Concluye el caracol barcelonés Zapata vive, la lucha sigue con manifiesto de respaldo
Activistas europeos ratifican apoyo al EZLN
Asistentes al encuentro expresan preocupación por la maniobra contra López Obrador
Barcelona, 10 de abril. El caracol Zapata vive, la lucha sigue, que comenzó el viernes en Barcelona, concluyó hoy con varios mensajes de importancia, emitidos por los colectivos de apoyo a la rebelión zapatista en Europa, entre ellos la reiteración de su respaldo más absoluto al movimiento indígena mexicano y su preocupación ante la degradación política que se vive en el país.
Como símbolo del apoyo permanente de Europa al EZLN, pintaron una réplica del mural de Taniperla en una de las paredes del centro cívico barcelonés La Másia de la Guineugueta, donde se celebró el encuentro.
Activistas y miembros de colectivos de apoyo zapatista de varias comunidades autónomas del Estado español y de otros países europeos -como Italia, Francia y Suiza- se congregaron durante tres días.
Los debates abordaron la situación actual en Chiapas y las perspectivas a futuro en cuestiones políticas y militares, así como el ''preocupante ascenso de la extrema derecha" durante la presidencia de Vicente Fox. El escenario, expusieron, es aún más delicado ante el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, producto de una alianza entre el PAN y el PRI.
Otra forma de hacer gobierno
El principal mensaje de este caracol barcelonés se resumió en un manifiesto suscrito por centenares de personas de diversos países, como Argentina, Alemania, Francia, España, México, Bélgica, Finlandia, Ecuador, Grecia, Perú, Paraguay, Chile y Dinamarca.
En el manifiesto, dirigido ''al EZLN, a las juntas de buen gobierno y a la sociedad civil del mundo", los activistas sostienen:
''Desde el primero de enero de 1994, millones de personas en todo el mundo hemos acompañado las aspiraciones de los indígenas rebeldes de Chiapas por democracia, libertad y justicia para todos. Durante estos 11 años el reconocimiento de los derechos y la cultura indígenas ha sido discutido y consensuado desde abajo, en los acuerdos de San Andrés, que tomaron forma jurídica en la ley Cocopa y han sido objeto de consultas nacionales e internacionales, conformando un caso único y ejemplar de acuerdos asumidos tanto por la mayoría de los pueblos indígenas de México como por la mayoría de la sociedad mexicana, que se manifestó en la Marcha del Color de la Tierra, en 2001.''
El texto elogia las acciones emprendidas por los zapatistas para impulsar el bienestar y la justicia en la región.
''La rebelión zapatista ha demostrado en los hechos que otra forma de gobierno es posible, y que desde abajo se pueden construir otras formas de hacer política. Todas las formas que ha empleado el poder para combatir estos hechos han fracasado. Ni la militarización del territorio ni la guerra de baja intensidad desarrollada en contra de las comunidades en resistencia han conseguido derrotar la rebelión.''
El manifiesto expresa el apoyo incondicional de los signantes y advierte que ''un sinfín de redes, organizaciones, colectivos y personas del mundo seguimos viendo en la rebelión zapatista una esperanza para construir un mundo diferente, un mundo donde quepan todos los mundos. Una alternativa construida en común lejos de dogmas y recetas únicas en la búsqueda de nuevas formas de lucha y de resistencia, construidas desde abajo, lejos del poder.
''Muchas cosas han cambiado en la vida diaria de las comunidades, y lo han conseguido sin la ayuda del gobierno, con su propio esfuerzo: proyectos de salud, de educación, de producción han sido discutidos, aprobados y realizados por las comunidades con el apoyo de la sociedad civil. Una nueva forma de hacer se ha ido desarrollando en estos años demostrando que sí se puede.''
En cuanto a las amenazas a futuro, sostienen: "son muchos los intereses en juego. Los grandes poderes y los intereses transnacionales ven en la rebelión un freno a su voracidad, necesitan de una población sumisa para realizar sus planes, quieren derrotar y eliminar la resistencia para campar a sus anchas. Lo mismo ocurre en todo el mundo. Por eso entendemos que defender el derecho de los pueblos indígenas a su autonomía es defender el derecho de todos a vivir de una forma justa y digna, un derecho que está en cuestión en Chiapas y en todo el planeta. Es en su defensa que hacemos este llamado".