Catolicismo: debacle en zonas indígenas

Diversas corrientes protestantes han absorbido cada vez más creyentes

JOSE GALAN

El catolicismo afronta un retroceso en las comunidades indígenas del país. Según investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), 11 por ciento de la población india ha abandonado esa fe y abrazado diversas corrientes de protestantismo, lo que ha provocado fuertes problemas sociales.

El fenómeno de la conversión del catolicismo a alguna de las variantes del protestantismo se multiplica de forma rápida en los distintos grupos étnicos, afirma la investigadora Alicia Barabas Reyna, y pone como ejemplo Oaxaca, estado donde hasta 90 por ciento de la población indígena practica religiones distintas al catolicismo.

"Hay municipios donde más de 90 por ciento de la población se ha convertido al evangelismo", agrega la también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias. "Es un fenómeno que crece a pasos acelerados, y sucede en lugares donde provoca fuertes cambios en la cosmovisión y la práctica ritual de las comunidades", expresa.

La investigadora enumera entre las principales causas de este fenómeno la labor de proselitismo de los evangélicos de puerta en puerta y la migración, principalmente a Estados Unidos, e indica que también hay motivaciones para la conversión religiosa como la necesidad de abandonar vicios, particularmente el alcoholismo, que afecta de manera profunda a varias de esas comunidades.

Se trata, además, de un fenómeno que abarca a muchos países en Latinoamérica. Análisis realizados por órganos como la Congregación Vaticana para los Obispos señalan que en México, segundo país con mayor número de católicos en el mundo después de Brasil, los practicantes de ese culto representan 88 por ciento de los cerca de 102 millones de habitantes, casi 10 por ciento menos de lo estimado a mediados del siglo XX.

El Consejo Latinoamericano de Iglesias ha advertido que en la región "el catolicismo vaticano está en retroceso, ya que no ha sabido responder a la demanda de los fieles", además de que "ha mantenido estructuras jerárquicas alejadas de las personas". Según el llamado Anuario pontificio, el número de sacerdotes cayó 3.7 por ciento y el de monjas 20.9 por ciento en 26 años.

En el caso de las comunidades indígenas, la etnóloga Barabas Reyna recuerda que el proceso de reconversión religiosa tuvo su gran detonante en la década de los 50 del siglo pasado, cuando miles de indígenas migraron a Estados Unidos con el Programa Bracero. Allí conocieron y se convirtieron a alguna de las variantes evangélicas.

"Años más tarde, los indígenas que regresaron a sus comunidades se constituyeron en el semillero para la conversión de un mayor número de gente. De allí que haya una fuerte relación entre migración y conversión religiosa", explica.

Pero también la atención que reciben los indígenas por parte de los representantes de las religiones es un factor importante. Datos de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones apuntan que en México hay un sacerdote por cada 7 mil 200 feligreses, mientras que en las iglesias evangélicas esa relación es de un pastor por cada 230 creyentes. Por si fuera poco, la edad promedio de los curas católicos se ubica en 65 años, mientras que en el caso de los pastores protestantes la edad promedio es de 32 años.

Esta conversión religiosa no ha dejado de crear problemas sociales en algunas comunidades de Chiapas, Oaxaca y Michoacán, estados considerados por Barabas Reyna "de mayor conflicto" por situaciones religiosas. Sostiene que esto se debe a los "sistemas rígidos" con que se gobiernan varios pueblos, y que muchas veces llevan a la expulsión de los conversos al protestantismo.