Usted está aquí: jueves 10 de marzo de 2005 Economía Cuestiona EIU aumento del grado de inversión a México

Duda que el nuevo gobierno pueda lograr reformas

Cuestiona EIU aumento del grado de inversión a México

A pesar de que Standard and Poor's y Moody's mantuvieron e incluso elevaron el grado de inversión otorgado a México, Economist Intelligence Unit (EIU) consideró que la economía mexicana está ''sobrevaluada'' y cuestionó el optimismo de las firmas calificadoras de riesgo, sobre todo porque ninguna de las llamadas reformas estructurales se ha aprobado y porque existe incertidumbre sobre el crecimiento económico del país y sobre las elecciones de 2006.

Más aún, los analistas prevén que el nuevo gobierno se enfrentará a un Congreso aún más dividido y con pugnas dentro de los tres principales partidos, lo que seguirá retrasando las reformas.

Aunque no vislumbra una crisis financiera o económica en el horizonte de México, EIU mantendrá una posición conservadora sobre la calificación crediticia de México y sobre sus perspectivas en materia de crecimiento e inversión.

El 31 de enero la calificadora estadunidense Standard and Poor's aumentó la calificación de la deuda soberana de México y argumentó que el país ha incrementado su capacidad para resistir choques externos.

A principios de año Moody's también elevó la calificación de México. Sin embargo, Economist Intelligence Unit no comparte este optimismo y se mantiene cautelosa.

La estabilización de la deuda pública de México, combinada con una mayor captación de divisas gracias al aumento de las remesas enviadas por los migrantes y la acumulación de reservas internacionales fueron los factores que más influyeron para que Standard and Poor's mejorara la evaluación de la deuda soberana de México (la calificación a largo plazo en moneda extranjera pasó de BBB- a BBB, y en moneda local de -A a A).

El riesgo-país de México ha descendido drásticamente en años recientes, de 900 puntos base hace una década a cerca de 165 puntos base en la actualidad. Este es uno de los diferenciales más bajos entre las economías emergentes.

Sin embargo, los especialistas de EIU en riesgo-país no han aumentado la calificación de México, debido a la importancia que tienen las reformas estructurales de largo plazo que siguen pendientes.

La transformación económica se ha atorado en el debate sobre reformas políticamente delicadas, especialmente la fiscal, la laboral y la energética. Esto explica por qué, a pesar de su amplia apertura comercial, de las reformas al sector financiero en los años noventa y de su acceso privilegiado al mercado de Estados Unidos, México ha tenido un desempeño económico que está lejos de ser espectacular.

El crecimiento promedio del PIB real en el periodo 1995-2003 fue de apenas 2.5 por ciento, contra 8.5 por ciento en China, 6 por ciento en India y 3.2 por ciento en Estados Unidos. El 4.2 observado en 2004 fue un repunte luego de tres años de estancamiento, en los cuales el PIB avanzó menos de uno por ciento en promedio. Aún así, continúa muy lejos de Estados Unidos y de economías asiáticas como India y China.

La deuda pública de México ha disminuido en los últimos 15 años, lo que justifica los aumentos de calificación; sin embargo, si se toma en cuenta la deuda contingente derivada de rubros como el rescate bancario y los Programas de infraestructura productiva con registro diferido en el gasto (Pidiregas), la deuda pública de México se acerca a 45 por ciento del PIB, no muy lejos de Brasil, cuya deuda equivale a 58 por ciento de su producto.

Debilidad fiscal

México tiene un desempeño pobre en cuanto a la proporción de los ingresos fiscales que se destinan al pago de la deuda pública. En 1997, el pago de intereses de deuda federal, que asciende a 27 por ciento del PIB, absorbieron el equivalente a 40 por ciento de la recaudación fiscal.

Esta proporción ha disminuido debido a que las necesidades de financiamiento del sector público se han reducido, al igual que las tasas de interés, pero sigue en alrededor de 25 por ciento.

En 2000-02, y a pesar de tener una mejor calificación de riesgo que Brasil, México destinó una mayor proporción de sus ingresos fiscales al pago de intereses de la deuda.

Esto se debe a la escasa capacidad recaudatoria del país. A pesar de haber logrado mejoras recientemente, la captación fiscal apenas llega a 12 por ciento del PIB. Si se excluyen los impuestos que genera la venta de petróleo, la cifra cae a 10 por ciento. Brasil recauda más de 30 por ciento y otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México forma parte, lo superan ampliamente.

El gobierno de Vicente Fox ha presentado sin éxito propuestas para aumentar la recaudación no petrolera mediante la aplicación generalizada del impuesto al valor agregado.

La resistencia a esta reforma sigue siendo fuerte, pero aun si se aprobara sólo sería un paso inicial para resolver el problema, pues la recaudación apenas aumentaría un punto porcentual del PIB.

Otros factores de riesgo que EIU toma en cuenta para cuestionar el optimismo sobre la economía mexicana son la creciente dependencia de la economía estadunidense, los problemas financieros de Pemex y la carrera por las elecciones de 2006, que se vislumbran como las más disputadas en la historia del país.

 
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