Virtual funeral de Estado al Papa; acuden Ricardo Alarcón y Pérez Roque, entre otros
Asiste Fidel Castro a la misa por Juan Pablo II ofrecida en La Habana
Ampliar la imagen El presidente cubano Fidel Castro firma el libro de condolencias por la muerte de Juan Pablo II en la Nunciatura Apost�a en la Habana FOTO Reuters
La Habana, 4 de abril. El presidente Fidel Castro elevó más aún el alto rango del homenaje al papa Juan Pablo II, al asistir con un grupo de funcionarios del gobierno y del Partido Comunista de Cuba (PCC) a la misa funeral que ofició esta noche el cardenal Jaime Ortega en la catedral de La Habana.
De traje y corbata oscuros, el líder cubano siguió la ceremonia en la primera fila de bancas, al lado de Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del PCC; del líder del Parlamento, Ricardo Alarcón; de los vicepresidentes Carlos Lage y Esteban Lazo, y del canciller Felipe Pérez Roque.
Atrás estaban ministros como Abel Prieto; líderes del PCC, como Pedro Sáez y miembros del Consejo de Estado, como Armando Hart, José Miyar y Carlos Valenciaga.
Fue un virtual funeral de Estado, al que asistieron también dignatarios de otras confesiones y el cuerpo diplomático en pleno, incluso el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos, James Cason, así como cerca de mil 500 personas dentro del templo.
Además, una compacta multitud de unos 2 mil fieles se congregó en el atrio y siguió la ceremonia en dos pantallas gigantes.
El Papa polaco hizo a Castro volver a una misa, como lo había hecho el 25 de enero de 1998, cuando el pontífice ofició en la Plaza de la Revolución.
Había que remontarse a 1959 para encontrar otra asistencia pública del líder cubano a una misa católica, después del triunfo de la revolución. Fue en ese mismo año, en la celebración del Congreso Eucarístico.
Aunque no está al alcance un registro indudable, es posible que haya habido otra ocasión en aquella época, cuando se casó Emma, la hermana del mandatario.
En la misa, de casi dos horas, Castro se mantuvo en silencio durante las oraciones, pero a menudo intercambió comentarios con Caridad Diego. Ambos con la mirada en el altar y los índices buscando un punto, aparentemente comentaban una liturgia muy diferente a la preconciliar que pudo conocer el mandatario durante su infancia en un colegio de jesuitas.
Al final de la celebración, Ortega saludó a Castro y ambos conversaron unos segundos. El cardenal viajaba esta noche a Roma, donde participará en las honras fúnebres de Karol Wojtyla, en las que Alarcón encabezará la misión oficial.
El mandatario y su hermano menor y segundo hombre en el poder, el general Raúl Castro, acudieron en la tarde a la Nunciatura Apostólica a firmar el libro de condolencias.
A diferencia del tono amistoso pero formal del comunicado del gobierno por la muerte de Juan Pablo II y del mensaje institucional que Castro envió, como jefe de Estado, al camerlengo del Vaticano, en su nuevo texto el mandatario expandió el elogio al pontífice y se permitió dosis de personal emoción.
"Descansa en paz, infatigable batallador por la amistad entre los pueblos, enemigo de la guerra y amigo de los pobres", escribió Castro. "Fueron vanos los esfuerzos de quienes quisieron usar tu prestigio y tu enorme autoridad espiritual contra la causa de nuestro pueblo en su lucha contra el gigantesco imperio.
"Nos visitaste en tiempos difíciles y pudiste percibir la nobleza, el espíritu solidario y el valor moral del pueblo, que te recibió con especial respeto y afecto, porque supo apreciar la bondad y el amor por los seres humanos que impulsaron tu largo peregrinar sobre la Tierra.
"Dijiste antes de regresar a Roma que las medidas económicas restrictivas impuestas desde fuera del país eran injustas y éticamente inaceptables. Eso te ganó para siempre la gratitud y el
cariño de todos los cubanos que hoy te rendimos merecido tributo.
"Nos duele tu partida, inolvidable amigo y deseamos con fervor que tu ejemplo perdure".
En contraste, Raúl Castro escribió con sobriedad: "Juan Pablo Segundo, Su Santidad, clamó por los pobres, luchó por la paz. Lo recordaremos siempre con respeto y profunda amistad".