Lamentan Garza y Ortega el "papelón" del panista
No fue "yerro", sino protagonismo y soberbia de Fernández de Cevallos
El "yerro" de Diego Fernández de Cevallos al dar por muerto al papa Juan Pablo II y ordenar un minuto de silencio en el Senado de la República no fue una "falla humana", como él aseguró, sino el resultado del protagonismo, "soberbia y autoritarismo" con que el panista se comporta siempre, señalaron los senadores Laura Alicia Garza Galindo y Jesús Ortega Martínez.
Ambos lamentaron "el papelón" que Fernández de Cevallos hizo un día antes y coincidieron en que se debe poner freno a esa forma "abusiva y prepotente" del panista, toda vez que ya puso en riesgo el prestigio de esa Cámara del Congreso.
Garza Galindo comentó que ha habido ya confrontaciones porque en el Senado trata a los legisladores "como si fueran sus pupilos" e incluso trata de someterlos, en lugar de buscar consensos y dirigir el trabajo legislativo.
Ortega Martínez recordó que un día antes el panista fue particularmente grosero con el senador Humberto Roque Villanueva, a quien impidió que argumentara por qué debería repetirse una votación y "lo mismo ha hecho con legisladores de su propio partido".
Garza Galindo hizo notar que en la sesión del jueves, además de "adelantar la muerte del papa Juan Pablo II", el presidente del Senado maniobró para evitar que se aprobara la propuesta de citar a comparecer al canciller Luis Ernesto Derbez, así como a los secretarios de Gobernación y de la Defensa Nacional, para que expliquen cuáles son los compromisos del gobierno mexicano en la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad para América del Norte.
-¿Fernández de Cevallos maniobró desde la mesa directiva para que no se le diera trámite urgente?
-Sí. Fue muy evidente que retrasó el cierre del sistema electrónico, más allá de los tres minutos que marca el reglamento, mientras llamaban a otros panistas para que no alcanzáramos las dos terceras partes de los votos requeridos. Hasta que vio entrar y sufragar a Lidia Madero, fue cuando cerró la votación. Luego se comportó muy grosero con Roque Villanueva, quien de de manera muy comedida le pedía aplicar el reglamento.
Garza Galindo indicó que en otras ocasiones ha tenido roces con Fernández de Cevallos, por ejemplo, cuando ella presentó ante el pleno la propuesta de su bancada sobre el nuevo régimen fiscal de Pemex y el panista intentó reducir su tiempo de exposición. "Golpeaba el micrófono a cada rato para impedirme continuar, pero por supuesto no le hice caso".
Por separado, Ortega hizo notar que el problema es esa visión autoritaria y soberbia con que Fernández de Cevallos preside el Senado. Casi siempre llega tarde y decide, de manera unilateral, asuntos de relevancia, como posponer dos semanas la discusión del dictamen de la Ley Federal de Radio y Televisión o el minuto de silencio que ordenó la víspera, sin estar seguro de que el Papa ya hubiera fallecido.
"El presidente del Senado debe asumir una actitud de más respeto a la investidura que ostenta", recalcó el perredista.