Se vive un auge con alcance internacional, indica Manuel Cortés
Documentan en cd el primer análisis del concepto de arte sonoro nacional
La historia del arte sonoro en México resulta un tanto oscura, a pesar de que desde los años 90 experimenta un auge inclusive de alcance internacional, sostiene el compositor Manuel Cortés Rocha.
Esa situación lo motivó a investigar sobre la música que se vincula con otras disciplinas artísticas, según platica, originalmente para un malogrado diccionario enciclopédico de arte mexicano contemporáneo, aunque después el proyecto fue retomado por el Centro de Creación Experimental de la Universidad de Castilla-La Mancha, en España.
Entrevistado, el compositor explica que el arte sonoro es un término relativamente nuevo, con el cual se designa a todas aquellas expresiones que experimentan con el sonido e interactúan con otras maneras de hacer arte, como la poesía y la escultura sonoras.
De esa manera integró un disco compacto en el que, mediante 18 documentos sonoros, se emprende un viaje en el tiempo y el desarrollo de esa vertiente interdisciplinaria en el país.
Dicho material forma parte del álbum doble RAS7 revista de arte sonoro, producido por esa institución educativa ibérica y que, después de haberse dado a conocer allá en febrero, será presentado ahora en México.
El acto tendrá lugar este sábado, a las 19 horas en H4tch, espacio de arte experimental ubicado en Francisco Pimentel 3, colonia San Rafael. Participarán el investigador Francisco Reyes Palma; José Wolfer y Guillermo Santamarina, directores, respectivamente, del Festival Radar y del Museo El Eco de la Universidad Nacional Autónoma de México y el propio Cortés.
Jodorowsky y Gurrola, pioneros
Del arte sonoro en el panorama mexicano, Cortés explica que su historia es pobre e inclusive oscura hasta principios de los años 80: ''A pesar de que hubo vanguardias artísticas en la poesía, como los estridentistas, no hay registro de poesías fonéticas o con búsqueda de lo sonoro".
Las primeras referencias que tiene al respecto se dan en la música electroacústica, con las primeras obras de carácter concreto. Destaca que El paraíso de los ahogados, creada en 1960 por Carlos Jiménez Mabarak para un ballet, es la primera obra de ese tipo en el país.
Tras situar a Alejandro Jodorowsky y Juan José Gurrola como pioneros de ese concepto de arte sonoro en el país, Manuel Cortés comenta que en los años 70 se presentaron algunos atisbos de manifestaciones musicales en el mundo del arte, con artistas como Felipe Ehrenberg, pero ''fueron intentos aislados".
Desde los años 90 ''se vive un boom que inclusive ha atraído la mirada internacional", concluye.