Vamos a ganar
1. La estupidez del PAN. En 2000 el PAN llegó al gobierno como la antitesis del PRI. Prometieron sacar al PRI a patadas de Los Pinos. Prometieron poner a Carlos Salinas en manos de la justicia. Incluso Vicente Fox llegó a decir "con Salinillas ni al baño". El ciudadano común votó por el PAN para sacar al PRI del gobierno federal. La ironía trágica es que Acción Nacional tiró a la basura ese capital político, regresó a los hombres del PRI, como Rafael Macedo de la Concha, Francisco Gil Díaz, Guillermo Ortiz, Carlos Javier Vega Memije, Santiago Levy, Florencio Salazar, Benjamín González Roaro y muchos otros, nuevamente a los puestos claves del poder. Peor aún: el panismo terminó su sexenio de gobierno entregado al peor personaje del tricolor: a Carlos Salinas de Gortari.
2. El estado de derecho del PAN es el estado de desecho del PRI. La concepción del estado de derecho del PAN es muy curiosa. En este país se puede matar a cientos de estudiantes y su estado de derecho no lo castiga. Banqueros y funcionarios corruptos pueden robar 700 mil millones de pesos y no pasa nada. Se puede saquear a Pemex para financiar las campañas del PRI y no pasa nada. Se puede asesinar a campesinos y no pasa nada. Se pueden financiar campañas electorales con recursos provenientes del extranjero y no pasa nada. Se pueden regalar las playas más caras de México y no pasa nada. ¡Ah!, pero eso sí, lo que no se puede hacer es encabezar las encuestas desde la oposición de izquierda porque ese delito sí es muy grave. En el estado de derecho del PAN ningún asesino del PRI y ningún corrupto del pasado deben rendir cuentas.
3. Andrés Manuel no violó la ley. Sin dar la cara, la derecha promueve una campaña publicitaria en la que se afirma que violar la ley es violar la ley, aunque se trate de una falta pequeña. Sin embargo, no pudieron demostrar que se hubiera violado la ley, desobedecido a los jueces, o desacatado las resoluciones judiciales por Andrés Manuel López Obrador; ni siquiera un poquito. En el caso de El Encino, el gobierno de la ciudad obedeció al juez cuando le ordenó dejar libres los accesos al predio de El Encino, obedeció cuando el juez ordenó sacar la maquinaria del predio y revertir el decreto expropiatorio que afectaba ese predio. A quien sí cumple la ley lo quieren castigar, y a los que matan y roban los invitan a formar parte del gobierno del cambio.
4. Todos los gobiernos autoritarios o totalitarios inventan delitos a sus opositores. Cuando empezaba a destacar el liderazgo de Francisco I. Madero, el dictador Porfirio Díaz le fabricó acusaciones por un supuesto desacato judicial, robo y otros delitos, y lo mandó a la cárcel. La dictadura militar de Brasil mandó a prisión a Inazio Lula da Silva. El régimen racista de Sudáfrica envió a la cárcel a Nelson Mandela. El partido de Estado en Polonia mantuvo bajo arraigo domiciliario a Lech Walesa. Y todos ellos llegaron a ser presidentes de sus países. Más cruelmente José Stalin armó los famosos procesos de Moscú para juzgar y fusilar a sus opositores. En México los gobiernos del PRI mandaron a la cárcel a Valentín Campa y a Demetrio Vallejo "por violar el estado de derecho". Más recientemente Gustavo Díaz Ordaz envió a prisión a Heberto Castillo, a José Revueltas, a Adolfo Gilly, a Pablo Gómez, a Elí de Gortari, a Fausto Trejo, a Raúl Alvarez Garín, y a muchos otros intelectuales y hombres de ciencia, "porque violaron el imperio de la ley".
5. El PRI y el PAN conforman una alianza perversa. Seguramente votarán juntos hoy, no con el objeto de que se cumpla la ley, sino con el propósito de fabricar un proceso judicial al líder político favorito para las elecciones presidenciales de 2006. Desde que Salinas los juntó, cada vez que acuerdan algo suceden cosas terribles para México. Su costo político será altísimo: la conciencia de que López Obrador tiene la razón y el derecho de su lado crecerá. El voto por el desafuero es la mejor muestra de la debacle del gobierno de Fox y de la ausencia de cambio.
6. La lucha sigue. Si se llega a concretar el desafuero existe toda una ruta para continuar la lucha. Falta un complejo proceso judicial, saber si se libra o no la orden de aprehensión, si se determina o no el auto de formal prisión. Faltan los amparos para defender los derechos políticos de López Obrador. Están pendientes las controversias que puedan interponer órganos del gobierno de la ciudad. Está la lucha en los organismos de derechos humanos internacionales, y otro tipo de recursos legales. Pero aparte, falta toda una lucha política, con imaginación, con movilizaciones pacíficas. El carácter pacífico de la movilización es esencial, porque el PRI y el PAN apuestan a la provocación y a la violencia para aislar a un movimiento que tiene el apoyo de la mayoría. Desde la cárcel, Andrés Manuel López Obrador podrá inscribirse a las elecciones internas del PRD para buscar la candidatura presidencial del partido, y si gana esas elecciones internas podrá comenzar una etapa de lucha más. Se trata de defender la voluntad popular y el derecho a elegir.
7. Vamos a ganar. La farsa jurídica del PRI y del PAN es grotesca. Nadie la cree. El 80 por ciento de los capitalinos rechaza el desafuero, y 60 por ciento de la opinión pública nacional también. A estas alturas, hagan lo que hagan, el PRI y el PAN ya perdieron. La mayoría está con Andrés. Hay que cuidarla, con muchas alianzas, porque en esta lucha hay muchos ciudadanos que no forman ni quieren formar parte de un partido político. Todo es cuestión de luchar, movilizar, informar y seguir construyendo la mayoría que gane la elección presidencial de 2006. Estar abiertos, unidos, desplegar la imaginación, rechazar la violencia, mantener la alegría. Ni tristeza ni enojo. El que se enoja pierde, y el que se aflige se afloja. Aunque haya desafuero y aunque metan a Andrés Manuel a la cárcel la lucha sigue, somos mayoría, nos asiste la razón y con paciencia y perseverancia: ya ganamos.