La discusión sobre la nueva ley de hidrocarburos boliviana no admite demoras, dice
Mesa debe concluir su mandato y dejarse de "chantajes": Evo Morales
"No aceptaremos contratos en los que el pueblo lleva el riesgo y los inversionistas las ganancias"
Ampliar la imagen Seguidores del presidente boliviano, Carlos Mesa, expresan su apoyo para que permanezca en el cargo, ayer durante una marcha en La Paz FOTO Reuters
Buenos Aires, 7 de marzo. En Bolivia "no queremos aquellos contratos de riesgos compartidos, donde el riesgo lo llevamos nosotros, las ganancias nunca se comparten y nuestra soberanía queda anulada", advertía recientemente Evo Morales, diputado y líder del opositor Movimiento al Socialismo (MAS), en charla con La Jornada, al manifestar su preocupación por los retrasos en la instalación de una Asamblea Constituyente y en la votación de la Ley de Hidrocarburos.
En Montevideo, donde asistió a la toma de posesión del presidente uruguayo Tabaré Vázquez, Morales aseguró además la semana pasada que su fuerza política, segunda en el Congreso, había hecho una oposición responsable al presidente Carlos Mesa, e incluso lo había apoyado en momentos difíciles, lo que les había ganado no pocas críticas de sectores ortodoxos de la izquierda.
La distancia del MAS con el gobierno, aseguró, estaba justamente en el tema de los hidrocarburos, "porque consideramos que el presidente puede pero no se ve dispuesto a garantizar la recuperación de los yacimientos y ejercer el derecho propietario, y lamentablemente no habla de regalías de 50 por ciento para los bolivianos, sino para las empresas, pero esto no indica rompimientos".
Esto declaró el pasado 2 de marzo, y este lunes, según informes de prensa, Morales afirmó que Mesa "tiene que cumplir su mandato hasta 2007", y que el Congreso debe rechazar su renuncia, a la que consideró un "chantaje" para distraer a la población de la demora en la discusión de la Ley de Hidrocarburos.
Morales, quien fuera dirigente sindical indígena de los cocaleros y hoy es señalado como probable candidato presidencial, insistió en la entrevista que "nuestras diferencias con el presidente Carlos Mesa están, como digo, marcadas por esta situación que hace a la defensa real de nuestros recursos naturales y porque nosotros también sabemos, como en el caso del gas, que es muy importante la negociación entre estados y no entre empresas como sucede con Repsol argentina y Repsol boliviana".
"En el caso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, después de la crisis y de la situación de nuestro pueblo, que sufre desde hace tanto tiempo a pesar de las riquezas que tenemos, propusimos la refundación de esa empresa nuestra. Ya hemos visto lo que ha sucedido con la entrega de nuestros recursos. Y creo que llegó el momento de recuperar para uno de los pueblos más empobrecidos de la región, que no puede esperar más tiempo en su tragedia de abandono, su derecho a explotar manejar y exportar sus recursos, como Estado soberano", afirmó.
Al recordar la caída del gobierno del neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003, ante el levantamiento popular contra la exportación de gas por Chile y las tasas de ganancia desproporcionadas de las petroleras encargadas, advierte: "La gran batalla que dio el pueblo no se puede olvidar. Hay que respetar lo que se dijo en su momento, las promesas que se hicieron cuando quedaron tantos muertos en el camino.
"Nosotros sabemos que hay una gran arremetida de la oligarquía cruceña (del rico estado de Santa Cruz de la Sierra, que ha impulsado un movimiento para exigir la autonomía), y otros para no garantizar la Asamblea Constituyente, para no garantizar el urgente cambio del modelo económico. Por eso lo más importante es que los movimientos sociales estemos juntos en la idea de llevar a transformaciones pacíficas. Todos los latinoamericanos, pueblos y gobiernos, tenemos la obligación de recuperar los recursos naturales".
Para Morales el camino de la Constituyente es el adecuado para lograr "una refundación de Bolivia", al "unificar definitivamente al país, y abolir las injustas diferencias, las discriminaciones y los años de sometimientos de indígenas, campesinos y pobres".
Pero pronosticó que se buscará impedir el sostenido avance del MAS mostrándolo como un "enemigo", no obstante "que ha dado ejemplo al dialogar", y que se perfila como ganador en las elecciones de 2007. "Ya nos han sacado del camino con maniobras intervencionistas de afuera y ahora que hay una nueva oportunidad, surgen hechos que nos muestran que se tratará nuevamente de violentar las voluntades populares. Así lo estamos viendo también en México, con el dirigente (Manuel López Obrador) que el pueblo estaría dispuesto a elegir."
Sobre la Ley de Hidrocarburos, admitió que se "esperaban maniobras de todo tipo para eludir esta voluntad popular manifiesta en un pueblo que dio una batalla tan dura, con funcionarios que asumieron compromisos con ese pueblo y que ahora no quieren o no les dejan cumplir".
También destacó que "nosotros (el MAS) no estamos diciendo que no queremos inversiones. Estamos convencidos que es importante que las empresas inviertan, pero no queremos contratos de aquellos de riesgos compartidos, donde el riesgo lo llevamos nosotros y las ganancias nunca se comparten y al pueblo le dejan 20 por ciento en regalías, lo que es nada frente a las multimillonarias ganancias de la empresas".
Además, "nuestra soberanía queda anulada. Hemos visto recientemente que el pueblo, los indígenas, los sindicalistas, los campesinos lograron superar los intentos separatistas de la oligarquía cruceña, porque el pueblo sí sabe lo que es la patria. Así los sectores populares se dieron cuenta rápidamente de que ese grupo oligárquico estaba llevando a la división y ¿con qué motivo? Es que ellos decían: ahora los indios nos van a gobernar (...) No estaban hablando de autonomías ni de gasolinazos. Hablaban de esa historia de dominación de todo tipo de explotación racial".
Detrás de la propuesta de autonomía en Santa Cruz se esconden "banqueros mafiosos, corruptos y narcotraficantes".
Por su parte, el también diputado del MAS Antonio Peredo, en comunicación telefónica con La Jornada, coincidió en que tras la presentación de la renuncia de Mesa está el retraso en la aprobación de la Ley de Hidrocarburos, porque establece regalías de 50 por ciento para el pueblo boliviano.
"Durante 17 o 18 meses, el MAS ha buscado los caminos siempre democráticos e incluso no ha llevado a las grandes movilizaciones que podía hacer en función de que finalmente se aprobara esta ley, como se había prometido. Si nosotros calculamos que hay ganancias de más de mil 700 millones de dólares en el tema de hidrocarburos y que al pueblo boliviano y al Estado le quieren dejar 200 mil dólares, creo que cualquiera puede ver el tamaño de la injusticia".