Entrevista a SOLEDAD LOAEZA, INVESTIGADORA DE EL COLEGIO DE MEXICO
Espino garantiza a Sahagún estar metida en la sucesión
La esposa de fox movilizará recursos para ella o su candidato
Especialista en el tema del PAN, la politóloga advierte que la llegada del duranguense a la presidencia del blanquiazul "es una mala noticia", y lamenta que el PRI, "sin mover un solo dedo", tenga las mejores posibilidades de recuperar el centro político
Ampliar la imagen Soledad Loaeza, autora del libro El PAN: la larga marcha, 1939-1994 FOTO Carlos Cisneros
La llegada de Manuel Espino Barrientos a la presidencia del PAN sólo se entiende a partir de una alianza con Marta Sahagún, que garantiza a la esposa del Presidente no sólo estar "metida en la sucesión tan dentro como pueda", sino que movilizará para algún candidato recursos "que, cuando estás en Los Pinos, son muchos", señaló la investigadora Soledad Loaeza.
Autora del análisis más completo que se ha escrito sobre el panismo (El Partido Acción Nacional: la larga marcha, 1939-1994), Loaeza opina que las acciones y dichos del nuevo presidente del PAN revelan que "será el escudero" del candidato de Sahagún a la Presidencia o de ella misma. "Pasa a ser su escudero para abrirle camino, y eso es un mal augurio, primero para el PAN, pero también para el país y la experiencia democrática. La contienda presidencial de 2006 se puede ver completamente pervertida por esa estrategia Marta-Espino. Realmente es una mala noticia, ¡bueno!, creo que Espino es una mala noticia."
El lenguaje del presidente del PAN, apunta la especialista de El Colegio de México y colaboradora de La Jornada, es de agresividad, y ahí es donde lo delata su formación. "Estamos frente a un activista de extrema derecha que se convierte en líder de un partido que está en el poder. Es una combinación que puede ser explosiva y peligrosa, y conducir al PAN a posiciones radicales. Su lenguaje, polarizante, es el del poder. En ese sentido es un panista sorprendente, que se desvincula del pasado por completo; no ha tenido el menor interés en hablar de la doctrina ni de las ideas ni del programa ni de la plataforma, nada de eso le interesa. Apela a actitudes poco negociadoras, y yo diría que la negociación es una palabra que tampoco está presente en él."
-¿Por qué se habla de una alianza Marta-Espino y no Fox-Espino? ¿Por qué poner al Presidente en un segundo plano?
-Porque el Presidente ha mostrado mucho menos ambición de poder que Sahagún; entonces, no es raro que en un movimiento de esta naturaleza, cuyo propósito es mantener el control sobre el poder, el Presidente se desdibuje. Es quizá una cuestión estrictamente de opinión, pero también tiene que ver con la imagen que él mismo ha estado trasmitiendo en los cuatro años de gobierno y más en los meses recientes. Mientras él continuamente hace declaraciones diciendo que lo único que quiere es regresar al rancho, su esposa, en cambio, muestra a menudo esta increíble inquietud, esta especie de comezón por el poder que no le permite quedarse quieta. Uno diría que para ella la actividad política es mucho más fuerte que su compromiso con la paz hogareña de la que Vicente Fox habla con una extraordinaria nostalgia desde hace tiempo.
"Para él la vida pública parece haber sido un verdadero calvario, mientras que para ella ha sido una kermés. No es de extrañar que en este momento, cuando está en juego el poder, Espino haya encontrado en Marta una aliada que sigue sus mismos instintos, que son los del poder."
-¿Cómo se configura esta alianza?
-Es un reflejo de cuál es el alcance o qué significa el hecho de que un partido tenga el poder, sobre todo el Ejecutivo federal, y no tanto en términos del resto de los actores políticos, sino de la vida interna del propio partido. El PAN ha tenido una relación de estira y afloja con Fox, pero eso no quiere decir que se haya mantenido completamente ajeno a la influencia, al poder de la Presidencia sobre el funcionamiento interno partidista.
"Es un partido que tenía que enfrentar la sucesión interna, teniendo al jefe del Ejecutivo como miembro de esa organización. Luis Felipe Bravo Mena llegó al liderazgo del PAN con todo el apoyo de Fox, pero tuvo un ejercicio débil. Nunca tomó posiciones tajantes, se mantuvo en un discurso conciliador, su presidencia fue minada por el impulso y la agresividad del grupo Amigos de Fox y por Marta Sahagún, quien públicamente lo desafió.
"Y ahora veremos una dirigencia que trabajará en total acuerdo con Los Pinos, con Marta. La piedra angular de su alianza es la defensa del gobierno de Fox. No es nada más mantenerse en el poder y asegurar la Presidencia, es 'nosotros vamos a defender a Vicente Fox' y en eso Espino y Marta encuentran la comunidad de intereses, aparentemente, más sólida. Y lo van a defender no nada más contra Andrés Manuel López Obrador o el PRI, sino también contra esos panistas que no estaban asumiendo la defensa del Presidente."
-¿Y las implicaciones?
-Esto significa que la Presidencia, Marta, va a estar metida en la contienda sucesoria tan adentro como pueda, de todas las maneras posibles. Es un muy mal augurio. No sólo es a quién se va a nombrar candidato del PAN a la Presidencia, es muchas otras cosas...
"Es muy claro el plan de Espino, Marta y Fox: de la misma manera que quieren tener el control del partido, quieren el de la sucesión. Eso es claro. Hicieron a un lado a quienes estaban más plenamente identificados con Carlos Medina Plascencia (derrotado aspirante a dirigente), aunque no lo hicieron del todo con los calderonistas."
-Se va Tatiana Clouthier. ¿Es la antesala de la ruptura panista?
-No. Acción Nacional es un partido muy hecho, muy consolidado. En efecto, hubo momentos en que se fue gente distinguida, líderes importantes, pero el partido continuó. Es una institución bien armada, y en estos años ha tenido que defenderse de tener a uno de los suyos en la Presidencia. La fuerza del mandatario como miembro de un partido es perturbadora y no puede evitarse.
-¿Será cierto que cada día el PAN se parece más al PRI?
-Hay posibles similitudes en sus comportamientos. Algunos panistas, irritados, lo que no resisten es la relación con el Presidente de la República, pero lo mismo le pasaría a cualquier otra formación política. Independientemente de cualquier otra cosa el partido en el gobierno pierde libertad en relación con el gobierno, y hasta cierto punto así tiene que ser porque asume la responsabilidad del poder. Entonces, tampoco es pensable que ahora el PAN diga "yo no he tenido nada que ver con las decisiones de Fox"; es posible que sea el caso, pero al partido le toca pagar la factura. Eso es lo que Medina Plascencia y Calderón no querían: pagar la factura en la elección de 2006.
-¿El PAN estaba actuando como el PRI en relación con el Presidente?
-Así es. El PRI era infinitamente más subordinado al Presidente de lo que el PAN lo llegó a ser. El PAN nunca se acomodó con Fox. El y Marta esperaban que su partido hiciera lo que ellos querían. Y esperaban de los militantes una disciplina que el mandatario no se ganó. Los panistas hubieran estado dispuestos a hacer un trabajo mucho más coordinado con Fox si él hubiera hecho labor de persuasión, que no le gusta hacer, le aburre. No creo que a él le guste ser líder de su partido, y es el ABC de toda política democrática. El líder del gobierno también lo es del partido.
-¿Cuál es la magnitud del cambio en el PAN con la llegada de Espino?
-Es una oportunidad para que hagamos un ejercicio de revisión de nuestros propios instrumentos de análisis de la realidad política. Cuando se dieron a conocer los resultados de la elección, la reacción fue decir: se ha desplazado a las familias, los panistas tradicionales han sido eliminados, pero esa es una evaluación que hacíamos hace 20 años. Los panistas tradicionales que quedaron eliminados ahora son los neopanistas de hace dos décadas. El dato más importante a tomar en cuenta es que estamos hablando de un partido que tiene un Presidente de la República.
-¿Se derechiza el PAN?
-Todos los partidos tienen sus alas radicales, y en el caso de Espino su presencia en la dirigencia es una mala noticia, en particular para el PAN. Ese partido ha sido una organización de conservadurismo moderado, no de extrema derecha, nunca hemos tenido una organización de extrema derecha en el poder, y es un riesgo. Los panistas están tomando un riesgo muy grande, porque a los electores no les gustan los extremos.
"Estamos acostumbrados a escuchar el tono de Espino en la izquierda, pero no en la derecha. Entonces, a ver cuál asusta más, ¿no? Todo el armado para llevar a Espino al poder, los argumentos, la justificación, las estrategias, todo tiene que ver con la ofensiva de López Obrador y el PRD, y es en buena medida una respuesta a eso.
"Ahora no hay conflicto, todo es una escalada verbal. Lo que preocupa es esa estrategia de estarle picando la cresta al gallo, porque a Espino nadie lo va a parar y la consecuencia será que tampoco el PRD se va a detener. Será el hundimiento del centro político. Y una de dos: o se hunde el centro político, o para hartazgo de muchos de nosotros ese centro político lo va a ocupar el PRI sin haber movido un dedo, que es lo más increíble. Ese partido no tiene nada que perder, todo que ganar, mirando cómo éstos se pelean, polarizan, la gente se aterra, y si recupera el centro, será muy lamentable."