Roma y el Vaticano, al borde del colapso por los centenares de miles de peregrinos
Inicia el 18 de abril cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo II
Este jueves se hará público el testamento del Papa; no incluye el nombre del cardenal secreto
Protección Civil, corporaciones de seguridad y voluntarios, impotentes ante la marea humana
Ampliar la imagen George W. Bush, su esposa Laura, George Bush padre, Bill Clinton y Condoleezza Rice, ante el cuerpo de Juan Pablo II en la Bas�ca de San Pedro. El arribo de los estadunidenses provoc�otestas entre los fieles que llevaban 15 horas en la fila, pues les bloquearon el acceso para dar paso a las personalidades FOTO Ap
Ciudad del Vaticano, jueves 7 de abril. La Basílica de San Pedro, donde los restos de Juan Pablo II son expuestos al público, será cerrada tres horas esta madrugada, anunciaron poco después de la medianoche responsables de seguridad, cuando la Ciudad del Vaticano y Roma están al borde del colapso a causa de la llegada de centenares de miles de fieles, que esperan hasta 15 horas para ver el cadáver del jerarca de la Iglesia católica.
Solamente este miércoles un millón de personas se agolpaban para despedir a Juan Pablo II, y hasta el viernes la cifra de visitantes podría llegar a 4 millones. De Polonia ya hay un millón de fieles en camino.
Por otro lado, el cónclave para elegir al nuevo Papa "comenzará el 18 de abril por la tarde", anunció ayer miércoles el vocero del Vaticano Joaquín Navarro Valls, al término del tercer día de reuniones de la congregación de cardenales que se celebra desde la muerte de Karol Wojtyla el sábado, a los 84 años.
Ese es el primer día hábil posible para convocar al cónclave según las normas de la Constitución Apostólica, promulgada en 1996 por el propio Juan Pablo II.
El vocero también anunció que el testamento de Wojtyla -su guía sobre el futuro espiritual de la Iglesia- se hará público este jueves, luego de haber sido leído a los cardenales.
Aunque su contenido no fue divulgado, Navarro Valls precisó que no incluye el nombre del cardenal in pectore o secreto (una fórmula pensada en caso que revelar su identidad lo ponga en peligro, o por razones de conveniencia) nombrado por el Papa en octubre de 2003.
Ante una muchedumbre reunida cerca del Vaticano, responsables de seguridad leyeron un mensaje en italiano, inglés, polaco, alemán y español por los parlantes colocados en la Via della Conciliazione, la larga arteria que lleva del Tíber a la Plaza de San Pedro, para anunciar que la basílica será cerrada de las 2 a las 5 horas locales.
La noche del miércoles, cuando el presidente estadunidense George W. Bush, los ex mandatarios Bill Clinton y George Bush, y la secretaria de Estado Condoleezza Rice llegaron a inclinarse ante los restos de Juan Pablo II, la policía italiana bloqueó el acceso a las filas de espera para entrar en la basílica, decisión que provocó la cólera de los peregrinos.
"Podrían haber advertido. Nosotros también tenemos derecho a verlo, como Bush y los otros", se indignó Antonio Fabri, que guiaba a un grupo de polacos de Wadowice, donde nació Juan Pablo II.
Más de un millón de fieles se hallaba en el sector de la Ciudad del Vaticano, explicó la noche del miércoles el jefe de la protección civil italiana, Guido Bertolaso.
Desde la mañana del lunes, un torrente humano que nunca se interrumpió ha hecho fila para inclinarse unos segundos, o tomar fotos, ante los restos del Papa.
La interminable llegada de fieles convirtió a Roma en una ciudad caótica en la que es casi imposible circular. Atascos gigantes, calles cerradas, transportes públicos colapsados, toneladas de basura acumuladas, hoteles repletos, redes telefónicas saturadas: la situación superaba el miércoles a los miles de voluntarios repartidos por la ciudad, desconcertados ante semejante caos.
Los servicios de Protección Civil italiana, impotentes ante la marea humana, recordaron que la ciudad está llegando a su límite y no podrá recibir a más fieles, muchos de los cuales han sido tratados por deshidratación y desmayos.
Amplias zonas de las afueras de Roma han sido ocupadas con tiendas de campaña para albergar a quien no tiene alojamiento. Al menos 12 mil personas se alojarán en un campamento en el área de Tor Vergata.
Además, en el centro de exhibiciones de Roma, en el sur de la Santa Sede, y en el barrio de Trastevere, fueron establecidos otros dos centros de peregrinos, con un total de 5 mil alojados.
El jefe de la Protección Civil italiana, Guido Bertolaso, invitó el miércoles a los romanos a "abrir las puertas de sus casas y comercios" a los peregrinos.
Los únicos que parecen no asustarse por la situación son los vendedores ambulantes, que venden rosarios con perfume, fotos o medallas del fallecido Papa a precios que aumentan en relación directa con la cercanía a la basílica. Los bares, restaurantes y pequeños comercios de comida rápida de la zona no alcanzan para atender la demanda.
El tiempo de espera para ver durante algunos segundos los restos de Juan Pablo II supera las 15 horas. Muchas personas están literalmente atrapadas en estas filas kilométricas.
"Ya estoy harto, me voy", afirmó Giovanni, un joven de la región de Toscana. "Llevo 14 horas esperando. No hay más que 20 baños, no funciona ninguno y cuando quise volver a mi lugar, no me dejaron entrar de nuevo", añadió. "Si uno no está preparado para esta clase de esfuerzos por su fe, mejor que se quede mirando un partido de beisbol", opinó en cambio el estadunidense James Dube.
Las autoridades romanas decidieron que a partir del miércoles por la noche ningún fiel más podrá sumarse a esta fila, ya que en ningún caso podría llegar a tiempo para ver al Papa antes de este jueves por la noche, cuando el templo tiene previsto cerrar para preparar la misa de funeral.
La situación se complicará más a partir de este día, cuando además de organizar a las decenas de miles de fieles, autoridades, policías y servicios de Protección Civil tendrán que garantizar la seguridad y traslados de 200 jefes de Estado y gobierno, así como miembros de las casas reales y personalidades, que acudirán al funeral el viernes.
Por seguridad, el espacio aéreo romano será cerrado al tráfico el jueves y viernes a aquellos que no dispongan de autorización expresa. Italia pondrá en servicio a miles de agentes de policía adicionales, un avión de vigilancia, misiles antiaéreos y un buque de guerra en la cosa mediterránea.
Llegarán en las próximas horas
Además de Bush, el primer jefe de gobierno extranjero que visitó la capilla ardiente, luego de las autoridades italianas presentaran respetos el pasado domingo en el Palacio Apostólico, viajarán a la capital italiana en las próximas horas el secretario general de la ONU, Kofi Annan; el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder; el presidente francés, Jacques Chirac; el jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el rey Abdullah de Jordania.
Por América Latina está prevista la presencia de los mandatarios brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva; Vicente Fox, y boliviano, Carlos Mesa, así como los de Nicaragua, Enrique Bolaños, de Costa Rica, Abel Pacheco, de Guatemala, Oscar Berger, y el panameño Martín Torrijos.
Está previsto que Bush mantenga reuniones de bajo perfil y no abiertas a la prensa con su par italiano, Carlo Azeglio Ciampi, y con el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, su gran aliado en la invasión a Irak.
El Papa -que se opuso a la invasión a Irak, pero que a la vez reforzó a los sectores conservadores en temas como el celibato, la contracepción, el uso del condón, el papel de la mujer y la homosexualidad- será sepultado en la Basílica de San Pedro, en el mismo lugar de Juan XXIII, que murió en 1963 pero que luego fue beatificado y trasladado al nivel principal de la iglesia.