La magna exposición sobre la cultura egipcia se abrirá al público el martes 29
Todo listo para disfrutar el culto al sol
Después de visitarla habrá que buscar similitudes con Mesoamérica, propone el curador
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Estatua doble del fara�iuserra, cuya antig�data de 2 mil 390 a�AC, una de las 152 obras que componen la muestra Fara�OTO Francisco Olvera
La propuesta es la siguiente: después de visitar la magna exposición Faraón: el culto al sol en el antiguo Egipto hay que darse una vuelta por las salas permanentes del Museo Nacional de Antropología para apreciar de manera precisa las similitudes entre dos culturas milenarias: la mesoamericana y la egipcia.
El planteamiento anterior fue formulado por el director del Museo Egipcio de Berlín, Dietrich Wildung, quien junto con la directora del Museo Estatal de Arte Egipcio de Munich, Sylvia Schuske, llegaron a México para ultimar los detalles de la exposición que se abrirá al público el martes 29, un día después de la apertura oficial.
Hace una semana lo que dominaba la sala de exposiciones temporales, mil 200 metros divididos en 14 apartados, era el plástico cubriendo las piezas, el olor de la pintura recién aplicada, pedacería de madera en el suelo y varios nichos vacíos (La Jornada, 18 de marzo de 2005).
Este miércoles, el recinto luce diferente: las 152 piezas están en su sitio, las hojas blancas en las que se escribió el nombre de la obra que se colocaría en tal o cual lugar cedió paso a pequeños soportes de metal en los que podrá leerse la ficha alusiva.
Falta colocar los cedularios electrónicos, una de las innovaciones para esta muestra, así como la iluminación en algunos de los objetos que podrán admirarse desde el 29 de marzo y hasta el 10 de julio. Sin embargo, el público empieza a acercarse para admirar las dos estatuas de la diosa Sejmet que custodian la entrada, mientras los souvenirs comienzan a ocupar las vitrinas de la tienda.
Las piezas provenientes de Alemania pesan más de 40 toneladas. La más antigua es un modelo de barca en forma de cocodrilo, del año 3 mil 300 aC y las más recientes son Máscara para momia de cocodrilo (siglos I-III, dC) y Pila para ofrendas con cocodrilo y ranas (siglos II-III, dC). Es un recorrido temático, no cronológico, por casi cuatro milenios.
Al lado hay piezas de gran tamaño, como la escultura de Ramsés II y el sarcófago de Ankh-Hor, con sus casi ocho toneladas de peso en granito negro. A ellas se añaden las dos obras que se encuentran en el vestíbulo del Museo Nacional de Antropología: la estatua monumental de Tutankhamon y el Obelisco de Ramsés II.
Respuestas a teorías ''seudocientíficas''
Faraón..., la muestra más relevante que ha salido de Alemania, no busca exhibir lo que todo mundo conoce: que en Egipto había momias y el culto a la muerte, explicó Sylvia Schuske. Dentro de esa cultura, añadió, hay más cosas, y si seguimos las huellas del culto solar -tema central- verepara acercarnos a diferentes estratos de la población y la cotidianidad de esa sociedad.
La muestra también intenta alejarse de aspectos esotéricos y ocultistas que permean diversos estudios y el posible nexo directo entre las culturas de América y la egipcia.
A ello se refirió el director del Museo Egipcio de Berlín, Dietrich Wildung, quien señaló que la muestra, de la que es curador, busca responder a esas teorías planteadas por ''seudocientíficos" que sostienen la relación directa entre las dos culturas, en la realidad separadas por cientos de años y un océano.
Para la curaduría, señaló, nos basamos en un concepto preciso y un hilo temático que es el culto al sol; establecer el papel que el astro tenía en la vida cotidiana y después, quien la visite, tiene la opción de pasar a las salas permanentes y buscar similitudes entre culturas de dos continentes.