Usted está aquí: lunes 28 de febrero de 2005 Política Farmingville, ejemplo de lucha contra las medidas antinmigrantes en EU

Establecen frente común en defensa de los derechos de trabajadores indocumentados

Farmingville, ejemplo de lucha contra las medidas antinmigrantes en EU

Procede el juicio civil de dos jornaleros de México golpeados en aquella localidad

DAVID BROOKS Y ELIZABETH COLL / II

Ampliar la imagen "Damos gracias al se�presidente Fox por los empleos creados", fue el mensaje que los jornaleros pidieron se enviara al mandatario mexicano FOTO Elizabeth Coll

Farmingville, Nueva York, 27 de febrero. Este lugar, antes un pueblo poco conocido, atrajo la atención nacional y la de México, cuando en 2000 dos jornaleros mexicanos fueron brutalmente golpeados y se dio a conocer la tensión comunitaria en torno a la reciente presencia mexicana. Esto fue retratado en el excelente documental Farmingville trasmitido a escala nacional por la cadena de televisión pública, y la cinta ha sido premiada en varios festivales de cine, incluso el Sundance.

Ahora la película se exhibe aquí -como en otras partes del país- para educar a los residentes, y gente como Charles Funk y Andy Connelly acuden para promover el diálogo.

Farmingville se ha convertido en un centro de la disputa nacional sobre trabajadores indocumentados, sitio seleccionado por organizaciones nacionales antinmigrantes y también por organizaciones de defensa, por los sucesos violentos y la película. Por tanto, su presencia también condiciona la política local y regional.

A finales del año pasado, el ejecutivo del condado, Steve Levy, promovió un proyecto piloto para que la policía local fuera designada también como agente de migración, según él, para enfrentar la amenaza de la violencia de bandas. De inmediato se movilizaron fuerzas como el grupo de Funk y Connelly para generar oposición, y hasta intervino el gobierno mexicano.

El cónsul de México en Nueva York, Arturo Sarukhán, envió una carta en noviembre a Levy, en nombre de los indocumentados y el gobierno de México, en la que expresa su "profunda preocupación" por la medida, y advierte que sólo provocaría mayores tensiones y problemas sociales en la región.

Tras indicar que los mexicanos contribuyen a la "vitalidad" de esta nación en sus aspectos económicos, sociales y culturales, Sarukhán señaló a Levy que el consulado, bajo la Convención de Viena, continuará ofreciendo asistencia legal a todos los connacionales en el condado de Suffolk.

Por último, advirtió que borrar la línea entre asuntos de derecho criminal e inmigración podría llevar a abusos de derechos humanos y le instó a encontrar alternativas.

Batalla en las calles

Funk, el Centro de Derechos Laborales y otros líderes comunitarios han mantenido el contacto con Sarukhán, y así se ha establecido un frente local contra las iniciativas antinmigrantes. Mediante ello, en cierta medida, las relaciones entre México y Estados Unidos se manifiestan más en las calles de Farmingville, que entre Washington y el Distrito Federal.

Los medios locales, como Newsday, y la asociación de policías del lugar también rechazaron la propuesta, que, bajo toda esta presión, fue abandonada por el momento. Pero las reacciones antinmigrante continúan entre los políticos de Long Island, considerada como una de las regiones suburbanas más segregadas de Estados Unidos.

Mientras tanto, un juez federal falló hace dos semanas que es procedente la acción legal civil contra los acusados de la golpiza a los dos jornaleros -que están cumpliendo condenas de 25 años de prisión-, porque se busca establecer daños materiales contra ellos. En su demanda, los dos trabajadores, Israel Pérez y Magdalena Estrada, acusan que sus atacantes -Christopher Slavin y Ryan Wagner- los privaron de la misma seguridad gozada por la gente blanca, conspiraron para crear un clima de temor dentro de la comunidad latina y los privaron de sus derechos fundamentales de libertad de expresión y de libre asociación.

Aunque la demanda busca 66 millones de dólares en daños, el abogado de los trabajadores, Fred Brewington, declaró: "este caso no se trata de dinero... La gente tiene el derecho de venir a este país y no ser sujeta al abuso o golpizas a causa de su idioma, el color de su piel o su origen nacional".

Este pueblo en medio de Long Island, a una hora por carretera de la ciudad de Nueva York, es un epicentro del cada vez más intenso debate sobre la inmigración y sus efectos en diversas ciudades y regiones de Estados Unidos. El cambio inevitable promovido por la migración genera temor, pero el futuro aquí, como en México, depende cada vez más de esta dinámica. Quieran o no, los inmigrantes mexicanos en Farmingville, como en tantas otras esquinas de este país, ahora son vanguardia.

 
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