Usted está aquí: sábado 9 de abril de 2005 Economía Preocupa al G-7 efecto en el crecimiento mundial por crisis petrolera: analistas

Descartan que provoque una espiral inflacionaria como la de la década de 1970

Preocupa al G-7 efecto en el crecimiento mundial por crisis petrolera: analistas

Identifican riesgos de recesión y deflación para Japón y los países de la zona del euro

REUTERS

Francfort, 8 de abril. Una crisis petrolera mundial sólo provocará un coletazo de inflación y en cambio dejará a los jefes de los bancos centrales del Grupo de los Siete mucho más preocupados por una desaceleración del crecimiento económico que por una subida de precios, dijeron varios analistas.

Los líderes financieros mundiales advirtieron esta semana sobre el peligro que representa el costo del crudo, que subió 50 por ciento el año pasado y se mantuvo firmemente por encima de los 50 dólares el barril durante el mes pasado.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que si los precios subieran más golpearían fuertemente el crecimiento mundial, mientras que el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dijo que una crisis del petróleo "sería inoportuna."

Pero los analistas dijeron que la posibilidad de que el fantasma de los precios del petróleo dispare una espiral inflacionaria como la de la década de 1970 es nula.

Los mayores peligros para las economías de lento crecimiento como Japón y las de la zona del euro podrían ser la recesión y la deflación.

La economía de Estados Unidos, con una tasa de crecimiento anual de 4 por ciento, podría enfrentar una desaceleración fácilmente. Pero es una historia diferente en el caso de las 12 naciones de la zona del euro y Japón.

Japón ya está luchando contra las fuerzas deflacionarias e intenta recuperarse de una década de estancamiento. Una crisis del petróleo prolongada podría abortar su recuperación y empeorar las presiones deflacionarias.

La zona del euro está en mejor forma, con un crecimiento en la actualidad de cerca de 1.5 a 2 por ciento. Pero el repunte no es firme y es vulnerable a una desaceleración de la demanda mundial, mientras que el consumo local está rezagado.

Las cifras de marzo mostraron que el sector manufacturero se mantuvo estancado y la confianza de los consumidores y de las empresas cayó.

"Si una economía es golpeada cuando está débil, está en una situación de riesgo", dijo Adolf Rosenstock, economista senior de Nomura International. "Una vez que la desaceleración comienza se está de vuelta en el viejo escenario deflacionario."

Eso podría quitarles presión a los banqueros centrales para subir las tasas de interés.

"El efecto neto sería retardar o demorar la tendencia mundial de endurecimiento monetario," dijo Ian Harwood, economista de Dresdner Kleinwort Wasserstein.

A diferencia de los 70, cuando la duplicación o triplicación de los costos del petróleo se transformó en una inflación de dos dígitos, que a los banqueros centrales les llevó dos décadas poder revertir, las economías de hoy son mucho menos vulnerables a las crisis de los precios en alza.

Hay múltiples razones para eso. Los mercados globalizados permiten repartir los riesgos. Es altamente improbable que los bancos centrales cometan los errores de los 70, cuando recortaron las tasas de interés para acomodarse a la crisis del petróleo, sólo para ver cómo las bajas tasas aceleraban los aumentos de precios.

 
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