Usted está aquí: miércoles 23 de marzo de 2005 Cultura Se arriesga un teatro de Birmingham a desatar de nuevo la ira de la comunidad sij

En diciembre canceló por desmanes la obra Deshonor y ahora estrena Campanas

Se arriesga un teatro de Birmingham a desatar de nuevo la ira de la comunidad sij

AFP

Londres, 22 de marzo. Un teatro de Birmingham (centro de Inglaterra), que fue atacado en diciembre por cientos de enfurecidos sijs por representar una pieza que presentaba una violación en un templo sij, estrena este martes una obra sobre burdeles musulmanes, escrita por una dramaturga paquistaní.

Las protestas contra Behzti (Deshonor), escrita por la dramaturga sij Gur-preet Kaur Bhatti, dejaron varios policías heridos e importantes daños materiales, y obligaron al teatro a cancelar las representaciones de la pieza y a la dramaturga a esconderse luego de recibir amenazas de muerte.

Esta ocasión el Teatro de Repertorio de Birmingham, la segunda ciudad de Inglaterra, se arriesga a desatar de nuevo la ira de la comunidad sij al estrenar Bells (Campanas), de la joven escritora anglo-paquistaní Yasmin Whittaker Khan, quien sitúa la obra en una mujra, o casa cortesana en Paquistán.

Según la autora, las mujras -que son presentadas por la tradición y la industria cinematográfica paquistaníes como lugares de entretenimiento donde jóvenes cantan y bailan para los hombres- encubren muchas veces lugares en lo que se ejerce la prostitución.

Hipocresía masculina

La pieza escrita por Yasmin Whittaker no presenta escenas explícitas de sexo, pero pone de relieve la hipocresía de algunos religiosos que visitan la mujra después de acudir a sus rezos.

''En Pakistán las chicas son en ocasiones secuestradas y llevadas a la mujra, o llegan allí tras un divorcio o por causa de infortunios'', afirmó en declaraciones al diario The Times la dramaturga, quien nació en el seno de una familia paquistaní musulmana y fue adoptada por una familia inglesa.

Whittaker reconoce que su pieza es ''provocativa'', pero asegura que denuncia una realidad cotidiana para muchos paquistaníes.

''No me preocupa si hay protestas pacíficas, aunque no veo por qué debiera haberlas'', manifestó la dramaturga al periódico Daily Telegraph, y aseguró que la tradición de la mujra ahora es reproducida en Gran Bretaña, donde existen varios establecimientos de ese tipo, que visitó, dijo, para ambientar su pieza teatral.

Según la escritora, la comunidad musulmana cierra los ojos a la existencia de esos establecimientos.

 
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