios oficiales, independientemente de que sean inconfesables, como el hostigamiento contra el político tabasqueño, o aceptables, como la persecución de los narcos. De acuerdo con datos disponibles, se trata de entidades que buscan hacerse pasar por no gubernamentales, pero que son, en todo caso, paragubernamentales o, peor aún, un fraudulento ejercicio clandestino de sectores incrustados en instancias del poder federal.

La situación de "México en Paz" tiene un aspecto particularmente alarmante: el poder económico del membrete, evidenciado por la cantidad de tiempo aire contratado con el duopolio televisivo, en los horarios más costosos de las transmisiones. De la entidad no se sabe nada, excepto que su dominio en Internet fue registrado a nombre de Esteban Ceniceros Martínez, dos días antes de que la Cámara de Diputados se erigiera en jurado de procedencia para privar a López Obrador del cargo y de sus derechos políticos y, de paso, anular la voluntad popular expresada en las urnas en julio de 2000 en la capital de la República. Sin embargo, la supuesta asociación civil maneja un presupuesto millonario que le permite respaldar en forma más que generosa, en horario triple A, los designios torcidos del grupo en el poder.

Ante este intento de un grupo oscuro, pero con gran poder económico, de presentarse como parte de la sociedad civil y confundir así a la opinión pública, diversos representantes legítimos de organismos no gubernamentales ­con rostro y voz públicos, esos sí­, integrantes del Consejo Técnico de Fomento a las Organizaciones de la Sociedad Civil (CTFOSC), entre los que se encuentra Miguel Concha, presidente del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, emitieron una justificada protesta dirigida a la Secretaría de Gobernación, a la que pidieron una explicación del operativo propagandístico referido.

Es grave que un núcleo de intereses inconfesables difunda desde el anonimato, y haciéndose pasar por un organismo de la sociedad civil, una posición facciosa de apoyo al gobierno en el hostigamiento contra un representante popular elegido en forma democrática. Mucho más grave sería que "México en Paz" fuera una fachada del grupo en el poder para respaldarse a sí mismo en forma clandestina. Las autoridades están obligadas a esclarecer y a explicar satisfactoriamente un operativo propagandístico tan turbio.

 
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