Hoy, las dos últimas funciones del espectáculo en el Teatro de la Ciudad
Waterwall es un cuadro abstracto para que el espectador libere su imaginación: Manzini
Ampliar la imagen El agua es fuerza y violencia, pero tambi�romanticismo y sensualidad, dice Iv�Manzini, director de la obra FOTO Jos�ntonio L�
El pasado 16 de febrero se estrenó en el Teatro de la Ciudad el espectáculo de danza Waterwall, de la compañía Materiali Resistente Dance Factory, que dirige el coreógrafo italiano Iván Manzini. Este espectáculo, que reta a los bailarines a expresarse y danzar bajo la fuerza de una cascada de agua, tenía planeado finalizar sus presentaciones el 27 de febrero, pero debido a su éxito, sus funciones se prolongaron hasta hoy, 13 de marzo, a las 13 y 18 horas.
Luego de 32 funciones, 27 mil boletos vendidos, tres bailarines accidentados, 16 mil litros de agua reciclados en cinco ocasiones, este espectáculo, "único en su tipo", regresa a Italia, para posteriormente realizar una gira por Sudamérica, anunció su promotor, Julio Rivarola.
Antes de que Manzini regrese a Italia, acudimos a uno de los últimos ensayos dirigidos por él. Disciplinado, temperamental y seguro, dirige a los 16 bailarines que se encuentran en el escenario. Estos ensayan sin la cortina de agua, sin música y casi sin luces. Algunos vestidos con su traje de neopreno, otros con batas blancas. Humedecen la rampa por la que se deslizan en diversos momentos del espectáculo para facilitar el movimiento del cuerpo. Ensayan pequeños segmentos del espectáculo, como si se tratase de pedazos de un rompecabezas. De esta manera, nadie se imaginaría las dimensiones que luego alcanza este espectáculo con la escenografía y coreografía completa.
Quince minutos antes de finalizar el ensayo, se encienden las luces, suena la música y cae la cascada de agua. El ensayo adquiere otra forma y se acerca más a su resultado final. No en vano, este espectáculo se originó en 1999, concretándose cuatro años después y, desde entonces, no ha dejado de crecer y transformarse.
El agua, condimento en el escenario
-¿Cómo surge la idea de utilizar el agua como complemento de la danza?
-Desde hace mucho tiempo me interesó la asociación del cuerpo humano y el agua. Así que inventé una estructura con la cual poder representar una cascada en un escenario. De esa manera, la idea se convirtió en una relación del cuerpo humano, la máquina y el agua. El agua es como un condimento en el espectáculo, me da la sensación de color y énfasis del movimiento. Después de desarrollar la idea y de crear la máquina, llegó el proceso de confeccionar el espectáculo y esto se hizo de manera gradual, tanto en la parte mecánica, la coreografía y la música.
-¿Se inspiró en algún otro espectáculo?
-No veo ningún espectáculo desde hace 15 años.
--Qué cualidades debe tener un bailarín para formar parte de este espectáculo?
-Los intérpretes son todos bailarines y acróbatas. Para participar necesitan la preparación física de un atleta, porque constantemente están subiendo y bajando por la estructura mecánica. Son personas que necesitan más fuerza que la que suele tener un bailarín, aunque Waterwall es un espectáculo de danza.
-En esta nueva tendencia de la danza, en la que se fusionan diferentes artes escénicas como las acrobacias o la actuación, parece ser que se eliminan los tradicionales roles femeninos y masculinos de los bailarines...
-Actualmente este espectáculo cuenta con diez mujeres y seis hombres, antes eran nueve mujeres y tres hombres. Aunque, hay más presencia femenina, cuando yo hago una audición no me fijo si son mujeres u hombres porque lo que a mí me interesa es representar el cuerpo humano en relación con el agua. A la hora de levantar en el aire otros cuerpos, sí es necesaria la fuerza masculina pero, por lo general, es algo indistinto para mí.
-En esta obra no hay argumento pero, en ocasiones, aparecen ciertos elementos escenográficos que sugieren situaciones. ¿Esos elementos son una ayuda para la comprensión del espectador?
-No, son parte de una faceta más divertida del espectáculo, como cuando aparecen las tablas de surf o los remos. En realidad, con este montaje, no quiero contar nada, sólo dejar que la imaginación del espectador se libere. Lo diseñé como un cuadro abstracto, para que el espectador vea lo que quiera.
-¿Qué elementos iconográficos aporta el agua en la danza?
-En un principio yo sólo quería representar la fuerza y la violencia del agua. Pero luego, de manera involuntaria, aparecieron imágenes románticas, sensuales y mediterráneas que no tenía previstas. Tal vez, porque soy italiano, surgen esos aspectos.
-Qué dificultades representa el agua a la hora de bailar?
-El agua en sí sola no representa un obstáculo, pero asociada a la estructura de metal por donde se desplazan los bailarines, es una dificultad. El metal mojado es muy resbaloso por eso hemos diseñado guantes, zapatos y trajes de neopreno para evitar que los cuerpos resbalen involuntariamente. Pero, por otro lado, necesitamos el agua porque hay momentos que los cuerpos tienen que deslizarse por una rampa, y sólo con el escurrimiento del agua lo conseguimos. Es la ventaja y la desventaja del agua.
-¿Por qué este espectáculo está en constante transformación?
Porque hemos aumentado el número de bailarines y porque es un espectáculo abstracto que no está apegado a una construcción fija. Por mi mente pasan ideas de modificar aspectos y no me gusta ser un esclavo de una estructura dramática estática.
-¿Cómo está viendo la respuesta del público mexicano?
-Hemos estado en lugares, como en Bogotá, que la gente no aplaudía y nos preocupaba que no gustara. Aquí en México la gente sonríe, aplaude y, lo más importante, está presente porque casi todas las funciones están llenas.
(Waterwall. Hoy, a las 13 y 18:30 horas, en el Teatro de la Ciudad -Donceles 36, Centro Histórico-. Boletos: $250 a $700)