Concluyen proyecto de ley en la materia; es una iniciativa light, admite funcionario
Propondrán al Congreso fijar precio único para el libro
Tras ocho meses de trabajo, fue concluido un nuevo proyecto de ley del libro que esta semana será presentado ante las comisiones de Cultura de las cámaras de Senadores y de Diputados. Se trata, a decir de varios de sus impulsores, de la iniciativa más consensuada y completa que se haya elaborado hasta ahora sobre el tema.
Entre los puntos más importantes de su clausulado destaca uno particularmente controversial: el referente a la fijación del llamado "precio único". Es decir: que por ley cada título tendría un precio uniforme en todo el país.
Otro punto digno de mención es el que hace expresamente obligatorio para el Estado el fomento a la lectura.
En el nuevo proyecto de ley del libro intervinieron, "a título personal", más de 20 personas relacionadas con el tema: escritores, representantes gremiales, grandes editores y editores independientes, libreros, impresores, papeleros y funcionarios de instituciones públicas.
Es el caso de Raúl Zorrilla, director de publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y uno de los más activos impulsores del proyecto, que, asegura, "emana de un consenso bastante trabajado".
Zorrilla resalta como una de las características más notables del proyecto que no se trata sólo de una ley de industria: "Es una ley del libro y fomento a la lectura".
Para su elaboración "analizamos leyes de todo el mundo; prácticamente todas las de América Latina; estudiamos mucho la francesa, la española y la inglesa. Todas estas leyes del libro son industriales, y la que nosotros estamos planteando también es de fomento a la lectura".
Eso le da "una innovación sustantiva: contempla la parte de la oferta y también la parte de la demanda".
Victor Hugo Rascón Banda, presidente de la Sociedad General de Escritores de México, otro de los participantes en el proyecto, considera que, en caso de aprobarse, la ley propiciará un cambio total y benéfico para la industria editorial.
Desde su perspectiva, el punto controversial es el que estipula el "precio único". Es un aspecto que aún genera dudas en algunos representantes de industria, sobre todo editores.
Rascón y Zorrilla, basados en las experiencias de Estados Unidos y algunos países europeos, comparten la idea de que en un mediano plazo la industria se beneficiará de la medida.
De acuerdo con su razonamiento -expresado por separado- el "precio único" contribuirá a frenar el continuo cierre de pequeñas y medianas librerías que actualmente se registra. Impedirá, asimismo, que los lectores, sobre todo de las ciudades más alejadas de la ciudad de México, tengan que seguir pagando por un libro hasta 60 por ciento más de lo que paga un lector en el Distrito Federal.
No sólo eso, sino también ofrecerá certidumbre para que se abran nuevos espacios de venta del libro.
Complementaria a esta propuesta -señala Rascón Banda- es la de establecer "como política de Estado que el libro es de interés público y social".
Esto hará posible "dar la batalla" para recuperar e incluso aumentar los estímulos fiscales a todos los que intervienen en la edición y venta de un libro: "desde el que escribe y vende el papel hasta el que hace el diseño, el que lo vende y el que lo consume".
Pero la cuestión fiscal no puede ser incluida en este proyecto de ley.
-¿Ya es la ley que se necesita o es una ley light?
-Es la ley -responde Raúl Zorrilla- que se necesita bajo las condiciones del actual sistema legislativo. Es una ley light en el sentido de que no incluye una serie de modificaciones, como las fiscales.
Reconoce: "Esa fue la primera decepción que se llevó el grupo; desafortunadamente en el sistema legislativo mexicano es muy difícil poner una ley que esté por encima de otras. Por eso no podemos tener una ley como la hubiéramos deseado.
"En el grupo de trabajo se ha planteado que este es un primer paso, el siguiente será tratar los estímulos fiscales y las modificaciones necesarias a otras leyes que favorezcan al libro y la lectura".