México, único país de AL con microscopio electrónico aplicado a la arqueología
México se ubica a la cabeza en el ámbito latinoamericano en la utilización de la microscopía electrónica de última generación en proyectos de investigación arqueológica. Se trata de una herramienta que ha contribuido a incrementar la eficiencia del análisis de materiales prehispánicos a nivel externo y estructural, y en consecuencia a complementar los estudios históricos y culturales que se desarrollan para profundizar en el conocimiento del pasado.
José Antonio Alva Medina, responsable del Laboratorio de Microscopía Electrónica de Barrido (LMEB) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que México es la única nación de América Latina donde se tiene instalado un microscopio con esas características, que ha facilitado la labor cotidiana de los arqueólogos, toda vez que permite obtener respuestas a los problemas que se presentan durante sus investigaciones.
Se trata de un Microscopio Electrónico de Barrido (MEB), que fue donado al INAH por el gobierno de Japón, en 2002. A dos años de su operación, esta tecnología de última generación, respecto a modelos anteriores, permite realizar análisis químicos de materiales en un minuto e interpretarlos en cinco.
Herramienta versátil
Al participar como ponente en el Seminario Permanente de Arqueología que lleva a cabo el Museo del Templo Mayor, con el tema El impacto de la microscopía electrónica de barrido en la arqueología, el ingeniero químico habló de la serie de ventajas que ha ofrecido el uso de esta tecnología y su aplicación durante dos años, en proyectos como el análisis de muestras de pintura mural del sitio Cerro del Tezcotzinco; pintura mural de El Tajín; códice Techialoya de San Pedro Tototelpec y objetos de concha del Templo Mayor .
"Es una herramienta versátil que además de reducir tiempos y costos en la investigación, no daña los materiales y permite conocer a detalle su morfología y estructura", precisó Alva Medina al indicar que una de las principales ventajas es que por ser de tipo orgánico, las muestras prehispánicas eran difíciles de estudiar con los microscopios anteriores.
De esta manera, dijo, textiles, cerámica, papel, litica, madera, metales, pintura, polímeros y catalizadores pueden ser analizados con el MEB, a partir de dos metodologías: por electrones secundarios, que permite conocer las características externas, y por electrones dispersos, que ofrecen detalles de su composición estructural.
Alva Medina comentó que entre los proyectos futuros en los que se aplicará el MEB, se encuentran los referentes al estudio de huellas de trabajo en objetos de concha y lapidaria en diversos sitios arqueológicos; de pigmentos de materiales en las zonas arqueológicas de Lagartero y Teotihuacan, y el de microestructura de guajes del cerro de la Estrella, en Iztapalapa.
De la Redacción