Realizaron un círculo de unión en el Zócalo

Masones de todas las logias se unen contra el desafuero

JAIME AVILES

Vestidos en su gran mayoría de negro, con los codos pegados a las costillas y las muñecas cruzadas sobre el pecho, aferrando a izquierda y derecha las manos de sus vecinos, centenares de ilustres y poderosos hermanos (y también ilustres y no menos poderosas hermanas) que pertenecen a las grandes logias y supremos consejos de nuestro país, formaron ayer en punto de las 14 horas, y teniendo como centro la bandera monumental del Zócalo, un "círculo de unión" para expresar el repudio de la masonería mexicana al inminente desafuero de Andrés Manuel López Obrador.

Entrelazados de aquella manera porque la energía del sol, explicaba el maestro de ceremonias, "corre por nuestra sangre a través de todos nosotros, y para que el contacto sea más intenso debemos tocarnos también los pies", los herederos de las organizaciones liberales que florecieron en el mundo antes que los partidos políticos, gritaron al unísono, "repitiendo tres veces las tres palabras sacramentales":

-¡Salud, unión y fuerza! ¡Salud, unión y fuerza! ¡Salud, unión y fuerza! -antes de añadir- ¡Uno para todos y todos para uno!

Y entonces concluyeron así:

-¡No al desafuero! ¡No al desafuero! ¡No al desafuero!

Consigna que remataron con el más tradicional de sus gritos:

-¡Que así sea!

Mensaje a Madrazo

Procedentes de Jalisco, Sinaloa, Puebla, Guanajuato, Oaxaca, el estado de México y el Distrito Federal, los masones mexicanos de todas las corrientes y tendencias, desde aquellos que no admiten mujeres en sus estructuras hasta los que aceptan con orgullo la diversidad de géneros, lograron poner al margen sus diferencias internas y protagonizar una intensa jornada política para celebrar el nacimiento de don Benito Juárez y hacer público su apoyo a López Obrador.

Adscritos a las logias del Rito Escocés, al consejo supremo de Puente de Alvarado, a la Gran Logia del Valle de México, a la Organización Masónica Mexicana y al grupo Independencia número dos, se reunieron ayer muy temprano en el Hemiciclo a Juárez, de donde una representación pequeña se dirigió a Palacio Nacional y el resto al Panteón de San Fernando, unos para observar el "homenaje" de Santiago Creel al Benemérito de las Américas y los demás para depositar ofrendas florales sobre la tumba donde reposa el polvo de sus huesos.

Así, mientras el favorito de Vicente Fox -insólito conservador de ultraderecha que se autodenomina "liberal"- deponía sus creencias dizque juaristas, los juaristas de verdad se levantaron de sus asientos y mostraron pancartas que silenciosamente gritaban "no al desafuero". Ante esto, poco más tarde, Creel afirmaría que si en México hay disturbios "todo será responsabilidad de López Obrador", expresión tan ridícula que, puesta en labios de Maximiliano, equivaldría a sostener que "si los mexicanos nos reciben a balazos cuando invadamos su país, todo será culpa de Benito Juárez".

Logrados los objetivos políticos previstos, los juaristas concurrieron entonces al Zócalo para realizar el círculo de unión; después, muchos se fueron a comer a los jardines de la Alameda, para no dispersarse, porque faltaba el acto central de la tarde: la entrega de un busto de don Benito al embajador de Cuba en México, el doctor Jorge Bolaños.

Y en efecto, durante la ceremonia convocada por la Organización Masónica Mexicana, tendencia que sí acepta la participación de las mujeres, tomó la palabra Karla Vázquez, coordinadora de la logia, y en presencia de priístas de grueso calibre como el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, leyó un mensaje que vino a resumir el sentido político de las actividades del día.

"Para nosotras y nosotros, los grupos liberales de México, estamos viviendo un momento de definiciones y tenemos que tomar partido. Por eso hemos decidido que no permaneceremos al margen de la vida política sino al contrario, actuaremos enérgicamente contra el desafuero de López Obrador y el acoso del gobierno de Estados Unidos a Cuba", dijo la ilustre y poderosa hermana Vázquez.

A la luz de estas palabras, quedó claro que la masonería mexicana, ligada tradicionalmente al PRI, utilizó el día de ayer no para fijar una postura ante el gobierno panista de Vicente Fox sino ante el partido que preside Roberto Madrazo, uno de cuyos escuderos más cercanos, Ulises Ruiz, estaba allí, de pie junto al busto de Benito Juárez y a unos pasos de Martí Batres, el ex subsecretario de Gobierno del Distrito Federal a quien, a su turno, el embajador cubano saludaría como "el flamante presidente del PRD en la ciudad de México".

Para concluir la fiesta, el diplomático evocó el papel histórico de Juárez en Cuba y Jaime Ayala Ponce, soberano gran comendador de la logia oferente, obsequió al embajador un hermoso mandil de seda morada, bordado en hilo de oro, que "perteneció al general Lázaro Cárdenas del Río" y que Jorge Bolaños se ató a la cintura mientras tocaba la orquesta sinfónica de la delegación Azcapotzalco, dirigida por la ilustre y poderosa hermana Pilar, que se llevó una carretada de aplausos.