PNUMA
El resurgimiento de epidemias, por el cambio climático
El descuido ambiental, factor determinante
Especialistas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) sostienen que el resurgimiento de enfermedades infecciosas que se creían controladas se debe a los "dramáticos" cambios climáticos que afectan el planeta.
La destrucción de bosques, selvas y ecosistemas naturales, así como la contaminación de las aguas costeras, crean las condiciones para que ''nuevos y viejos agentes patógenos puedan prosperar'', pues se estima que las enfermedades infecciosas, que afectan en su mayoría a niños y jóvenes, son responsables de 15 millones de muertes al año, es decir, 25 por ciento del total de la mortalidad en el mundo.
El Anuario Geo 2004/05 del PNUMA, difundido en febrero, destaca que el resurgimiento de padecimientos infecciosos que se creían erradicados -como malaria, tuberculosis, síndrome respiratorio agudo severo, cólera, dengue y fiebre amarilla, entre otros- está relacionado con el cambio climático y la degradación ambiental.
Esta situación, afirma el informe, causa una preocupación creciente entre la comunidad científica internacional, debido a las "dificultades asociadas a la prevención, el control y la erradicación de estos padecimientos, que se ubican como la causa principal de la discapacidad permanente, así como de la salud y bienestar precarios para al menos 10 millones de personas, lo que obstaculiza el desarrollo económico y la sustentabilidad en muchas partes del mundo".
Agrega que el cambio climático puede agravar las amenazas de enfermedades infecciosas debido al incremento de las temperaturas, las cuales permiten prosperar a virus y bacterias. A ello se suma la alteración o sobrexplotación de los ecosistemas, ya sea por agricultura, minería, tala inmoderada o contaminación de desechos sólidos, lo que genera las condiciones para que estas enfermedades avancen hacia nuevos territorios.
Otro factor de riesgo son los refugiados ambientales, personas que se ven forzadas a emigrar de sus comunidades o países, incrementando el peligro de esparcir nuevas enfermedades de una localidad a otra.
La ruptura ecológica y el "pobre manejo de desechos animales y humanos también desempeña un papel importante para diseminar enfermedades infecciosas", asegura el informe, pues se sabe que los hábitat que se encuentran "intactos" tienden a mantener a los agentes infecciosos bajo control, pero aquellos que se encuentran "dañados, alterados y degradados, cambian su balance natural, lo que permite que se propaguen enfermedades infecciosas existentes y nuevas".
Destaca que la falta de planificación de las urbanizaciones, el incremento de la población y el creciente nivel de basura y desechos sólidos en los países en desarrollo -resultado del creciente consumismo, baja recolección, falta de servicios de manejo y reciclado- agravan el problema, pues los desechos sólidos ofrecen "excelentes condiciones para que se reproduzcan los insectos portadores de estas enfermedades".