Trato descortés al arzobispo en aeropuerto de Miami
Intentan abrir un "expediente de peligrosidad" a cardenal cubano
La Habana, 3 de marzo. Autoridades migratorias de Estados Unidos intentaron abrir en el aeropuerto de Miami "una especie de expediente de peligrosidad" al cardenal cubano Jaime Ortega, que el prelado pudo evitar luego de tres horas de espera, informó hoy la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC).
El incidente ocurrió el pasado viernes 25, cuando el arzobispo de La Habana llegó a Miami para una visita de tres días de carácter familiar y recibió en la oficina migratoria un trato "seco y descortés", indicó una declaración de la COCC.
Ortega llegó a Miami en un vuelo directo desde La Habana, con pasaporte diplomático del Vaticano y con visa de entradas múltiples durante cinco años, expedida aquí por la Sección de Intereses de Estados Unidos, precisó el comunicado.
De acuerdo con la versión, Ortega fue desviado del puesto migratorio a una oficina de atención a viajeros con problemas en sus documentos.
Tras una espera, el jerarca católico fue conducido a otro lugar, donde "quisieron abrirle una especie de expediente de peligrosidad, que comenzaba con una serie de preguntas que rehusó contestar".
El alegato de Ortega en ese momento fue que ese cuestionamiento se hacía "selectivamente" a ciertos viajeros cubanos, pero no a todos y en su caso se trataba de un personaje público con documentos en regla.
Un oficial a cargo del caso dijo al cardenal que sólo entraría en Estados Unidos si pasaba por el interrogatorio. Ortega replicó que también tenía la opción de volver a la isla en el siguiente vuelo.
El agente migratorio ya gestionaba el rembarque del prelado con destino a La Habana, cuando una funcionaria migratoria anunció al cardenal que podía quedarse treinta días en Estados Unidos.
Ortega decidió permanecer en Miami los tres días que tenía programados y volvió a La Habana el lunes 28, para asistir a la reunión ordinaria de la COCC.
La declaración precisó, contra versiones de prensa del fin de semana, que en el incidente no se invocaron opiniones del cardenal sobre la situación política de Cuba o Estados Unidos; no se intentó abrir su equipaje ni se le dijo que sería deportado.
Originario de la occidental provincia de Matanzas, de 69 años, Ortega fue recluido entre 1966 y 1967 en una Unidad Militar de Apoyo a la Producción, centro de labores agrícolas en los que el gobierno confinó en la época a personas que consideraba "antisociales", como homosexuales y religiosos.
Desde su ordenación en 1964, Ortega ha ejercido su sacerdocio en Cuba. Fue obispo de Pinar del Río (occidente), presidente de la COCC (1988-1999) y con ese carácter anfitrión del Papa Juan Pablo II en 1998; desde 1981 es arzobispo de La Habana y cardenal desde 1994.