Lecciones para una liebre muerta, nuevo título del autor, editado por Anagrama
Mario Bellatin pone punto final a los universos narrativos de sus 13 novelas anteriores
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Bellatin proseguir�u b�da narrativa mediante lecturas de orden musulm�y suf�OTO Luis Humberto Gonz�z
Lecciones para una liebre muerta es el título del más reciente libro del escritor Mario Bellatin, en el que mediante 243 breves fragmentos -que se alternan y saltan en el tiempo-, se narran distintas historias en las que se mezclan, por un lado, elementos aparentemente autobiográficos y, por otro, elementos ficticios.
Esos fragmentos, explicó el autor, aluden a los universos narrativos contenidos en sus 13 novelas anteriores.
''La idea fue no salir de los límites de esos mundos ya creados y al mismo tiempo -mediante dicha estructura narrativa- concebir una novela independiente, en la que los personajes y situaciones (aunque aluden a aquellas historias), aparecieran como nuevos o necesarios para esta nueva novela."
Conexiones entre personajes y anhelos
El libro, expresó Bellatin, es una especie de homenaje final a todos esos universos narrativos escritos con anterioridad; es de alguna manera la conclusión de una etapa, en la que se compendia la esencia de aquellos personajes y sus historias.
Publicado por Anagrama, en Lecciones para una liebre muerta se evocan y alternan diversos recuerdos y memorias, como la del poeta ciego, la clonación de Margo Glantz, la de la mujer que insistía en alimentar a la perra de la escritora con hígado crudo, la vida de un traductor y un filósofo trasvesti, la de una mujer que dibuja niños muertos, la de un escritor sin nombre que ha conseguido, para seguir escribiendo, la residencia en Estados Unidos y la de su abuelo, de supuesto origen quechua, que cuando ambos visitaban el zoológico, éste le contaba la compleja historia de Macaca.
Los fragmentos o pequeños relatos se van desdoblando para generar una red de conexiones entre los personajes y sus anhelos.
El sistema del ''no''
Con este libro y con la ayuda de Angela González, explicó Mario Bellatin, finaliza una etapa de su escritura, entre cuyas características está el sistema, bautizado por el propio escritor, como el sistema del no: ''no color, no adjetivos, etcétera. Cuatro o cinco reglas a las que obedecía de una manera rigurosa.
''Ahora -a partir de ciertas prácticas y lecturas de orden musulmán y sufí, con las que descubrí un universo muchos más vasto-, la idea es continuar en la búsqueda, en la que como autor no quiero tener ningún papel protagónico dentro de las propias novelas que escribo.
''El afán es continuar con un ejercicio de escritura en la que la historia aparezca como si fuera autogenerada por los propios personajes. El propósito es que el texto pueda hablar por sí mismo, sin la necesidad de un autor."