Realizan mesa redonda en Casa Lamm para debatir sobre ese género musical
Prejuicios e ignorancia detrás del llamado a censurar antología de corridos
Mario Arturo Ramos nunca imaginó que su compilación causaría escándalo nacional
Cuando a Mario Arturo Ramos le encargaron compilar y prologar la antología Cien corridos. Alma de la canción mexicana, lo que menos imaginó fue que la obra sería motivo de escándalo nacional.
Estudioso de la canción popular, letrista él mismo, y poeta, Ramos no suda ni se acongoja ante la controversia. Al contrario: aunque reconoce la gravedad de los llamados a la censura que se han hecho contra la antología, se divierte con los prejuicios y la ignorancia de quienes la han descrito como ''un libro de narcocorridos".
Para empezar, le resulta gracioso que la polémica sobrevenga dos años después de que Editorial Océano puso a la venta la obra.
La idea inicial era publicarla en 2001, para conmemorar los 180 años del surgimiento del género. Sin embargo salió de imprenta hasta noviembre de 2002 y se puso a la venta en febrero de 2003.
La edición incluía un disco compacto con 20 canciones representativas de distintos estilos y etapas del corrido: Juan Charrasqueado, Gabino Barrera, Siete Leguas, El ojo de vidrio, Desterrado, Carabina 30-30, Caballo prieto azabache y La banda del carro rojo, entre otros.
No pasó nada. Cien corridos. Alma de la canción mexicana se empezó a vender con la lentitud que corresponde a un título que es del interés de una minoría de investigadores, estudiosos, curiosos, coleccionistas o simples amantes del género.
Tormenta fuera del vaso de agua
Según la cronología establecida por Mario Arturo Ramos, en agosto de 2003 la recopilación fue seleccionada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para El Rincón de los Libros. A finales de ese año y principios de 2004 fue distribuida en las Bibliotecas de Aula de las escuelas públicas.
Fue hasta febrero de este año que una nota en un diario capitalino de magra circulación tuvo una repercusión inesperada. En ella, el director del semanario Z, Jesús Blancornelas -sobreviviente de un atentado a manos de narcotraficantes- escribió que un libro de ''narcocorridos" había sido distribuido en bibliotecas de escuelas públicas.
La afirmación, hecha ''bajo supuestas consideraciones pedagógicas es -sostiene Ramos- una falacia" y ''sólo demuestra que no ha leído el cancionero ni escuchado los corridos" incluidos en el cd.
Hasta ahí la de Blancornelas habría sido una opinión más. Lo preocupante empezó cuando distintas autoridades gubernamentales empezaron a ceder ante la presión de otras voces que se sumaron a la del periodista.
Bajo la presunción de que el libro era una apología del narcotráfico, el 17 de febrero en la Cámara de Senadores se presentó un punto de acuerdo con la petición de que ''a la brevedad se deje de distribuir, retire de circulación y procedan a esclarecer y fincar responsabilidades en que hayan incurrido el o los funcionarios eventualmente responsables de llevar a cabo la licitación y adjudicación de la obra Cien corridos. Alma de la canción mexicana".
El punto de acuerdo incluía un llamado a comparecer al secretario de Educación Pública, Reyes Tamez Guerra, lo que aún no ocurre.
Pero la tormenta ya se había salido del vaso de agua. En respuesta, un grupo de escritores, intelectuales, periodistas y personajes del arte y la cultura se manifestaron públicamente contra tal punto de acuerdo, al cual acusaron de alentar ''la censura y el oscurantismo".
Argumentaron que la proposición revelaba ''un franco desconocimiento del papel que tienen los libros en el aula" y de los procedimientos que la SEP ''ha establecido para seleccionar libros".
El 27 de febrero la senadora Yolanda González Hernández echó más leña a la hoguera. En declaraciones a la revista Siempre! calificó la antología hecha por Ramos como un ''libro de narcocorridos".
Más vivo que nunca
El cancionero de la controversia incluye en realidad 101 corridos, de los cuales sólo seis tienen como tema el narcotráfico. Inclusive uno de ellos (Carga blanca) termina cuestionando abiertamente las andanzas de los narcotraficantes: ''Despedida se las diera,/ pero ya se me perdió;/ dejen los negocios chuecos,/ ya ven lo que sucedió".
Publicado por Océano, está dividido en cinco apartados correspondientes a otros tantos periodos históricos: La Raíz, El Amanecer, La Juventud, La Revolución y La Metamorfosis.
En este último es donde aparecen los seis "narcocorridos" motivo del escándalo: El avión de Colombia, La banda del carro rojo, Carga blanca, Pollitas de cuenta, El señor de los cielos y Traición y contrabando.
En el prólogo, Mario Arturo Ramos hace una relación del nacimiento y evolución del género que, surgido del romance español, ha registrado la historia no oficial, la de héroes, villanos, hechos, lugares que han tenido gran significación en el imaginario y en el gusto populares.
Y señala algo que parecía premonitorio del escándalo por venir: ''Todavía hoy (el corrido) está más vivo que nunca, la industria de la canción espectáculo ha cambiado constantemente de ritmos y el corrido tan campante, cante y cante, no importa qué adjetivos ni qué milagritos le cuelguen, está consciente de que siempre ha sido un poco 'ilegal', que lo han declarado prohibido y que al final de cuentas no hay de qué preocuparse".
En el principio del siglo XXI ''nos muestra que la metamorfosis no ha culminado, que el corrido sigue su desarrollo y que sin él no podríamos entender nuestra música".
Para finalizar, en entrevista recuerda que el corrido es crónica y testimonio de una época. Al respecto, concluye, es retrato y no guía moral de una sociedad. Por lo que resulta absurdo responsabilizarlo de algo que el mismo Estado no ha podido controlar.
Hoy a las 18 horas, en Casa Lamm (Alvaro Obregón 99, colonia Roma) se efectuará una mesa redonda para debatir sobre el corrido. Participarán la senadora Yolanda Eugenia González, el diputado Inti Muñoz, los escritores Felipe Garrido y Guadalupe Loaeza, y el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial, José Angel Quintanilla. Como moderador estará Gilberto Guevara Niebla.