Dará testimonio de la guerra sucia; estaba en proceso de licitación pública
Sede de la extinta DFS se convertirá en museo
Por acuerdo con la Secretaría de Gobernación, la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) logró que se detenga el proceso de licitación pública del edificio que albergó a la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), que se localiza frente al Monumento a la Revolución, a fin de que se construya un museo de la memoria y en él se resguarde toda la información obtenida respecto de la llamada guerra sucia y matanzas como las del 10 de junio de 1971 y 2 de octubre de 1968.
Fuentes de la Femospp indicaron que en los primeros días de este mes, Ignacio Carrillo Prieto obtuvo del titular de la Secretaría de Gobernación, Santiago Creel Miranda, el compromiso de que respecto al inmueble, el cual estaba por ser puesto a la venta por el gobierno federal, se comenzara el proceso de reversión de la licitación y desincorporación.
Sin embargo, fue hasta después del pasado día 10 cuando finalmente de la fiscalía para desaparecidos salió el oficio para concretar tal acuerdo, fecha en la que el titular de la Femospp, Ignacio Carrillo Prieto, se encontraba en el extranjero cumpliendo un compromiso del órgano a su cargo con organizaciones internacionales.
Como se recordará, el pasado 26 de febrero La Jornada publicó en exclusiva que la Secretaría de Gobernación había notificado mediante un oficio a Carrillo Prieto que el 4 de noviembre de 2002 se desincorporó el inmueble del régimen del dominio público de la Federación y se autorizó a la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo "para que lo enajenara a título oneroso y en subasta pública", y que se habían "concluido todos los trámites que se requieren para subastar el inmueble".
Pero, Carrillo Prieto logró finalmente que el inmueble sea utilizado para albergar la memoria histórica de la guerra sucia, el 2 de octubre de 1968, el 10 de junio de 1971, aunque, como también se lo anunció el oficio de la Secretaría de Gobernación a Carrillo Prieto, la ex sede de la DFS tendrá que ser demolida en su mayor parte, por lo que se deberá realizar una nueva construcción, a la cual sólo le quede la fachada como recuerdo de lo que fue.
Así, seguirá adelante el proyecto que pretende que la primera parte del inmueble se convierta en una sala de introducción, que indique al visitante no sólo la historia del edificio, sino los usos que se le dio como una supuesta cárcel clandestina en la que muchos ex guerrilleros o miembros de movimientos sociales de los años 70 y 80 fueron objeto de tortura.