Usted está aquí: miércoles 2 de marzo de 2005 Política Abrir el partido a la gente, debate entre los dos candidatos a encabezar el PRD

Coinciden en que ante el desafuero de López Obrador sólo resta la movilización

Abrir el partido a la gente, debate entre los dos candidatos a encabezar el PRD

RENATO DAVALOS

El PRD, ¿abierto o cerrado? Dilema que confrontó a los dos candidatos a la presidencia perredista, Leonel Cota Montaño y Camilo Valenzuela Fierro, a tres semanas de los comicios internos. Apertura a los jóvenes y a las mujeres, pidió el gobernador sudcaliforniano. Sólo a perfiles acordes al partido, pues "meter a todos" ha sido el error histórico del sol azteca, repuso Valenzuela.

Hora y cuarto de una discusión dividida en tres partes, en la que Cota Montaño apareció en el atril con la seguridad de tener de su lado a prácticamente todas las corrientes perredistas. Valenzuela Fierro aprovechó el espacio a la ofensiva, y ambos coincidieron en que frente al desafuero en contra de Andrés Manuel López Obrador sólo resta la movilización y la resistencia pacífica.

"Candidato propio o externo, si López Obrador es eliminado", preguntó Cota Montaño. Referéndum para saber si vamos con otro abanderado o si de plano no participamos en 2006, apuntó Valenzuela Fierro.

Los ahora incorporados al grupo de Cota ocuparon las primeras filas del inmueble: Juan Guerra y Graco Ramírez. Además, Narciso Agúndez, Javier Hidalgo, Gudalupe Acosta Naranjo y Rafael Hernández, entre otros.

Pablo Franco, José Antonio Rueda, Otilia Galindo y Alejandro García Rueda, por los camilistas, que se enzarzaron en duelos de coros con el grupo de Cota.

Ricardo Chaires, un ex policía ahora perredista, que en sus tiempos en el servicio público se crucificó en el contexto de una demanda salarial, y ex aspirante a la presidencia perredista que solicitó registro sin éxito por no cumplir con el estatuto, llegó a empujones y gritos para tratar de reventar el debate. "Soy ciudadano y voy a pasar", dijo entre la serie de puntapiés que propinó a los responsables del orden que le cerraron el paso.

"Ustedes quieren imponer a Cota", vociferó en compañía de Jesús Ayala Mendoza, ex priísta y ex asesor del panista autollamado Pancho Cachondo. Mauricio del Valle, responsable del Servicio Electoral, salió a dialogar con Chaires, que fuera de sí exclamaba: "llamen a la patrulla...", "Enséñenme la resolución de la Comisión de Garantías..."

"Escarmiento"

En tanto, adentro la otra coincidencia entre Cota y Valenzuela era la revisión de las cuentas que tienen postrado al sol azteca tras la deuda que les dejó el roblismo. "Tendrán que revisarse los números", aceptó Cota. "Aceptar que Rosario Robles impusiera a un administrador al margen del partido debe ser un escarmiento que debemos aprender. Pero las cuentas siguen sin estar claras", refirió Valenzuela.

El acento norteño se apoderó del debate y remontó el murmullo de Chaires, que traspasaba las puertas del salón. Partido sin formación es rehén de los intereses de grupos. Abandonar la formación política como ha sucedido con el PRD sólo lo ha socavado. Tiene que rescatarse esta tarea, señaló Cota.

Superar la desmovilización de un partido que sólo espera elecciones alejado de la movilización y las demandas, contestó Valenzuela. El PRD está vaciado políticamente, admitió. Hay buenos gobiernos perredistas, pero otros son iguales al PRI. Tlaxcala fue caso emblemático, sostuvo.

La primordial diferencia con Valenzuela, afirmaba Cota a la mitad del debate, es la apertura del partido. Si no se abre, no podrían incorporarse jóvenes, mujeres, movimientos sindicales o campesinos. Llamó a evitar que el "derecho de sangre" se imponga al partido que es de todos.

Valenzuela respondió que las alianzas no pueden confundirse con los límites y los principios, pues ahí están ejemplos recientes, como el de José Guadarrama en Hidalgo, dijo en una frase que despertó a sus partidarios. "Llamemos a la movilización cívica para el 2006 y no a los acuerdos cupulares o sólo con representantes de otros partidos", añadió.

El partido está paralizado, dijo Cota en su siguiente intervención. "El partido -insistió- tiene que abrirse a las decisiones de la sociedad y no sólo a la militancia".

Ambos coincidieron en sus criterios en torno al posible desafuero de López Obrador. El movimiento ciudadano es el único factor para hacer frente a esa pretensión. Nos jugamos la posibilidad de transformar al PRD y que deje de ser un aparato electoral, señalaron.

En el programa que enarbolarían también hubo coincidencias. Combate al neoliberalsmo y a la política de los pasados tres sexenios, que sólo ha producido más pobres en el país. Renegociar la deuda y suspender el Fobaproa, exigió Valenzuela. Ampliar la propiedad social en áreas como la pesca o los bosques, sugirió Cota. No pertenezco a ninguna corriente, cerró el gobernador con licencia.

El derroche de recursos de Rosario Robles y Jesús Ortega en 2002 y los vicios que afloraron después es la señal para terminar con esas prácticas y emprender una reconstrucción política con ética. Impedir que el consejo nacional siga siendo nulificado por los acuerdos extralegales, culminó Valenzuela.

-¿Declinará en favor de Cota?, le preguntaron después del abrazo con que cerró el debate.

-Si no me doblé ante Cuenca Díaz (Hermenegildo, ex secretario de la Defensa), respondió a la espera de al menos otros dos debates antes de los comicios internos del 20 de marzo.

 
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