En sólo 16 meses, 160 mil jugadores lograron un rendimiento de 45 por ciento
Auge en la bolsa; inversionistas concentran un tercio del PIB
Repunta mientras se precariza el empleo y pierden rentabilidad las actividades productivas
Mientras la rentabilidad de la inversión productiva se desplomó en los últimos años y las nuevas fuentes de ocupación se generan sobre todo en la informalidad, la obtención de ganancias por parte de un puñado de personas y empresas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) vive una etapa dorada, según se desprende de informes oficiales.
El precio de los activos cotizados en el mercado accionario local se ubicó en febrero pasado en 2.5 billones de pesos, más de una tercera parte del valor de toda la economía mexicana, y una cantidad que representó un incremento de 45 por ciento comparado con el cierre de 2003, de acuerdo con reportes del Banco de México, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
El nivel de concentración de las inversiones en el mercado accionario se refleja en el hecho de que, según datos oficiales de la CNBV, el número de inversionistas con contratos en las casas de bolsa sólo es de 160 mil 45, 0.11 por ciento de la población.
En los últimos años, la rentabilidad de las inversiones productivas en México se ha ido a pique, como se refleja en reportes de instancias oficiales, como el más reciente informe del Banco de México. Pero la estructura de concentración de la economía mexicana sigue generando dividendos para un pequeño sector, el que mueve sus inversiones en la bolsa que ha logrado acumular activos por equivalente 2.5 billones de pesos, cantidad que equivale a 34.2 por ciento del valor del producto interno bruto (PIB) de 2004, calculado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en 7.35 billones de pesos. (Un billón equivale a un millón de millones).
Según un reporte del grupo financiero Banamex-Citigroup, el valor de capitalización -es decir, su precio de mercado- de las acciones de las empresas inscritas en la bolsa se situó en febrero en 2 billones 514 mil 527 millones de pesos. Esta suma representa un incremento de 45 por ciento respecto al valor alcanzado al cierre de 2003, que fue de un billón 731 mil millones de pesos. Se trata de un nivel de rentabilidad que supera con creces al de cualquier inversión financiera y, desde luego, a la tasa de retorno de las inversiones productivas.
Según la CNBV, al cierre del año pasado en la Bolsa Mexicana de Valores participaban 160 mil 045 inversionistas, una cantidad que fue menor en 2 por ciento a la registrada en 2003.
Así, de acuerdo con los datos del grupo financiero y del organismo gubernamental, un número de inversionistas equivalente a 0.11 por ciento del total de la población del país detenta activos financieros con un valor de 2.51 billones de pesos. Sus inversiones, que han tenido una rentabilidad de 45 por ciento en 16 meses, son equivalentes una tercera parte del valor de los bienes y servicios producidos por la economía en su conjunto en un año.
En términos promedio, cada uno de esos 160 mil 045 inversionistas en el mercado bursátil detenta una cartera de 15.7 millones de pesos. En junio de 2004, el valor promedio de recursos por inversionista había de 12.4 millones de pesos.
Mientras esta parte de la economía, la relacionada con la operación de acciones en el mercado accionario, atraviesa por un auge no visto en más de una década, la parte productiva de la economía no puede presumir de los mismos beneficios.
Por un lado, como indicó el último informe del Banco de México al Congreso, el país "dejó de ser atractivo para la inversión". La opinión del banco central está sustentada en el hecho, citado por la institución, de que los flujos de capital hacia México han disminuido, las empresas extranjeras salen de aquí para buscar otras sedes y la capacidad de competir con otras naciones va a la baja.
Otro indicador es la recaudación del Impuesto Sobre la Renta (ISR). El cobro de este tributo, que grava los salarios y las ganancias de trabajadores y empleados, en el primer caso, y de las empresas, en el segundo, se ha deteriorado progresivamente en los últimos tres años, periodo en el que los dividendos financieros han repuntado.
Según datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), el cobro del ISR representó 5.08 por ciento del PIB en 2000, pero esta proporción bajó a 4.70 por ciento en 2004, un nivel similar al de 2000.
En especial, el cobro de ISR a las ganancias disminuyó de 2.20 por ciento del producto interno bruto en 2000 a sólo 1.72 por ciento del producto en 2004, de acuerdo con la misma fuente.