MEXICO SA
Eufemismos del PRI en su intento de privatizar Pemex
En los pasados 20 años todo se ha modernizado
MODERNIZAR, NO PRIVATIZAR, es el supuesto objetivo de los ahora vergonzantes priístas tras convalidar la apertura del sector energético al capital privado.
MODERNIZAR, NO PRIVATIZAR, fue el pretexto que esgrimieron Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari para desmantelar la infraestructura productiva y de servicios propiedad de la nación.
MODERNIZAR, NO PRIVATIZAR, fue el término utilizado por Ernesto Zedillo y reivindicado por Vicente Fox para redondear el inacabado trabajo de sus antecesores.
MODERNIZAR, NO PRIVATIZAR -en resumidas cuentas-, también fue el pretexto que utilizó Porfirio Díaz para entregar al capital privado la incipiente explotación petrolera en el país, no sin antes modernizar otros sectores, el ferrocarrilero en primer lugar.
En los pasados 20 años, todo se ha modernizado, no privatizado en el país: sistema financiero, ingenios azucareros, carreteras, sistema satelital, acereras, líneas aéreas, minas, servicio postal, petroquímica, astilleros, puertos, aeropuertos, transbordadores, hotelería, autobuses, fertilizantes, tabacaleras, alimentos balanceados, Conasupo, ferrocarriles, industria de alimentos, telefónicas, medios de comunicación y todo lo demás que el registro de la porosa memoria deja a un lado, y la nación toda sigue pagando las consecuencias del eufemismo.
CLARO QUEDO Y se presumió que la 19 asamblea nacional priísta concluyó con una reforma a sus documentos básicos y estatutos, que convalidan el discurso de apertura al capital privado en sectores estratégicos y modernidad que su dirigente nacional, Roberto Madrazo Pintado, ha ofrecido a empresarios y grupos de poder, como parte de su plataforma política y una eventual candidatura presidencial (La Jornada).
SIN EMBARGO, AHORA los vergonzantes tricolores pretenden matizar la decisión y retoman la modernidad, para evitar la palabra privatización. Dice el presidente de la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, que su partido no aprobará "las propuestas privatizadoras de Ernesto Zedillo ni de Vicente Fox. Lo que avalará es una iniciativa propia del PRI para la modernización del sector energético".
MODERNIZAR PEMEX, LA Comisión Federal de Electricidad y el sector energético en su conjunto, a juicio de Beltrones, "no significa una privatización, aunque es necesario buscar su financiamiento de diversas fuentes, pero lo básico, dijo, es la necesidad de hacer competitivas a las empresas. Ello, con el objetivo de poner a estas empresas de acuerdo con los tiempos que se viven en el mundo globalizado". ¿Qué, el sector energético mexicano no puede modernizarse sin la participación del capital privado?
NO SE TRATA DE privatizar, dijo por su parte Enrique Jackson, cabeza de los tricolores en el Senado, asegura que en su partido "siempre llamamos a las cosas por su nombre", de tal suerte que la pretensión es modernizadora, a tal grado que hoy de nueva cuenta "se revisará el régimen fiscal de Pemex".
LA INTENCION MODERNIZADORA, pues, se finca en que el sector energético tenga un estatus tan moderno como el imperante antes del 18 de marzo de 1938, y si ese mismo ánimo modernizador incluye la revisión del régimen fiscal de Petróleos Mexicanos habría que recordar que desde los tiempos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, como ahora en los de Vicente Fox, la propuesta de modernizar el régimen fiscal de Pemex no tiene mayor objetivo que privatizar a la paraestatal.
COMO PRESIDENTE ELECTO, en septiembre de 1994, un grupo de empresarios-funcionarios relacionados con la paraestatal entregó un balance que Zedillo hizo propio. En el documento se subrayaba que "si Pemex no modifica su estructura financiera para atender los crecientes requerimientos internos de hidrocarburos, así como los contratos de exportación, inevitablemente tendrá que aceptarse y promoverse la participación de capital privado en la industria petrolera nacional".
ACTUAR EN TAL SENTIDO, señalaban, garantizaría que el Estado mantuviera la integridad de la industria bajo su control directo, al tiempo que permitiría "buscar la apertura al capital privado fuera del ámbito de exclusividad para las actividades de apoyo al sector, y promover su financiamiento mediante la realización de proyectos extrapresupuestales (léase Pidiregas); con la finalidad de incrementar su competitividad, Pemex deberá poder beneficiarse de la especialización de empresas que operan en el ámbito privado, mediante la creación de nuevas oportunidades de participación..."
RESULTA, PUES, QUE la pretendida modernidad ahora promovida por los priístas, la misma que justifican sus representantes en el Congreso de la Unión, ya era moderna 20 años atrás.
LOS PROMOTORES DE esta supuesta modernidad fingen desconocer la voracidad de los vampiros petroleros (don Jesús Silva Herzog) y las advertencias del propio Lázaro Cárdenas, resumidas en las siguientes líneas:
PARA EVITAR EN lo posible que México se pueda ver en el futuro con problemas provocados por intereses particulares extraños a las necesidades interiores del país, (...) que no vuelvan a darse concesiones del subsuelo en lo que se refiere al petróleo y que sea el Estado el que tenga el control absoluto de la explotación petrolífera.
DECRETADA LA EXPROPIACION petrolera, las medidas inmediatas tendieron a garantizar el abastecimiento interior para impedir cualquier trastorno a nuestros servicios de transportes, a las industrias y a los consumidores de petróleo y sus derivados, habiéndose logrado que el aprovechamiento de las diversas zonas del país se efectuara sin demora en la proporción requerida.
CON LA ACTITUD disciplinada y de franca colaboración de trabajadores, técnicos y autoridades petroleros ha sido posible encauzar en poco tiempo las actividades de las industria, demostrando así que los trabajadores y técnicos mexicanos cuentan con la capacidad suficiente para asumir en unión del gobierno, la responsabilidad que esta importante industria representa para el país, la que habrá de alcanzar, seguramente, un gran auge para beneficio de toda la nación.
Las rebanadas del pastel:
ES DE ESPERARSE que a la hora de tomar decisiones, no todos los inquilinos de San Lázaro y Xicoténcatl tengan la memoria borrada.