UNESCO: poco impacto de reformas educativas en AL
Grave deterioro en salarios, salud y situación laboral de profesores
Cancun. QR., 15 de marzo. El salario de los docentes en América Latina ha sufrido un "drástico" deterioro a causa de las recurrentes crisis económicas, pero existen otros graves problemas, como la salud y las pésimas condiciones materiales en que laboran algunos maestros, afirmó la representante de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para la región, Magali Robalino.
La experta de la UNESCO para América Latina, que tiene su sede en Chile, indicó que las enfermedades más comunes que padecen los profesores son afonías, amigdalitis, sinusitis, neuralgias, depresión, neurosis y estrés.
Entrevistada luego de su participación en el quinto Foro Mundial por la Educación de los Pueblos, la ecuatoriana refirió que la alta frecuencia de dichos padecimientos se asocia con las inapropiadas condiciones en que los maestros realizan su trabajo, que son evidentes en la falta de equipamiento en las escuelas.
La oficina de la UNESCO inició un estudio en cinco países sobres las condiciones de trabajo y salud de los docentes, para determinar en qué medida tienen impacto en el desempeño de los estudiantes, pero por lo pronto Robalino consideró que sí influyen en los bajos resultados que obtienen los alumnos latinoamericanos.
"Vemos que las condiciones de trabajo influyen fuertemente en la salud de los docentes y creemos que se relacionan con el desempeño escolar de los niños", señaló la pedagoga con grado de maestría en liderazgo educativo por la Universidad de Quito.
La investigación se está realizando en Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Uruguay, y es la primera aportación para explorar factores que "no están sobre la mesa de discusión, pero existen evidencias de que influyen en la escuela", explicó.
La experta en estudios sobre docencia en América Latina indicó que la atención de esos problemas es responsabilidad de los ministerios de educación, pero también de las escuelas y de los profesores, quienes pueden colaborar a hacer algunos cambios en sus prácticas para evitar padecer dichas enfermedades.
Indicó que tradicionalmente la decisión sobre el papel de los profesores se ha centrado en el tema del salario, porque en las pasadas dos décadas éste ha tenido un deterioro drástico a causa de las crisis estructurales que han padecido los países de la región en algunos momentos.
Como consecuencia de la caída del poder adquisitivo de los docentes, es común que la mayoría, mujeres en particular, se vea obligada a tener dos o tres empleos, no necesariamente en el campo educativo, refirió.
Señaló que éste no es el único problema que enfrenta el magisterio, sino también sus condiciones de trabajo y salud.
Indicó que algunos estudios realizados en Argentina y México revelan que los profesores padecen afonías, amigdalitis y sinusitis, porque usan mucho la voz y están en contacto permanente con el gis en lugares donde tampoco hay una temperatura adecuada.
También son frecuentes las enfermedades neuronales, como cefalea y neuralgias, así como padecimientos mentales, entre ellos depresión, insomnio y neurosis, que tienen su origen en las condiciones de trabajo de los profesores, por ejemplo en el hecho de que atienden grupos grandes en salones pequeños.
Explicó que para enfrentar esa situación los gobiernos tienen que crear sistemas de vigilancia epidemiológica, como ya se ha hecho en Argentina, para conocer el estado de salud de los maestros y capacitarlos en cuestiones como el uso de la voz, que son temas que no se enseñan en las escuelas normales ni en las universidades pedagógicas.
Robalino dijo que los estudios sobre la salud de los profesores tienen que hacerse no sólo en el ámbito nacional, sino también regional, porque las condiciones de trabajo son diferentes en las zonas rurales y en las urbanas, y también por ello los padecimientos.
Otro aspecto que preocupa a la UNESCO, indicó, es que las reformas educativas emprendidas por los gobiernos no han tenido suficiente impacto en las escuelas, porque en su diseño y aplicación no se toma en cuenta a los docentes.
En la mayoría de los países, los maestros han tenido poca participación en las discusiones sobre el contenido de las reformas y eso ha hecho que éstos no se apropien de los procesos de cambio y por tanto tampoco se sientan responsables de los resultados.