Descartan que México y Estados Unidos alcancen acuerdo en materia migratoria
Economía y seguridad, los temas que dominarán la reunión Fox-Bush-Martin
Analistas: el encuentro podría derivar en un plan para elevar la competitividad
Tucson, 21 de marzo. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, intentará reducir las tensiones en comercio y migración el próximo miércoles, durante una reunión con el mandatario de México y el primer ministro de Canadá, que se centraría en fortalecer los lazos económicos y de seguridad.
La reunión con el primer ministro de Canadá, Paul Martin, y el presidente de México, Vicente Fox, podría derivar en un plan para mejorar la competitividad económica en Norteamérica en el contexto global, considerando la fuerte actividad de China e India y la expansión de la Unión Europea, manifestaron analistas.
Estados Unidos presiona por mayores medidas de seguridad, México busca una promesa sobre asuntos migratorios y Canadá espera menos restricciones comerciales estadunidenses, agregaron.
Canadá confía en que las conversaciones produzcan un acuerdo sobre la necesidad de ampliar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a un mejor manejo de ciertos asuntos, como las disputas comerciales con Estados Unidos sobre los aranceles a las multimillonarias exportaciones canadienses de madera.
Washington asegura que los gravámenes son necesarios para compensar los menores precios impuestos artificialmente por los exportadores canadienses de madera, y Canadá asegura que no incurre en prácticas ilegales.
Otro tema de interés se refiere a la decisión que tomó Canadá a principios de año de no participar en el sistema de defensa de misiles, el cual es visto como un revés para Bush.
"Van a desplegar un plan de acción que lleve a Canadá, México y Estados Unidos hacia una integración más profunda", expresó Armand Peschard-Sverdrup, director del Proyecto México del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
"Esta iniciativa norteamericana es el comienzo de una redefinición de la relación entre nuestros tres países", indicó.
Probablemente los dirigentes anunciarán un acuerdo para tomar medidas y ampliar su relación más allá de los límites impuestos en el TLCAN, consideraron analistas.
Nuevo plan
"Creo que necesitamos un nuevo plan de juego para lo que queremos hacer con el TLCAN después de lo acontecido el 11 de septiembre", manifestó Chappell Lawson, director del Consejo de Asuntos Externos, grupo de trabajo sobre el futuro regional.
Un reporte preliminar de los líderes de ese grupo, integrado por ex funcionarios de los tres países, recomendó la semana pasada la puesta en marcha "de una comunidad en materia de seguridad y economía para 2010" y establecer un arancel común y un perímetro de seguridad.
No obstante, la idea de una mayor integración continental es tema sensible en Canadá, país que, a diferencia de Estados Unidos, normalmente se inclina a la izquierda. Sin embargo, las autoridades tomaron rápidamente distancia de las conclusiones.
"Francamente la arquitectura propuesta por el grupo de trabajo, una especie de big bang, no es lo que se está discutiendo", dijo a periodistas un colaborador cercano del ministro canadiense, quien argumentó que Canadá quiere conversar sobre asuntos más prácticos, como eliminar los aranceles y disminuir las regulaciones para los negocios.
La reunión también simbolizará la importancia de los lazos de Estados Unidos con sus vecinos, después de un primer periodo en el que Bush se enfocó más en las secuelas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y de la invasión a Irak.
Las relaciones México-Estados Unidos se vieron afectadas por la oposición mexicana a la guerra contra Irak y se deterioraron más en meses recientes, después de que el gobierno estadunidense afirmó que las fuerzas de seguridad mexicanas estaban fallando en su combate contra el crimen en la frontera.
Pero cualquier movimiento en dos asuntos claves -menores restricciones para algunos trabajadores ilegales y el levantamiento de algunas barreras comerciales para Canadá- está fuera del alcance de Bush, según analistas.
La propuesta de Bush para crear un programa de trabajadores temporales, que permitiría a millones de migrantes ilegales, en su mayoría mexicanos, obtener condición de legalidad por tres años si cuentan con trabajo, ha encontrado hasta ahora fuerte oposición en el Congreso.