Beneficiará a tres millones de viviendas en el país sin acceso al agua potable
Desarrollan proyecto para purificar y envasar la lluvia para uso humano
Especialistas del Colegio de Posgraduados y de las universidades Autónoma de Chapingo y Autónoma Agraria Antonio Narro elaboraron el sistema, que se aplica en una zona mazahua
Ampliar la imagen El ingeniero Alejandro Uruzquieta, colaborador del proyecto, en la secci�e embotellamiento del agua de lluvia FOTO Mario Antonio Nu�
Texcoco, 11 de abril. Investigadores del Colegio de Posgraduados (Colpos) desarrollaron un proyecto alternativo que permite captar el agua de lluvia y convertirla -mediante diversas tecnologías y una planta- en agua purificada y envasarla para consumo humano. Esto permitirá llevar el recurso a los más de 3 millones de viviendas sin acceso al agua entubada que hay en el país, y comercializarla a bajo costo en todas las zonas.
El Colpos, en coordinación con la Universidad Autónoma Chapingo (Uach) y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, comenzó a desarrollar el proyecto en los 20 campus regionales con los que cuentan. Ya existe un plan para llevarlo a Panamá y Costa Rica, además de que hay varios países de América y Europa interesados en él.
En conferencia de prensa, el director del Colpos, Benjamín Figueroa Sandoval, y los rectores de la Uach y la Antonio Narro, Sergio Barrales Domínguez y Luis Alberto Uribe, respectivamente, dieron a conocer el proyecto. Consideraron que representa una opción real para los problemas de suministro de agua que existen en el país.
Manuel Anaya Garduño, coordinador del Centro Internacional de Demostración y Capacitación en Aprovechamiento del Agua de Lluvia (Cidecalli) señaló que la investigación sobre este proyecto comenzó en la Escuela Nacional de Agricultura hace 30 años; sin embargo, era sólo para uso agrícola; ahora ha sido purificada para consumo humano.
En las instalaciones del Colpos, ubicado en Montecillos, Texcoco, los investigadores llevan a cabo el proceso de captación y purificación del agua de lluvia. El líquido que escurre de los techos de las construcciones de la zona es recolectado por medio de tubos que lo conducen a una gran cisterna (con capacidad de 2 millones de litros), la cual ha sido revestida con una geomembrana de PVC, material sin efectos contra la salud. También se encuentra cubierta en la parte superior, como si se tratara de una bolsa gigante, "donde no hay evaporación o basura".
Anaya Garduño explicó que una vez que el agua es almacenada se lleva a una planta de potabilización y purificación.
Primero, el agua es impulsada por un aparato hidroneumático y pasada hacia un filtro Speedy -de autolimpieza, que elimina partículas-, para posteriormente dirigirla a otro filtro de carbón activado, que permite desinfectar el líquido, así como a un suavizador.
Los siguientes filtros que reciben el agua son tres (de 20, 10 y cinco micras), denominados microfiltros pulidores. Después es conducida a un tanque. Al llegar ya ha sido potabilizada. Para purificar el líquido se pasa por un aparato de esterilizado de rayos ultravioletas y otro ozonificador. Finalmente se lleva al cuarto de llenado, donde se encuentran los garrafones y botellas para ese fin, previamente esterilizados.
El coordinador del Cidecalli agregó que la inversión que se ha hecho en la planta de purificación y cisterna es de millón y medio de pesos. "Finalmente
es un proceso completo de purificación y producimos agua a bajo costo. Por ejemplo, un garrafón de 19 litros cuesta 4 pesos con 30 centavos y seguramente lo venderemos hasta en tres veces menos o a la mitad del precio al que lo comercializan las empresas actualmente."
Destacó que el proyecto se desarrollara, en principio, en los 10 centros regionales de la Uach, siete del Colpos y tres de la Antonio Narro.
Como obra de asistencia social el sistema se desarrolla en la zona mazahua del municipio de San Felipe del Progreso con la Fundación Pro Zona Mazahua. "Esto beneficiará a 6 mil personas; permitirá abastecer de agua purificada a la zona mazahua en San Felipe del Progreso, lo que tendrá la ventaja de evitar las enfermedades gastrointestinales, que son las que más afectan al grupo mazahua; la segunda son las respiratorias. Se trata de un proyecto de impacto social, cuya finalidad es abastecer del líquido y vender el excedente."
Panamá y Costa Rica son algunos de los países que han solicitado que se aplique el proyecto, así como el Programa de Nacional Unidas Para el Medio Ambiente y la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.