Descarta el jefe de bancada que esté apretando tuercas

Se resiste bloque del PRI a someterse ante Chuayffet

El pleno camaral aprueba formato propuesto por Beltrones

ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO

El priísta Emilio Chuayffet Chemor, principal impulsor del desafuero al jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Andrés Manuel López Obrador, no consiguió el respaldo unánime de su bancada para votar en bloque, y a fin de convencer a los inconformes, decidió postergar para mañana la definición del PRI, en la reunión previa al jurado de procedencia.

Junto a los reacomodos en las filas del priísmo -en las que se informó a este diario que más de 200 de sus legisladores se sumarán a la decisión final de retirar el fuero al gobernante capitalino- el pleno de la Cámara de Diputados aprobó, sin objeción, el formato del jurado de procedencia sugerido por el presidente de la mesa directiva, Manlio Fabio Beltrones.

De tal forma, los representantes de PRI, PAN, PVEM y Convergencia acotaron una posibilidad de intervenir en tribuna al jefe de Gobierno, porque decidieron que el representante del Ministerio Público Federal intervenga 30 minutos para presentar alegatos, y López Obrador le siga con el mismo lapso; sólo si el enviado de la Procuraduría General de la República usa por segunda ocasión el micrófono, por espacio de 15 minutos, el acusado tendrá derecho a réplica. También se confirmó la propuesta de cambiar de sede el jurado de procedencia si existe la percepción de violencia en San Lázaro.

Mientras se afinan las herramientas políticas de Chuayffet para complacer a su líder nacional, Roberto Madrazo Pintado, con el voto unánime de los priístas mañana en el pleno de San Lázaro, el coordinador de la bancada del Partido del Trabajo, Alejandro González Yáñez, manifestó que la defensa de López Obrador deberá circunscribirse a evitar, de cualquier forma, la provocación y violencia proveniente del gobierno federal.

El petista sostuvo que el jefe de Gobierno y su equipo cercano deberán emprender una operación político-diplomática de gran calado; movilización de la opinión pública nacional, con objeto de que López Obrador no sólo se mantenga en el actual nivel de aceptación en las encuestas, sino que su popularidad crezca; movilización popular-callejera, que evite que el jefe del GDF encabece las protestas, y que sus operadores políticos emprendan el rechazo pacífico al gobierno federal, "porque el Estado mexicano tolera todo, siempre y cuando no se bloquee su funcionamiento".

En caso contrario, explicó González Yáñez, se desbordaría otro tipo de rechazo que nada tiene que ver con el actuar pacífico de la sociedad, sino con movimientos como el EPR y el EZLN, además de que se desestabilizaría la Bolsa Mexicana de Valores y la economía, con el consiguiente castigo de las corredurías internacionales, que aplicarían a México su dichoso calificativo riesgo-país. "Lo que observaremos en los próximos meses será un choque y medición de fuerzas", dijo.

No obstante las advertencias relativas a las consecuencias de una inhabilitación a López Obrador, en las filas del priísmo se ha configurado en los días recientes la idea de que no sucederá nada más allá de las manifestaciones públicas convocadas por el jefe de Gobierno.

El criterio que se ha ventilado en las reuniones plenarias de la bancada del PRI, a la que se pretende imponer la línea jurista de Chuayffet, se refiere al simple y llano respeto de la ley, porque, como sostuvo una diputada que pidió se omitiera su nombre, "los priístas estamos defendiendo el derecho al amparo de los mexicanos, y no nos importa si el castigo es para López Obrador o cualquier otro. Es el único derecho que persiste como garantía de justicia para el ciudadano de este país".

La obsesión del coordinador

Esa definición, pese a las reiteradas negativas de que él da línea a sus diputados, ha sido dictada por Chuayffet a sus dos principales operadores: Wintilo Vega y Jorge Uscanga Escobar, para que convenzan a la mayoría de sus compañeros.

Chuayffet aceptó ayer que no existe una decisión unívoca en su bancada, y como no ha logrado llevar a todos los priístas al terreno que él quiere, argumentó que están en la lectura del dictamen y del voto particular del presidente de la sección instructora, Horacio Duarte, para definir lo que en San Lázaro ya se sabe: que la mayoría del PRI aportará su fuerza para inhabilitar al jefe de Gobierno.

-¿Usted está apretando tuercas?

-No. Absolutamente no. La prueba está en que hemos visto manifestaciones de compañeros nuestros que no están de acuerdo, lo han dicho con toda libertad.

-¿Y cómo van con el consenso? Se habla de que hay diputados del sector campesino que están en contra, y otros más de Puebla, como René Meza Cabrera.

-Hemos logrado mantener la unidad y respetar la no convergencia en algunos temas que se discuten en la fracción, producto de la libertad interna. Si no la hubiera, si estuviera presionando a los diputados, quizá no escucharíamos esas voces que no comparten una decisión eventualmente producida en favor del desafuero. Lo que busco es que cada diputado esté informado de manera suficiente para emitir su sufragio en libertad, eso es lo que busco y se lo digo en serio.

Por el contrario, Luis Antonio Ramírez Pineda insistió en que él y la mayoría de la bancada cenecista están contra el desafuero: "Hemos revisado el tema desde el punto de vista político y consideramos que no nos conviene hacer el trabajo sucio al Presidente. Es una decisión política, no jurídica: no debemos prestarnos al juego de Vicente Fox".

Inclusive en las filas del PAN, en las que el voto será unánime, porque los estatutos de la bancada establecen que la decisión mayoritaria deberá acatarse, el presidente de la Comisión de Hacienda, Gustavo Enrique Madero, refirió que los legisladores se enfrentan a un falso dilema entre justicia y legalidad: "Lo que deben hacer los diputados es evaluar si un funcionario público debe terminar su encargo para iniciarle un proceso penal, o desaforarlo ahora. En el PAN triunfó la valoración jurídica por encima de la política".

El descendiente de Francisco I. Madero no dio respuesta a la pregunta que rondó en San Lázaro: "¿Qué papel asumirán el PRI y el PAN? ¿El de (el traidor Victoriano) Huerta o el de Madero?" En cambio, reviró: "No, no se trata de eso, no hay símil, esto es un simple castigo a un desacato judicial".

La invocación de Alvaro Elías

El viernes, Horacio Duarte acusó que priístas y panistas no sólo van por el desafuero, sino que en su convicción interna son capaces hasta de cargar una foto de Huerta en el bolsillo.

-¿Ya trae su estampita? -se le preguntó al abogado y catedrático potosino Alvaro Elías Loredo.

-Aquí la traigo, es la de San Ignacio de Loyola, y me la dieron mis primas para el jueves -dijo, mientras sacaba de la bolsa de su camisa una imagen del santo, que en el reverso traía la siguiente oración: "Alma de Cristo, santifícame/ cuerpo de Cristo, sálvame/ sangre de Cristo, embriágame/ agua del costado de Cristo, lávame/ Pasión de Cristo, confórtame/ Oh, buen Jesús, óyeme/ Dentro de tus llagas, escóndeme/ No permitas que me aparte de Ti/ Del maligno enemigo, defiéndeme/ En la hora de mi muerte, llámame/ Y mándame ir a Ti/ Para que con tus santos te alabe/ Por los siglos de los siglos. Amén".

Mientras proseguía el desplante religioso de Elías Loredo, el perredista Julio Boltvinik reveló que el pasado fin de semana buscó en tres diccionarios el significado de la palabra canalla, "para encontrar un sentido a la canallada que van a cometer" contra López Obrador.

Expuso: "Me encontré conque viene de can, de perro. Significa 'muchedumbre
de perros'. Y eso hay que ligarlo con lo que dijo Tatiana Clouthier a los panistas, dejar de ser perros para ser amos. El diccionario Moliner dice que es el peor epíteto que se le puede decir a alguien".