Usted está aquí: jueves 24 de marzo de 2005 Mundo Indispensable, un sistema de seguridad colectiva como la ONU: Enrique Berruga

Enfrenta el organismo amenazas para las que no fue diseñado, dice el embajador mexicano

Indispensable, un sistema de seguridad colectiva como la ONU: Enrique Berruga

El debate sobre las reformas radica en cómo abrir más la participación internacional, señala

DAVID BROOKS/III Y ULTIMA CORRESPONSAL

Nueva York, 23 de marzo. Tan graves estaban las cosas que a finales del año pasado hubo una reunión secreta en Manhattan de un grupo de influyentes diplomáticos y Kofi Annan con el objetivo de "salvar" al secretario general y su Organización de Naciones Unidas.

El año pasado fue calificado por el propio Annan como el "agnus horribilis", y el grupo que lo convocó -todos estadunidenses- incluyó al ex embajador ante la ONU Richard Holbrooke, Leslie Gelb, ex presidente del Council on Foreign Relations, y otros personajes reconocidos, quienes consideraban que la crisis del organismo mundial había llegado a un momento decisivo. Las recomendaciones fueron reparar la relación con Washington y reorganizar la cúpula de la burocracia de Naciones Unidas.

Poco después de esta reunión, Annan anunció como su nuevo segundo al mando al reconocido administrador del programa de desarrollo de la ONU, Mark Malloch Brown, y se entrevistó con Condoleezza Rice. Ahora Annan prepara el camino para la cumbre de la ONU en septiembre, donde presentará propuestas para una reforma "integral", y también establecer las metas de corto y largo plazo; y para intentar rescatar su legado en sus últimos dos años en el puesto.

El tsunami rescató a la ONU y a Annan por el momento. Con el desastre natural, se suspendió por un periodo la crisis entre la organización y Washington, y todos mostraron un frente común. Pero fue momentáneo, y ahora las tensiones son palpables de nuevo.

Algunos creen que la ONU está al borde de una crisis fatal, algo nutrido por no pocos republicanos influyentes en Washington. Es secreto abierto que la moral dentro de la ONU es bajísima después de un año de revelaciones de corrupción, escándalos de hostigamiento sexual, acusaciones de violaciones y promoción de prostitución por fuerzas de mantenimiento de paz y más.

Pesimismo y hartazgo

Hay hartazgo frente a la ofensiva e insultos que provienen sin cesar desde Washington. No sorprende que algunos dentro de los edificios de la ONU estén tan deprimidos que, de manera sarcástica pero con mensaje, comentan que tal vez los republicanos anti-Naciones Unidas tienen razón y es hora que la organización desaparezca.

Para Enrique Berruga, embajador de México ante el organismo, esa no es una opción. "Si se cerrara mañana la ONU, habría que empezar crearla al día siguiente", dice en entrevista con La Jornada. "Es inevitable porque ese sistema global de seguridad colectiva es necesario" ya que cada fenómeno regional hoy tiene impactos globales. "Hoy existe una interconectividad única en la historia del mundo" y por lo tanto se debe buscar un equilibrio entre lo que son intereses nacionales y colectivos, y eso sólo se puede realizar dentro de algo que hoy se llama ONU, afirmó.

En esta coyuntura mundial, dice, hay dos cosas fundamentales: "una revisión del balance del poder y el surgimiento de amenazas para las cuales no fue diseñada la ONU". Habla de lo que aquí se llaman las "amenazas sin pasaporte" que incluyen el crimen internacional organizado, el terrorismo internacional, el calentamiento global, el sida, la proliferación de armas de destrucción masiva, todos fenómenos sin nacionalidad en los términos tradicionales. La visión de la ONU en 1945 "no alcanzó a mirarlas", señala.

México, indica, está planteando, por esto, un "sistema evolutivo" que permita que la organización pueda cambiar y responder a nuevos desafíos, sin tener que hacer una restructuración profunda y siempre conflictiva para que 191 países se pongan de acuerdo cada vez que hay cambios en el ámbito mundial.

Por lo tanto, este momento decisivo en la vida de la ONU -sostiene- es el "fin de la fase uno" de esta organización y el inicio de una segunda fase de su vida institucional. La primera fue la que respondió al mundo tras la Segunda Guerra Mundial y la guerra fría, donde lo fundamental era evitar guerras entre estados y mantener la seguridad colectiva. "Pero las guerras entre estados hoy son la excepción", indica. Ahora, los nuevos conflictos y amenazas "sin pasaporte" requieren de una nueva Carta de la ONU, o un anexo, ya que "las herramientas que teníamos desde 1945 ahora son insuficientes" para enfrentar los nuevos desafíos. "Necesitamos otra caja de herramientas y ese es el gran debate de la reforma", resumió Berruga.

Para enfrentar estos nuevos desafíos trasnacionales, "se necesita más cooperación internacional, y no menos". Aquí, Berruga señala que el debate sobre la reforma del Consejo de Seguridad y la Asamblea General, entre otras, tiene que girar en torno a cómo abrir, y no cerrar más la participación de los países en la toma de decisiones. Si no hay un ajuste que permita una respuesta ágil ante estos desafíos, "si podría llevar a la parálisis de la ONU, y con ello llegaríamos a la irrelevancia".

En ese sentido hay un debate sobre reajustes en el balance del poder en el mundo, con el surgimiento de nuevas potencias, como China, India, el mundo árabe, ascensos y descensos de ciertas potencias, y eso debe reflejarse dentro de cualquier reforma de la ONU.

Lo que está en juego en el debate, explica el embajador mexicano, es "si vamos a ser capaces de crear un sistema de desarrollo sustentable en el mundo, si vamos a ser capaces de ganar la batalla al terrorismo internacional..., si las sociedades van a ganar la batalla contra el crimen organizado internacional, si vamos a desterrar fenómenos como el sida, esas son las cosas que se están discutiendo aquí".

A la vez, permanece lo fundamental: "el valor agregado que da la diplomacia por un lado, y la paz. La paz a veces parece como palabra para discurso en Estocolmo, ¿verdad?", comenta. Pero señala que el hecho de que Europa ha vivido sin guerra durante más de medio siglo es algo que contrasta con la historia de Europa durante los 600 años anteriores, diferencia fundamental que se registra en su desarrollo económico y social. "Eso lleva a la conclusión obvia de que "la paz es una condición inescapable para tener bienestar social e individual".

Y esto lleva a otra conclusión básica: "si no hay diplomacia la forma de solucionar los conflictos es la que ya conocemos, el conflicto armado con todas sus consecuencias. Entonces, pegarle a la diplomacia es un suicidio.

"Es un momento clave" en la historia de la organización, dice Berruga. "Pero hay que preguntarnos ¿si no existiera algo así, qué tipo de alternativa tendría el mundo para ponerse de acuerdo en lo que sea? ¿Habría otro tipo de mecanismo radicalmente distinto para ponerse de acuerdo? Yo creo que no; para el país que sea".

Al cumplir 60 años, la ONU enfrenta la disyuntiva de si logrará tener una "segunda fase". Berruga explica que México tiene dos objetivos: encontrar un método para lograr que la reforma se pueda llevar a cabo y elaborar propuestas sobre los rubros prioritarios. Para eso, México junto con otros países, promovió un "grupo de amigos" de unos 15 miembros representativos de varias regiones del mundo que ya formuló 14 acuerdos que ya han sido entregados al secretario general Annan.

Este es el único agrupamiento que está trabajando de esta manera, señaló Berruga, y busca aportar así acuerdos iniciales de un "microcosmos" de países sobre los temas clave para que sean punto de partida para generar el consenso general al llegar a la cumbre en septiembre "y traducirla en reformas".

"La credibilidad la va ganar la ONU en la medida que vaya siendo más efectivo en detener algunas de estas amenazas, y que las sociedades lo registren", concluye.

 
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