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Crónica Sero
Por Joaquín Hurtado
--Oye 'amá, cuando venía de la escuela me asustó el homosexualismo.
--Ten cuidado, hijo. Dicen que anda como enrabiado.
Juanito
se lo contó a sus amigos: "el homosexualismo tiene ocho patas, trompa larga,
ojos de mosca, alas de avispa, joroba con pelos de marrano, lengua babeante,
colmillos verdes y huele a azufre".
Al día siguiente ya lo habían
visto media docena de chiquillos. La noticia llegó a oídos
del sacerdote.
El
padre Filomeno se puso como loco en el sermón del domingo. Gritó que la culpa
la tenía la televisión, las revistas y el gobierno. "Ya no hay quien pare
a la peste. En Torreón y Reynosa ya mordió a varios jovencitos. Ahora los
pobres muchachos se debaten entre cochinadas y deseos homosexuales. Es repugnante,
escupen crucifijos y maldicen estampas de la Virgen. Los han tenido que amarrar
con cadenas. No hay cura ni vacuna, es contagioso, y si no se atiende a tiempo
puede ser mortal".
"El Presidente y las películas
están haciendo mucho daño a nuestras familias porque promueven el mal como
algo bueno y de moda", dice, encabronada, doña Lupe, cuyo chamaco fue correteado
por la horrenda bestia cuando regresaba de la labor.
El
padre Filomeno nos dijo el domingo que Dios es más grande que cualquier plaga
enviada por Satanás. "Podemos enfrentar al enemigo si tenemos una vida piadosa,
nos dedicamos a la oración, asistimos diario a misa, recibimos constantemente
los sacramentos y nunca andamos solos. Necesitamos tener amistades castas,
cuidarnos unos a otros".
Yo no sé si creer o
no esos rumores. Estudié en la Normal Rural y allí aprendí que hasta no ver.
Yo nunca he visto al homosexualismo así como dicen que se le aparece a la
gente. A lo mejor por lo desprevenido ya me contaminé. Juro que fue sin querer
¿Qué siento? Hagan de cuenta una gripa: escalofríos, dolor de huesos, náusea,
mucho sueño, ganas de estar siempre tirado en la cama. Mi esposa no quiere
decirle a nadie porque tiene miedo de que vengan los vecinos, quemen la casa
y se lleven a los niños.
En el noticiero, dijeron
que nos tranquilicemos, a veces aparecen síntomas falsos. Pero si usted sospecha
de alguien infectado, prepárese para escuchar mentiras y leperadas, porque
una cosa es el homosexualista y otra el homosexualismo, aunque eso yo no
lo entiendo. La cosa se está poniendo fea en el pueblo. ¿Ustedes qué creen,
tendré también el mal?
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