Usted está aquí: domingo 20 de marzo de 2005 Mundo Cuba "no volverá a vivir jamás" de la industria azucarera: Fidel Castro

Fue la columna vertebral de la economía isleña durante tres siglos

Cuba "no volverá a vivir jamás" de la industria azucarera: Fidel Castro

El futuro del país está en los servicios y los productos de alto valor agregado

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 19 de marzo. En un giro sorpresivo, que vaticina el final de una era en Cuba, el presidente Fidel Castro calificó a la industria azucarera de "la ruina" de la economía nacional, y afirmó que del producto "no volverá a vivir jamás este país".

Fueron apenas tres oraciones dentro de un discurso de casi tres horas, el jueves por la noche. Pero en esos pocos segundos el mandatario resumió una visión oficial que no se conocía públicamente con esa contundencia y claridad: la que dicta la sentencia de muerte a la que fue la columna vertebral de la economía cubana durante tres siglos.

"Del azúcar no volverá a vivir jamás este país", dijo Castro. Ese cultivo "pertenece a la época de la esclavitud y de un pueblo lleno de semianalfabetos".

El mandatario evocó en esa forma elíptica su argumento de que el futuro económico de la isla está en los servicios y los productos de alto valor agregado.

La declaración del líder cubano abre una interrogante sobre el futuro inmediato de la industria al terminar la zafra actual, el mes próximo, aunque hace tres años el sector entró en una gran restructuración que se supone aún está en proceso.

Castro tocó el tema un día después de que el ministro del Azúcar, Ulises Rosales del Toro, pronosticara una "violenta" caída en la zafra de este año, debido a la peor sequía en la isla en más de un siglo.

En un discurso anterior, la semana pasada, Castro había anticipado que la próxima cosecha estaría entre un millón 500 mil y un millón 700 mil toneladas, volumen que no se producía en Cuba en un año desde principios del siglo pasado.

La caída de la industria desde sus dimensiones históricas se inició tras la desaparición de la Unión Soviética y el estallido de la crisis económica que el lenguaje oficial cubano llama el periodo especial.

De un promedio cercano a los 7 millones de toneladas anuales de azúcar en los años 80, Cuba pasó en los 90 a producir cerca de 4 millones, pero el resultado se fue deslizando a la baja en años recientes.

Cuando el año anterior la zafra concluyó en 2.5 millones de toneladas, el balance oficial fue optimista porque se entendía que con menos terreno y menos ingenios en operación la eficiencia era mayor.

En 2002, 62 por ciento de la tierra de cañaverales había sido destinada a otros cultivos, 70 de las 155 fábricas se cerraron y 120 mil trabajadores fueron despedidos, aunque todos tuvieron opciones laborales o de estudio.

La directriz principal en el sector cambió de la búsqueda de un volumen anual a toda costa por el de producir con mayor eficiencia y menos costos.

La industria azucarera cubana se ha ido asfixiando por una combinación de falta de financiamiento, bajos precios internacionales, expansión de sustitutos y la sequía, que se agudizó el año anterior pero que ha golpeado a la isla desde hace una década.

 
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