Usted está aquí: domingo 6 de marzo de 2005 Política A LA MITAD DEL FORO

A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

Todos unidos por arte de birlibirloque

NO HAY CREDITO. Son muy caros sus servicios. Pero la generosidad de los señores de la banca no se agota con la reapertura de carteras hipotecarias. Aceptarían, dicen, a un presidente de izquierda. De la topografía a la antropofagia. Que no hay mucho margen para gobiernos de izquierda, dicen; que Lula atiende disciplinadamente el dictado de los organismos financieros internacionales. Que tanto monta, monta tanto, el blindaje de ayer como el de hoy.

ANDRES MANUEL LOPEZ Obrador mordió el anzuelo y respondió a los del festín acapulqueño que él jamás olvidará el drama del Fobaproa-IPAB. De Ernesto Zedillo ni quien se acordara. Tal vez porque José Angel Gurría fue improvisado intérprete simultáneo del mensaje de Vicente Fox que golpea al pasado evanescente y rinde culto al mercado de capitales que no tienen memoria. Desmesura tropical en el altiplano, donde el desafuero distrae a los navegantes de la transición y la alternancia va a la deriva: del caño al coro y del coro al caño. A salvo, tras el blindaje económico que no necesita traducción simultánea, el Macabeo abajeño "sospecha" que ha logrado reducir el apabullante y multimillonario número de pobres que sobreviven entre el Bravo y el Suchiate.

LOS QUE SE VAN en busca de oportunidades, de empleo, de la esperanza negada por la crisis persistente de nuestras clases dirigentes, esos mandan remesas de dólares que mantienen en precario equilibrio a la economía del blindaje que, dicen, impedirá el desplome de final de sexenio. Del paso del coro al caño. Los irredentos optimistas, los que festejan la noble tolerancia de banqueros dispuestos a aceptar un gobierno de izquierda, atado y bien atado, por el imperio de la verdad única, juran que el blindaje del doctor Zedillo evitó que el arribo de Vicente Fox se diera entre quejas y lamentos por otra crisis recurrente. Sin ánimo de añadir al desaliento con la democracia sin adjetivos y sin rumbo, habría que preguntar si no hay recaída cuando se recibe una economía cuyo PIB crecía a más de 6 por ciento anual y en un año se desploma a un crecimiento medido en décimas de punto.

QUEDE PARA FUTURO debate bizantino entre los señores Sojo y Ortiz, con el inamovible señor Gil como árbitro inapelable. Incorporar esa discusión al combate de incontinencia verbal en que están empeñados Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador equivaldría a dejar la resolución para las calendas griegas. Los banqueros, los administradores del capital extranjero que compró lo nacionalizado, privatizado, rescatado y descapitalizado, son tolerantes. Y el sucesor de Manuel Medina Mora se conformó con responder que ellos, los de ahora, los que vinieron a salvar a los nativos, ni siquiera estaban por ahí cuando las cuentas del Fobaproa. Y a otra cosa. Porque mientras los banqueros hablan de política, los dirigentes de los partidos políticos ceden voz y voto a las empresas que hacen encuestas.

A LOS INSTRUMENTOS DE medición de la opinión pública, dice el eufemismo del galimatías acuñado en Puebla al modificar sus estatutos los del PRI. Allá, en la asamblea nacional del juego de birlibirloque, los de la Unidad Democrática, los siete gobernadores y un senador de entre los que saldrá el que contienda con Roberto Madrazo por la candidatura a la grande, la de 2006, resultaron autores de la parábola que paradójicamente favorece a quien pretendían quitarle el control del aparato partidista y fijar nuevas reglas para designar candidato a la Presidencia de la República. Quieren encuestas. Quieren que una empresa privada dé línea a los delegados que se hartaron del mando vertical y pusieron candados a la tecnocracia arribista en cuanto brotó aquello de "la línea es que no hay línea".

EN CASA PUEBLA, Mario Marín puso en juego el oficio político aprendido en largos años de militancia, de ascensos ganados y no recibidos como heredero de quienes llegaron antes a las alturas de la babélica torre de la oligarquía que gobernó con el escudo tricolor, intentó gobernar con el blanquiazul mariano, y volverá a Los Pinos con el retrato de Juárez bajo el brazo. Ni modo. Enrique Jackson, Arturo Montiel, Manuel Angel Núñez, Enrique Martínez y Tomás Yarrington se tomaron de la mano y tomaron las de Roberto Madrazo para alzarlas triunfalmente ante los asambleístas que entonaban el alegre grito de "¡unidad, unidad, unidad!"

EN EL AMARRE ESTA el gane. Todas las miradas sobre la mesa de estatutos. Se despistaron los analistas entretenidos con los retruécanos de Santiago Creel: "La política es el arte de lo imposible", dijo ante las cámaras de la televisión el aspirante a candidato del PAN. Y no, de lejos viene la certeza de que "la política es el arte de lo real y lo posible". Ni metafísica ni teología. Del poder y cómo hacerse de él. Y, sobre todo, de qué hacer con él una vez que se obtiene. Poder real. Objetivos posibles. En Puebla montaron el escenario para el arte de birlibirloque al servicio de la muy real ambición de poder y los muy concretos objetivos que persiguen. Todas las miradas fijas en las mesas donde David Penchyna se pialaba a sí mismo y daba rienda suelta al combate imaginario entre los de Roberto Madrazo y los de la Unidad Democrática que abandonaron temporalmente la asamblea.

ARTURO MONTIEL DENUNCIO los excesos del método apabullante. Eduardo Bours ya no fue a Casa Puebla: "Yo no voy a ir con unos gandallas", dijo. Pero al final hubo manos entrelazadas. Camino al foro hubo acuerdo para crear una Comisión para la Legalidad, Congruencia y Constitucionalidad que revise los acuerdos de la asamblea y modifique todo aquello que pudiera ser impugnado por las autoridades electorales. ¡Ah! La unidad en la diversidad. ¡Ah! El PRI del revisionismo. Y los priístas que disputan palmo a palmo el acceso a los cargos, pero unen las manos para cortar tras bambalinas el nudo gordiano del Programa de Acción. Arte de birlibirloque.

LOS SABIHONDOS ENTERRADORES del PRI, los puritanos de la nueva ortodoxia que condenan a Manuel Bartlett por su tozuda defensa de los artículos 27 y 28 constitucionales; los que de veras piensan que la soberanía es un término "demodé" y de mal gusto en el mundo del imperio incontestado y el flujo de capitales libre de toda regulación, se deslumbraron con las espadas sin filo de los duelistas de la mesa de estatutos. Pero el campo de batalla se limitó de antemano. Al designar a Beatriz Paredes para presidir y conducir la discusión del Programa de Acción se removieron obstáculos a la apertura del sector de energéticos. A Beatriz Paredes no se le puede impugnar, no se le pueden atribuir debilidades ideológicas, falta de convicción en lo que hace a la propiedad original de la tierra y la soberanía nacional sobre las riquezas petroleras que fueron expropiadas y nacionalizadas por Lázaro Cárdenas en ejemplar ejercicio de las facultades expresas del poder constituido y de absoluto respeto al imperio de la ley.

LAS COMPAÑIAS PETROLERAS se negaron a obedecer una sentencia de la Suprema Corte de Justicia. Nadie, decía, pondría en tela de juicio la fidelidad de Beatriz Paredes a principios históricos postulados y defendidos por su partido. El único que anticipó el potencial resultado en la mesa del Programa de Acción fue Humberto Roque Villanueva. Sabe, sabemos todos, que el respeto a Beatriz Paredes y su trayectoria permitía el juego de espejos con su dúctil habilidad para sentar premisas de buena fe y sólida lógica para concluir que no debe haber tema tabú en un partido democrático. Arte de birlibirloque. Roberto Madrazo, contrincante de Beatriz Paredes en la contienda por la presidencia del CEN del PRI, pudo decir que en la asamblea nacional todo se discutió, nada se calló.

Y, PORTENTO DE LA política por consenso donde hay desacuerdos disolventes y amargo desconcierto por el modo y la manera de designar al candidato a la Presidencia: los que peleaban, los que se levantaban de la mesa de estatutos, los que alzaron la voz, como Enrique Jackson, para rechazar las maniobras impositivas, sonreían satisfechos, aplaudieron y aprobaron con entusiasmo las reformas al programa. Y se olvidaron del caño para unirse al coro de loas a la modernidad del PRI que abre la puerta al capital privado en Pemex y en la CFE. Luego no es tan profunda la fisura, no es tan grande la fractura que amenazaba con desmantelar al PRI y hacerlo saltar en mil pedacitos que irían a fundirse en los partidos de la pluralidad presente y porvenir.

LOS ENEMIGOS IRRECONCILIABLES, los que dicen que Roberto Madrazo es precandidato ineludible y sería candidato inelegible; los duros que piden las zaleas de los "zedillistas" que acompañaron a Francisco Labastida Ochoa en su descenso al infierno de la derrota electoral, de la entrega del Poder Ejecutivo al individuo que en nombre de la ultraderecha se dijo de centroizquierda, y después de convocar a una revolución como la Cristera empuñó un crucifijo para arrojar del edén de Los Pinos a Benito Juárez; los del duelo a muerte, pues no estarán de acuerdo en quién, pero sí en para qué quieren el poder y en lo que están dispuestos a dar para recuperarlo. Ni modo ni manera, indicó Pánfilo Natera.

A LOS BANQUEROS NO LES disgustaría un gobierno de izquierda. Y el pejelagarto muerde el anzuelo. Los señores del poder mediático espectacular dicen que Roberto Madrazo encarna el retorno de los brujos y agitan el ágora electrónica para ver si atrás de la sonrisa de Natividad González Parás trasluce la alegría de los que no se conformaron con la victoria cultural de la derecha confesional y decidieron volver a Chipinque y ver el parto del Cerro de la Silla: un gobierno gerencial que se declarara de empresarios y para empresarios. Qué le vamos a hacer. Salinas es el malo, Zedillo es el bueno y se ve feo pa´ dentro.

PORQUE NI EN LOS Pinos ni en Gobernación, ni en el PAN saben qué hacer ante la andanada de duras verdades que vienen del norte. De donde decían que vendrían los capitales y la tecnología de punta para insertarnos en el primer mundo y ser competitivos en el siglo XXI. Sin salir del XVI, sin pasar por el Siglo de la Luces. Para eso, nada como la elección de nuevo presidente del CEN del PAN. Se va Luis Felipe Bravo Mena y llega Carlos Medina Plascencia. Cangrejos al compás, marchemos para atrás.

 
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