Busca imponer "ridículo" tope de alza salarial de 3 por ciento: Hernández Juárez
La política laboral de este gobierno es "la más nefasta de los últimos sexenios"
El panorama para las negociaciones salariales de 2005 se vislumbra muy difícil, con numerosos emplazamientos a huelga, que se podrían concretar, así como paros y múltiples manifestaciones, dado que el gobierno federal quiere imponer un tope de incremento "ridículo" de 3 por ciento para los contratos colectivos de las dependencias oficiales y busca extender este porcentaje a las empresas privadas.
El líder del sindicato de telefonistas, Francisco Hernández Juárez, señaló lo anterior y expuso que este gobierno se ha caracterizado por mantener topes salariales sumamente rígidos, como camisas de fuerza para los trabajadores.
Este año, agregó, "quiere apretar aún más los botones, y se podrían reventar", porque los trabajadores no están aceptando los bajos límites impuestos para sus revisiones salariales.
La política laboral de este gobierno, abundó el dirigente, ha sido "la más nefasta de los últimos sexenios" para los trabajadores porque no ha habido descanso en su insistencia de afectar los derechos consagrados en la Ley Federal de Trabajo, reducir prestaciones y mantener incrementos salariales muy castigados.
Incluso, para el presente año se han propuesto a las dependencias oficiales aumentos de 3 por ciento, cuando se estima que la inflación será mayor a 4 por ciento, sostuvo el también líder de la presidencia colegiada de la Unión Nacional de Trabajadores.
Respecto de las negociaciones que lleva a cabo este sindicato con la empresa Teléfonos de México (Telmex) para su revisión salarial del presente año, en la cual los trabajadores están demandando 19.07 por ciento de incremento, Hernández Juárez informó que van muy lentas las pláticas y aún no se tiene nada concreto.
Pronosticó que este año las negociaciones con la empresa serán más difíciles que en otros periodos, pero confió en alcanzar un acuerdo para impedir que se llegue a la huelga, cuyo emplazamiento se fijó para el próximo 25 de abril.
Se le preguntó si no es excesivo el porcentaje de incremento que demandan. Sonrió y contestó que desafortunadamente en este país ya se distorsionaron tanto los parámetros laborales que pedir un aumento justo y de acuerdo con el nivel de pérdida de poder adquisitivo ya suena excesivo, descabellado.
El gobierno y sus operadores, añadió, ya lograron que los trabajadores se conformen con tener un empleo y acepten las condiciones que los patrones quieran imponer, lo cual "es muy grave".
Ahora resulta, señaló, que a quienes desean defender sus derechos -entre ellos un salario digno- o sus prestaciones, como en el caso del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social con su régimen de jubilaciones y pensiones, se les quiere calificar de "abusivos", cuando en realidad todos los gremio deberían demandar aumentos por encima del techo que quiere imponer el gobierno.