Usted está aquí: martes 12 de abril de 2005 Sociedad y Justicia México, con grave atraso en acciones para eliminar los 12 contaminantes más peligrosos

En dos semanas se deberán definir las estrategias a seguir en la Convención de Estocolmo

México, con grave atraso en acciones para eliminar los 12 contaminantes más peligrosos

En el país apenas están por comenzar las reuniones para establecer el mecanismo de trabajo

El convenio internacional fue ratificado por el Congreso desde febrero de 2003

ANGELICA ENCISO L.

A dos semanas de que se definan los planes de acción para la eliminación de los 12 contaminantes más peligrosos del planeta en el seno de la Convención de Estocolmo, en México apenas están por comenzar las reuniones para establecer el mecanismo de trabajo y aún no hay avances en las estrategias que se propondrán, señalaron organizaciones ecologistas.

México ratificó el convenio en febrero de 2003, por lo que ya es ley nacional y en la próxima reunión, que se realizará en Uruguay del 2 al 6 de mayo, se deberían presentar avances del citado plan, pero apenas está en formación el grupo de trabajo que será integrado por investigadores, autoridades y miembros de organizaciones no gubernamentales, las cuales se harán cargo del programa nacional de investigación de los contaminantes orgánicos persistentes (COP).

Los COP -también conocidos como "la docena sucia"- son tóxicos y bioacumulables, se integran a la cadena alimenticia y deben ser eliminados del planeta por acuerdo de alrededor de 150 países, según lo establecido en la Convención de Estocolmo.

De acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Ecología (INE) los COP están divididos en tres grupos. El primero corresponde a ocho sustancias utilizadas sobre todo en la agricultura para el combate de plagas; se trata de aldrín, dieldrín, endrín y mirex -que ya fueron prohibidas en México en la década pasada-; el toxafeno, heptacloro, clordano -que se utilizan para el control de termitas y dejó de producirse en México a partir de 1997-, y el DDT, cuyo uso fundamental ha sido el control del mosquito que trasmite el paludismo.

En el segundo grupo están los askareles o bifenilos policlorados (BPCs), que son sustancias de alta resistencia al calor que se usaron por más de ocho décadas en componentes eléctricos como balastras, capacitores y aceites de transformadores para la distribución de la energía eléctrica. Aunque se estima que en México quedan aún 4 mil 844 toneladas de estas sustancias, hay predios contaminados con ese producto, como el que se localiza en Alpuyeca. El tercer grupo corresponde a las dioxinas, furanos y hexaclorobenceno, los cuales tienen como característica ser cancerígenos.

México tiene un plazo de dos años, a partir de la entrada en vigor del convenio, para elaborar el Plan Nacional de Implementación y en este momento no existen avances sobre el mismo, ya que todavía no se constituye el grupo de trabajo, señaló Fernando Bejarano, miembro de la Red de Acción contra los Plaguicidas.

Destacó que el plan debe contener una política que promueva las mejores técnicas para la sustitución de insumos o procesos que prevengan la formación de esos contaminantes, como la búsqueda de alternativas a la incineración, en la que se generan las dioxinas; y se debe garantizar al acceso público a la información de los inventarios de los Cops y de los sitios donde fueron depositados en forma clandestina.

Por su parte, Marisa Jacott, de Greenpeace, dijo que países como España desarrollan un plan con apoyo de organizaciones de derechos humanos y ambientalistas, así como con los ministerios de salud y de medio ambiente.

 
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