Resulta muy perjudicial para la equidad social, revela análisis de investigadoras
Inviable en AL, basar desarrollo de las universidades en cobro de colegiaturas
Señalan que deben continuar los subsidios a éstas y el apoyo a los estudiantes
Ampliar la imagen Rezos durante la inauguraci�OTO V�or Camacho
En Latinoamérica una estrategia de desarrollo universitario basado en el cobro de matrículas puede resultar muy perjudicial para la equidad social, debido a que la crisis de la educación superior reviste mayor gravedad y los ajustes fiscales han sido más drásticos, advierten Susana Fernández Alfaro y Sara Fernández López, del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Compostela, España, en el estudio Modelos de financiación de las universidades públicas en América Latina.
Agregan que, bajo esa óptica, no se puede implantar un sistema de cobro de matrículas sin un sistema de apoyo financiero a los estudiantes mediante becas, créditos y otras ayudas que permitan dotar al sistema de educación superior de equidad en su acceso. Y sostienen que el rápido aumento del sector se debe fundamentalmente a los elevados niveles de subsidios y, en algunos casos, al empleo garantizado por el gobierno a los estudiantes graduados, por lo que, insisten, se debe continuar promoviendo el crecimiento de la demanda y motivando el ingreso mediante ayudas financieras.
Luego de efectuar un repaso a las etapas de crecimiento y crisis de los sistemas nacionales de educación superior en la región -la primera de 1950 a 1990 y la segunda de 1990 a la fecha-, las autoras sostienen en el documento, publicado por la Revista de Educación Superior de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que a partir de 1990 el aumento de la demanda generó mayor necesidad de recursos públicos. Sin embargo, las crisis económicas de las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado provocaron que el crecimiento de la matrícula no se viera acompañado por una evolución similar de los recursos, deteriorando notablemente la calidad de la enseñanza superior.
Como consecuencia de la expansión de la matrícula, explican que en el año 2000 la tasa de personas con enseñanza superior en Argentina fue de 38.9 por ciento, situándose en México y Brasil en 13.8 y 11.4 por ciento, respectivamente, lo que las llevó a pensar que estos dos últimos países se encuentran entre los que aplican un modelo de elite, es decir, de acceso limitado. ¿A qué se deben estas diferencias? Mientras Argentina posee una institución de educación superior (IES) por cada 26 mil habitantes, México y Brasil poseen una por cada 200 mil.
En 2000, el porcentaje del producto interno bruto destinado por Argentina y México al rubro es igual o superior al canalizado por la media de países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -5.5 por ciento-, aunque agregan que en la pasada década la enseñanza superior perdió importancia en las políticas educativas, lo cual se refleja en la evolución del gasto público en el sector, que en los tres países fue inferior en 2000 a la media en naciones de la OCDE.
Consideran que los tres países, como hizo la mayoría de las naciones de la OCDE, han ido abandonando esquemas de financiamiento anteriores y sustituyéndolos por otros basados en sistemas formales de asignación de recursos, en los que el reparto de fondos se efectúa con base en fórmulas y contratos-programa. Se pretende así hacer primar los criterios de eficiencia, eficacia y equidad.
No obstante, señalan, estas herramientas todavía determinan una pequeña parte de los recursos públicos que reciben las IES (financiación condicionada, de aproximadamente 10 por ciento), y pronostican que se puede anticipar para los próximos años una mayor importancia para esas herramientas.