Usted está aquí: lunes 7 de marzo de 2005 Cultura Canta Pavarotti con un coro de 2 mil 500 voces en su concierto del adiós

El tenor italiano se despidió de los mexicanos el sábado en Guadalajara

Canta Pavarotti con un coro de 2 mil 500 voces en su concierto del adiós

ERIKA ARRIAGA CORRESPONSAL

Guadalajara, Jal., 6 de marzo. El tenor italiano Luciano Pavarotti dio el sábado por la noche un mensaje de esperanza en la primera mitad de su concierto, al anunciar la pieza religiosa Ave María, de Schubert. "En este mundo tan agitado, tan agobiado por la muerte y el dolor, dedicó esta canción a todos a quienes queremos la paz", expresó.

Pavarotti y Guadalajara se despidieron en el anunciado concierto del adiós, realizado en el Teatro Diana.

A las 8:35 de la noche se abrió el telón. Ante unos 2 mil 500 asistentes, procedentes de diversos estados de la República Mexicana, el cantante, sonriente, apareció sentado al centro del escenario.

Lo rodeaban unos 50 músicos de la Filarmónica de Jalisco. A su lado izquierdo apareció la soprano Simona Todaro, y frente al piano y como director de orquesta, Leone Mugiera.

El cantor comenzó con las clásicas La serenata y Ya no te amo más (No t'ami piú). Prosiguió con El reconto, de la ópera La bohemia. Luego interpretó tres arias, Che gelida manina, Si, mi chiamano Mimi y O save fanciulla, acompañado en el segundo fragmento por Simona Todaro, quien se llevó ovaciones por su interpretación de Romanza della Viljia y Tú estás en mi corazón.

Una noche inolvidable en la que Pavarotti incluyó 23 clásicos.

El tenor se entregó al público, que lo festejó con aplausos en sus intervenciones de las canciones Chitarra romana, La mia canzone al vento y Mattinata.

En repetidas ocasiones el llamado Rey del Do agudo se mostró agradecido, llevando su mano derecha al pecho, del lado del corazón y posteriormente aplaudiendo a su orquesta y espectadores.

En la segunda mitad de su concierto, el italiano otorgó otro regalo operístico, al interpretar Granada. "Esta canción en español es dedicada para todos ustedes, desde lo profundo de mi corazón".

Otra dedicatoria del tenor, Oh sole mio, fue para su productor Harvey Goldsmith, "una canción de un italiano a un inglés; feliz cumpleaños".

Para finalizar interpretó El brindis, de La traviata, momento en que solicitó a su público que lo acompañara en la interpretación. "Somos un dueto (Pavarotti y Todaro), una orquesta y el director y, aunque no hay coro, ustedes van a cantar".

Comenzó a cantar, lo acompañó Todaro y después el mismo cantor tomó la batuta para dirigir a su coro de más de 2 mil 500 asistentes.

A las 10:40 de la noche el concierto llegó a su fin. El púbico se puso de pie en tres ocasiones y pidió a Pavarotti que no se fuera; éste no dejó de sonreír, una de nuevo se llevó las manos al lado izquierdo del pecho y, agitando un pañuelo blanco, dijo: "Adiós". Se cerró el telón.

Cerca de la medianoche bajo una lluvia ligera alrededor de medio centenar de admiradores esperaban la salida del italiano para verlo por última vez. Pavarotti salió caminando por la puerta trasera del teatro. Se protegía de la lluvia con un sombrero estilo napolitano, y abordó un auto Mercedes Benz color gris.

Guillermina Espinoza, cantante de ópera, dijo: "Es maravilloso; sigue siendo el Rey del Do, y hasta del Si y el La, sigue siendo un Sol".

Lorenzo Arcos expresó: "lloré esta despedida; es como esta lluvia, causal, causante, es lluvia, es alegría, son lágrimas, es vida"

En el lugar se montó un operativo de 80 elementos de seguridad, entre policías municipales de Guadalajara y guardias privados.

 
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