En el análisis UAM-IFE 72.5% de electores no tiene simpatía por ningún partido
Confía la gente más en la policía que en los legisladores, revela un estudio
El abstencionismo se eleva; en 2003 la cifra alcanzó los 58 puntos porcentuales
En un estudio sobre el abstencionismo en México, realizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Federal Electoral (IFE), se destaca que de 1996 a la fecha -prácticamente la vida del organismo electoral en su etapa autónoma- la credibilidad en las elecciones en el país se ha cuadruplicado, pese a que sólo 48 por ciento de los electores consideran que los comicios son limpios.
En el análisis también se subraya la poca credibilidad que tienen los partidos políticos y los legisladores entre el electorado. En los sondeos realizados para conocer las razones del voto o de la abstención, sobresale que 72.5 por ciento de los votantes dicen no tener simpatía por ningún partido, mientras 63 por ciento aseguran tener ninguna o poca confianza en los institutos políticos.
Centrado fundamentalmente en las razones del abstencionismo en la elección intermedia, el análisis parte también de un sondeo sobre el conocimiento que tienen los electores de las funciones de los diputados. El 57.5 por ciento dijeron desconocer a qué se dedican y sólo 27.4 por ciento acertaron a decir que a legislar.
No obstante, los investigadores llaman la atención sobre un dato relevante: sólo 0.9 por ciento de los encuestados afirmaron que la función de los diputados es "representar a los ciudadanos, función central de los parlamentarios que parece ser ajena a la percepción de la mayoría de los ciudadanos".
Casi la mitad de los votantes no tienen ninguna confianza en los legisladores en cuanto al desempeño de sus funciones; en comparación con otras instituciones, el descrédito de los diputados sólo es superado por los partidos a los que pertenecen. "Aun la policía obtuvo mayores niveles de confianza."
Conforme al estudio elaborado por Esperanza Palma y Roberto Gutiérrez revela que los votantes identifican el combate a la delincuencia y la inseguridad como el principal problema a resolver; sin embargo, cuestionados sobre cuál es el partido que realmente trata de resolver la inseguridad, 64.5 por ciento consideraron que ninguno.
Bajo esta lógica, el análisis refiere en un sondeo realizado por el Latinobarómetro en 2004, 58.2 por ciento de las personas del país optarían por un gobierno no electo, pero que realizara bien su trabajo.
El documento parte de una valoración histórica de la abstención en el país y confronta el hecho de que México ha experimentado una transición democrática de 1994 a la fecha, aun cuando la participación electoral ha ido a la baja, particularmente en los comicios intermedios. En 1991 fue de 34 por ciento, en 1997, de 42 por ciento y en 2003 alcanzó 58 por ciento el abstencionismo.
La revisión de las razones de la participación del electorado pasa también por la percepción que tiene de la instancia que organiza los comicios, institución "que jugó un papel central en el proceso de democratización". En este ámbito, se cuestionó sobre cuatro aspectos centrales: actualizar el padrón; organizar las elecciones; garantizar la limpieza de los comicios y motivar a la gente a votar.
Destaca en las respuestas del electorado el rubro en el que más baja calificación obtuvo el desempeño del IFE es precisamente en garantizar la limpieza de los comicios, ámbito en el cual 63.3 por ciento de los ciudadanos consideró que hacía bien su trabajo.
Los investigadores destacan que gran parte de los electores consideran un deber ciudadano la participación electoral, pero al mismo tiempo, en el desglose de las motivaciones para no acudir a las urnas, destacan hechos como la falta de interés -26.9 por ciento-, que no hayan convencido las opciones -8 por ciento- y una presencia de casi 10 por ciento de abstencionistas duros, quienes afirmaron que bajo ninguna circunstancia acudirían a votar.
Asimismo subrayan que uno de los sectores más se abstiene es el de los jóvenes.