LA VIDA (BREVE) EN SAN LAZARO
Despertamos
En menos de una generación el pueblo pasó de súbdito a ciudadano
AQUI EN SAN Lázaro los signos de rechazo a la intentona de eliminar
de la contienda presidencial a Andrés Manuel López Obrador se multiplican. La resistencia no sólo abarca al PRD, sino a segmentos importantes de PRI, PAN y de todos los partidos. Se está reflejando el despertar popular. De acuerdo con las encuestas, 72 por ciento de los ciudadanos considera ilegal el desafuero; 52 cree que el mandatario capitalino no es responsable de desacato; 56 piensa que todo es una campaña para impedir que sea candidato; 51 está dispuesto a manifestarse públicamente en contra, y 16 por ciento (lo que representaría unos 11 millones de personas) estaría dispuesto a participar en la resistencia civil.
ES NATURAL QUE diputados y senadores se opongan también. La base política de la ofensiva se puede desmoronar. La base jurídica, nunca ha existido.
QUIENES ORGANIZARON ESTA aventura no se han dado cuenta de lo que cambió el país en los 20 años recientes. En el fondo está una revolución cultural de la que casi no se habla y muy poco se escribe. El pueblo ha despertado porque es mucho más moderno que en 1986, cuando el PRI le robó al PAN las elecciones en Chihuahua (fraude patriótico). Y más exigente, organizado e informado que en 1988, cuando le robaron a Cuauhtémoc Cárdenas la Presidencia de la República. Entonces la gente se sometió y todavía pudo absorber los fraudes, descalificaciones, ataques y hasta crímenes con los que Carlos Salinas pretendió acabar con el PRD. Hoy, un intento de aniquilación como el que ha decidido el presidente Vicente Fox está condenado al fracaso. No sólo o no tanto por el juego de intereses de la elite, sino por la presencia de un elemento nuevo: la movilización popular en todas las regiones del país. Para dar un ejemplo: las redes ciudadanas que apoyan a López Obrador y a su proyecto se triplicaron a partir de que se reactivó el proceso de desafuero.
LA SOCIEDAD MEXICANA ha elevado su nivel de escolaridad en las dos décadas recientes. Lee más periódicos y libros que nunca. Los programas de radio están saturados de información política. Las televisoras han ampliado su oferta. Todos los problemas nacionales se discuten. A los poderosos se les critica, se les caricaturiza y se les pide cuentas y resultados. Las organizaciones no gubernamentales suman ahora miles y son vehículos de participación mucho más ágiles que los partidos. El debate se extiende y la población ya no se traga el viejo discurso de la defensa del sacrosanto estado de derecho. Quien hubiese salido de México a un país lejano a principios de los años 90 y regresara ahora sin haber recibido muchas noticias de aquí, no daría crédito al cambio que se ha producido. En verdad este pueblo pasó de la condición de súbdito a la de ciudadano en menos de una generación.
ESTA REVOLUCION CULTURAL se va a prolongar todavía muchos años. Calculo que se necesitarán otros 20 para completar su maduración. Faltan muchas cosas por terminar: una reforma institucional, regular el poder de los medios, hacer propios los nuevos valores a escala individual, familiar, empresarial, eclesiástica, etcétera. Pero nuestra transición va. Si la comparamos con nuestra escasa tradición democrática, está resultando ejemplar por su solidez. Salvo locuras mayores de los políticos, será irreversible.
¿CUALES SON LAS causas de estos cambios? Son múltiples, y señalo dos: la decadencia económica que ha actuado primero como detonador y después como acicate de una conciencia crítica, y la influencia internacional. A partir de 1989 se hundieron en el mundo y en América Latina los regímenes autoritarios. En nuestra América la alternancia se volvió común. Era imposible que México permaneciera al margen de la historia contemporánea.