Otra vez los precios del petróleo
Durante varios días los precios de las variedades mejor cotizadas de crudo han estado arriba de los 50 dólares por barril. Esto sólo había sucedido durante octubre de 2004. Y, claro, ha dado lugar a una discusión sobre los precios del petróleo para el resto del año. Las causas de corto plazo que se mencionaban en las notas informativas, como el clima, una declaración de alguien de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) o incidentes en algún país petrolero, son totalmente insuficientes para explicar el fenómeno en su conjunto, porque las ondas frías ni se acumulan entre sí ni hacen desaparecer los periodos relativamente cálidos habidos entre una y otra de ellas.
Otros datos, no tan publicitados, apuntan más al fondo del asunto. La producción petrolera de Rusia, que durante años fue aumentando, ahora ha ido a la baja. Hablamos del segundo exportador mundial.
La demanda ha seguido creciendo, mientras la producción petrolera de la mayoría de los países que la tienen ha seguido declinando. La OPEP ha logrado cierta estabilidad en su oferta. El ministro del Petróleo de Arabia Saudita, primer productor y exportador mundial de crudo, dijo que se podía, para el resto del año, esperar precios de 40 a 50 dólares por barril. Se ha hablado de que ésta es, en realidad, la nueva "banda" de precios de la OPEP, que anunció que desaparecía la anterior, de 22 a 28 dólares, pero sin anunciar otra en su lugar.
Todo este cuadro confirma lo que dijimos a fines de 2004, durante la discusión entre la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (con su ridículo "pronóstico" de 23 dólares por barril para la mezcla de exportaciones petroleras mexicanas durante 2005) y la Cámara de Diputados (que fijó el precio de 27 dólares). Señalamos que ambos se quedaban cortos, obviamente los de Hacienda todavía peor.
Por si lo anterior fuera poco, un tecnócrata de los que sólo quedan aquí -y que por lo visto es de la escuela de los que prefieren no leer los periódicos, no les vaya a dar un ataque de nervios- declaró, mientras esto sucedía, que si bajaba el petróleo iban a recortar el presupuesto. La manía tijereteadora no es muy novedosa en estos peculiares tecnócratas. Tampoco estoy seguro de cuántos queden de los que disfrutan amenazando sobre una supuesta baja de precios que sólo existe en su mitología.
Volviendo a la realidad, no es la primera vez que los precios altos del petróleo coinciden con una baja del dólar, especialmente notoria frente al euro, aunque también se da frente a otras divisas.
Ahora, el punto de partida fue una declaración procedente de los medios del banco central surcoreano de que en la medida en que aumentaran sus recursos esta institución diversificaría las monedas en las cuales invertía. Esto, sumado a las medidas ya en curso en Rusia en un sentido similar y a rumores en los medios bursátiles de que China seguiría un camino parecido, precipitó la caída del dólar. Ya antes, países de la OPEP habían estado cambiando, poco a poco, sus divisas a otras monedas fuertes alejándose del dólar.
Esto se relaciona con el petróleo caro, porque con el dólar devaluado y los precios del crudo fijándose en esta moneda, pues el precio real bajaba y se produjo la reacción. Pero en unos días se soltaron declaraciones de funcionarios de varios países, incluidos algunos de los mencionados, de que no pensaban vender dólares.
En realidad, las declaraciones no son tan contradictorias como puede parecer. Si un banco central vende dólares, induce la caída de esta moneda y devalúa la parte de sus reservas que está en documentos estadunidenses. Lo que han hecho en muchos casos es que las nuevas reservas de divisas ya no las adquieren en dólares, sino en euros o en otras divisas. No venden dólares, pero tampoco los compran, más que en cantidades casi simbólicas. Entonces, el gobierno de Estados Unidos no recibe el crédito, el préstamo de dinero que necesita para compensar su déficit en la balanza comercial y en su presupuesto. Además de que está pagando más por el petróleo que importa.