Usted está aquí: lunes 28 de febrero de 2005 Cultura Los moneros, considerados vengadores del pueblo ante los poderosos: Rius

Da a conocer volumen sobre caricaturistas mexicanos en la feria del libro de Minería

Los moneros, considerados vengadores del pueblo ante los poderosos: Rius

Arnaldo Kraus da lectura en voz alta a los textos Suicidio y Autopsia, de su autoría

MERRY MAC MASTERS

Ampliar la imagen El Palacio de Miner�congrega multitudes �das de letras FOTO Yazmin Ortega Cort�

Las filas de personas afuera del Palacio de Minería, tanto para comprar boleto como para entrar, testimoniaron ayer la atracción en que se ha convertido la Feria Internacional del Libro, que llega a su versión 26.

Ya dentro del edificio las colas continuaron para tener acceso al gran número de presentaciones, recitales, conferencias, talleres, demostraciones, lecturas, firmas de libros, conciertos y demás actividades.

Al parecer, lejos están los días cuando una casa editorial trajo al escritor argentino Julio Cortázar, cuya conferencia de prensa se efectuó en un salón pequeño, sin atraer masas.

Para el primer domingo de la feria había alrededor 80 actividades programadas entre las 11 y las 19 horas, muchas una tras otra, lo que impedía que las sesiones se prolongaran.

Llamó la atención una fila de caras aprehensivas, que bajaba por la enorme escalinata del recinto hasta el vestíbulo. Su propósito era común: asistir a la presentación del libro Los moneros de México, de Eduardo del Río, Rius, organizada por la editorial Grijalbo en el imponente Salón de Actos.

Hubo cabida para todos; incluso, los que quisieron fueron invitados a acercarse más y sentarse en el suelo, lo que le dio un aspecto informal. Qué bueno, porque el acto no fue nada solemne.

Fue uno de los momentos estelares de la feria, como lo describió Fernando Macotela, su director, quien llegó apurado a presentar el acto, ya que muchas actividades empiezan a la misma hora.

Flanqueado por Rafael Barajas (El Fisgón) y Víctor Trujillo, Rius explicó que Los moneros es un homenaje a "todos mis colegas que desde hace un chorro de años intentamos cambiar a este país".

Y si los gobernantes parecen no tener remedio por más caricaturas que les hacen, en cambio "mucha gente ha tomado conciencia de lo que es este país y lo que se puede cambiar".

Para Rius, los caricaturistas son muy estimados por la gente porque "nos ve como vengadores de ellos". Explicó: "se han pasado los gobiernos burlándose, riéndose de la gente, sobre todo la gente pobre, y entonces, cuando ellos ven las caricaturas y que nos reímos de los poderosos, de los que nos están jodiendo, la gente se siente vengada con nuestros trabajos. Por eso es que lo primero que buscan en los periódicos y las revistas son las caricaturas".

Ante la amenaza de desaparición de la prensa crítica en forma de caricatura, con Los moneros Rius ha querido dejar una constancia de "la colección de locos tranquilos, pacíficos, que hemos pretendido llevar a cabo algunos cambios" a fin de pensar positivamente respecto al país.

Más adelante, apuntó: "si dejan que Andrés Manuel López Obrador llegue a ser candidato, no va a necesitar de ningún partido político para que lo apoye. La gente misma es la que está apoyando su candidatura. Pero, en el caso de llegar al poder, ¿ustedes creen que los partidos políticos, los diputados y los senadores lo van a dejar que cambie las cosas? Le va a ir peor que a Vicente Fox. Es una tragedia que vivimos un sistema al que no podemos cambiar de ninguna manera. La única posibilidad sería que fuéramos todos a la bola".

Aunque de menor cupo, el auditorio Bernardo Quintana también se llenó con un público ávido por escuchar al médico y escritor Arnaldo Kraus quien, al participar en el ciclo Leer para los demás, dio lectura a dos textos suyos, Suicidio y Autopsia, incluidos en la carpeta Carpe diem, con grabados de Gabriel Macotela.

Para Kraus, articulista de La Jornada, los médicos son historiadores porque "nos lo pasamos oyendo de los dolores y las vidas de los pacientes". Fue el periodista Fernando Benítez quien le impulsó a escribir lo que oyera.

La lectura de los textos motivó al público a expresar todo tipo de inquietudes, desde la posibilidad de presentir la muerte hasta el tema de la eutanasia. Tan buen diálogo se había establecido entre Kraus y el auditorio que se oyeron protestas cuando a las 14:50 horas un edecán de la feria pidió desalojar la sala porque seguía otro acto.

El encuentro libresco estará abierto hasta el domingo 6 de marzo.

 
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