''Para EU, la libertad de mercado es poner sus películas en todas las pantallas del mundo''
La cultura no puede tratarse como un producto cualquiera: Trueba
Llama a defender la cinematografía, la pintura, el patrimonio de México y AL
El cineasta ofrecerá una charla sobre excepción cultural y presentará El milagro de Candeal, en Guadalajara
''Intento no aburrirme durante el rodaje''
Ampliar la imagen El director Fernando Trueba, durante la filmaci�e El milagro de Candeal, filmado en Salvador de Bah� Brasil, y en la que participan Carlinhos Brown y Bebo Vald�
Fernando Trueba, uno de los cineastas españoles más reconocidos en la actualidad, quien ha obtenido varios premios Goya, y otros galardones en festivales como el de Berlín, Venecia, y hasta un Oscar, considera en entrevista: ''La cultura no puede tratarse como un producto cualquiera; es una idea clara en Europa que hay que extender a todos los países de Latinoamérica. Cuando se habla de libertad de mercado, lo que entienden los estadunidenses es que en todas las pantallas del mundo sólo se pongan películas de Hollywood".
Dos cuestiones lo trajeron a México: ofrecer una charla sobre sus conceptos de excepción cultural -junto con el músico francés Antoine Duhamel, creador de bandas sonoras de cineastas como Godard, Tavernier, entre otros- y presentar su reciente filme El milagro de Candeal, en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Trueba debutó con Opera prima, que ganó premios en la Mostra de Venecia. Siguió con Sal gorda y Sé infiel y no mires con quien. Su prestigio lo ganó en 1986 con El año de las luces, ganadora del Oso de Plata en la Berlinale. Volvió a triunfar en Venecia con El sueño del mono loco, con el que también obtuvo varios Goya (que otorga la academia española). Con Belle epoque, se llevó el Oscar en 1993 como mejor película extranjera.
No obstante, se emancipó a los laureles hollywoodenses, lo que tiene que ver ahora con su concepto de excepción cultural.
Dice: ''Hay una cosa que los europeos entendemos: la cultura no puede tratarse como cualquier producto, porque cuando se negocian los acuerdos de libre mercado y la circulación de productos de unos países a otros, la cultura no puede entrar en ese concepto. Los estadunideneses pretenden hacernos saber que el libre mercado es meternos todas sus películas. Eso no es libertad de mercado ni de público, es un monopolio. Lo que pedimos es el derecho de todos los países a defender su propia cultura cinematográfica, pictórica, literaria... su patrimonio, esa es la excepción cultural ni más ni menos".
Abunda: ''Cuando hay negociaciones de comercio, lo primero que los estadunideneses ponen siempre en la mesa es el cine, porque saben que es su industria número uno, porque con el cine, aparte del dinero que genera en su comercialización, están vendiendo toda la propaganda de su ejército, de su policía, de las hamburguesas, un modo de vida. Tenemos que aprender a defendernos, y los mexicanos especialmente, porque están al lado de ellos. Tienen claro que ustedes deben consumir su cine y no quieren que hagan el suyo propio".
A decir de Trueba, que posterior a Belle epoque filmó en Estados Unidos Two much y, en 1998, La niña de mis ojos, "hay que entender la globalización de una manera inteligente. Los estadunidenses son hábiles, hablan de que no haya proteccionismos, pero ellos, para proteger a sus multinacionales de algodón, por ejemplo, arruinan Africa."
La excepción cultural es un concepto creado por los franceses y apoyado por la gente del cine de Europa, aunque depende del presidente en turno. "En España tuvimos ocho años de gobierno de derecha que eran enemigos de la excepción cultural, porque lo que van a apoyar siempre es que las compañías estadunidenses hagan su negocio; ahora, que hay un gobierno más progresista, éste se alinea con las tesis de la excepción cultural. La excepción cultural debe ser apoyada tanto por la derecha como por la izquierda. Muchos creen que defender la cultura es un concepto de izquierdas, eso está aparte de cualquier lucha ideológica. Cualquier país tiene derecho a sus propias imágenes, a que sus cineastas retraten su país; que inventen sus propias ficciones y no sólo consuman las del imperio."
El cinematografista rodó Calle 54, que "no es un documental, es una película que habla de la música y de sus protagonistas", en la que ofrece lo mejor del jazz latino (Paquito D'Rivera, Chano Domínguez y Gato Barbieri, entre otros). Luego vino El milagro de Shangai, ficción basada en la obra de Juan Marsé.
La promoción ahora es de El milagro de Candeal, rodada en Salvador de Bahía (Brasil), en el pueblo de Candeal, y protagonizada por Carlinhos Brown y Bebo Valdés, que recibió el Goya al mejor documental de 2004.
"Es una cinta optimista, un canto a la vida. Es una película alegre aunque sea el retrato de una comunidad pobre, que a través de la cultura y la música, ha erradicado la violencia, el crimen, las drogas. Un lugar donde puedes caminar durante la noche, en el día, hablar con la gente."
-¿El considerarse un cineasta "amateur" lo ayuda a llegar sin prejuicio a éstos músicos y lugares?
-Intento no aburrirme, intento que cada día sea una aventura, intento sorprenderme en lo que hago. Uno de los directores que admiro, Hitchcock, decía que se aburría, se dormía en los rodajes, porque ya había inventado la cinta. Yo intento divertirme en el rodaje, que haya una parte de invención. Decía Renoir que hay que dejar siempre una ventana abierta, para que entre el aire, que no todo esté hecho.
"Todos en la vida somos admiradores de la belleza -apunta Trueba-, vamos buscando pequeños momentos de felicidad. Los que nos dedicamos a cosas artísticas, somos responsables de fabricarles cosas hermosas. Yo soñaba con ser pintor; el cine se cruzó en mi camino, aunque sigo siendo amante de la pintura. Es una putada que la vida sea muy corta, hacen falta muchos años para vivir y hacer todas las cosas que te gustan, como la música, la pintura. No entiendo a los jóvenes que dicen que no saben qué hacer."