La llamada cirugía revitalizadora fue desarrollada por Orfilio Peláez Molina
Método quirúrgico cubano evita ceguera por retinosis pigmentaria
Se ha comprobado que en la mayoría de los casos intervenidos se ha detenido la enfermedad, y en 16 por ciento se recobra parte del campo visual
Un mexicano testifica los resultados
Tras un año de practicarse diferentes estudios oftalmológicos en México, Alfredo Castillo Mellado recibió un pronóstico alarmante: en poco tiempo quedaría ciego, porque padecía retinosis pigmentaria, enfermedad carente de cura en el mundo. Su entorno se volvió tan borroso como su visión, hasta que conoció un método quirúrgico desarrollado por un eminente científico cubano, consistente en detener el avance de esa anomalía y, en algunos casos, lograr recuperar parte del campo visual dañado.
"La cirugía me sirvió mucho, ahora no uso lentes, ya veo más de mis laterales, recuperé el campo visual y me siento bien emocionalmente, porque sigo siendo el principal sostén económico de mi familia", afirma Castillo, quien tenía pánico de quedar incapacitado para llevar una vida normal a causa de la retinosis pigmentaria, también conocida como ceguera nocturna, considerada importante causa de discapacidad visual, hereditaria y de curso progresivo.
Alfredo Castillo Mellado comenzó a perder visión en 1994, sobre todo en lugares oscuros o de noche. Como era miope, pensaba que necesitaba cambiar la graduación de sus lentes y fue con el optometrista, quien le recomendó atenderse con un oftalmólogo, pero el paciente pospuso los estudios, pues tenía problemas laborales.
Volvió a ocuparse de sus ojos cinco años después ante la progresiva pérdida del campo visual, la cada vez más deficiente visión nocturna y la detección del padecimiento de retinosis pigmentaria en su hermano Fernando. Luego de varios meses de estudios fue transferido al área de medicina genética de un hospital capitalino, donde el especialista le dijo: "usted padece retinosis pigmentaria, enfermedad que no tiene cura, así que prepárese, porque lo más seguro es que quedará ciego".
''Tal pronóstico trajo muchos problemas en el interior de mi familia -explica Alfredo, de 44 años-: mis padres trataban de saber si era hereditario y dilucidaban entre ellos sobre quién sería el portador de la enfermedad, el causante del problema, y esto ocasionó tensión; la preocupación se extendía a todos, incluidos mis hijos, porque este padecimiento de la retina es provocado por un conjunto de anomalías hereditarias. Por esa época difícil unos amigos le preguntaron a mi papá por mí y él les comentó: 'Mi hijo se está quedando ciego'. Para fortuna mía, esas personas tenían un sobrino que se había tratado en la Clínica Internacional Camilo Cienfuegos, de La Habana, y con sus referencias llegué a la oficina de la Representación de la Medicina Cubana en México, con tan buena suerte, que tuve la oportunidad de que revisara mis estudios el doctor Alberto Barrientos, uno de los principales oftalmólogos de esa institución, quien estaba de visita en México. El me devolvió la esperanza al asegurarme que yo era candidato al tratamiento."
Una década de adelanto
Mientras en el resto del mundo esta enfermedad se encuentra en fase de investigación genética y molecular, el método cubano denominado Cirugía Revitalizadora (CRV) fue creado hace 10 años por el fallecido y eminente científico, profesor en ciencias, Orfilio Peláez Molina. Consiste en una técnica quirúrgica con la cual se implanta tejido adiposo vascular orbitario en el espacio supracoroideo del globo ocular con el objetivo de mejorar la función y nutrición de las células fotorreceptoras de la retina.
De acuerdo con el doctor Obel García Santana, representante de la medicina cubana en México, la terapia desarrollada en la isla es combinada y abarca desde el tratamiento quirúrgico hasta la ozonoterapia y la electroestimulación, entre otras recomendaciones. En estudios realizados con pacientes intervenidos quirúrgicamente con más de 10 años de evolución, se ha comprobado, en 76 por ciento de los casos, que se ha logrado detener el avance de la enfermedad; en 16 por ciento, se ha ampliado su campo visual, y 8 por ciento mantiene el curso del padecimiento.
La retinosis pigmentaria, explica el doctor García, presenta síntomas y signos muy variados, inclusive entre los miembros de una misma familia, pero su tríada clásica se define como mala visión nocturna, pérdida progresiva del campo visual y presencia de pigmentos en el fondo del ojo. Puede aparecer en la niñez, adolescencia o en el adulto, y en ocasiones daña a otros órganos y sistemas, formando parte de un síndrome, por lo cual es importante detener su avance en el momento de ser detectada.
"Si el padecimiento es ceguera nocturna o retinosis pigmentaria sugiero voltear la mirada a Cuba, allí esta la esperanza", afirma Alfredo, quien ingresó el 6 de mayo de 2000 a la Clínica Internacional de Retinosis Pigmentaria Camilo Cienfuegos, de La Habana, donde fue operado cuatro días después de practicarle exámenes de refracción, pericampimetría, electrorretinograma, adaptometría, pruebas de visión en color y contraste, angiografía fluoresceínica e indocianínica, ecografía ocular, tomografía de nervio óptico, flujometría de retina y del mismo nervio óptico, potenciales evocados visuales y electroculograma.
A casi cinco años de ser operado en Cuba, Alfredo dice que puede valerse por sí mismo para hacer todo, aunque no se atreve a conducir un auto por precaución y le cuesta trabajo leer letras pequeñas, pero "la recuperación del campo visual periférico es notable, y con eso no contaba antes de la cirugía en Cuba".
Además de la retinosis pigmentaria, en el Hospital Internacional Camilo Cienfuegos se tratan diversos trastornos oculares, como el glaucoma, la catarata (se aplica cirugía facorrefractiva), las enfermedades de la córnea, el estrabismo, el nistagmo (movimiento incontrolado de los ojos), la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y el desprendimiento de retina.
Para estos casos también contamos con tecnología de punta que permite hacer un mapa topográfico muy exacto de las enfermedades corneales y equipos de última generación, asegura el doctor Obel García, a quien se le puede contactar en los teléfonos 5543-9558 y 5543-2695. Dirección: Heriberto Frías 910, colonia Del Valle. México, Distrito Federal. Página web: www.saludencuba.com