Coloquio de Programas Universitarios de Lenguas Indígenas Mexicanas
La modernidad acelera la desculturización entre niños y jóvenes, insisten especialistas
El dilema de la fragilidad de las culturas e idiomas indígenas frente a la cultura occidental y la lengua catellana, ambas dominantes en México, fue uno de los varios temas fundamentales que emergieron durante el Coloquio de Programas Universitarios de Lenguas Indígenas Mexicanas, realizado este miércoles.
Al igual que en la otra reunión organizada el lunes y el martes pasados por el naciente Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas (Inali) -el Coloquio de Academias de Lenguas Indígenas Mexicanas-, durante las intervenciones de ayer de nuevo se habló de la desculturización acelerada que la modernidad causa sobre todo en niños y jóvenes.
Por ejemplo, el catedrático y escritor maya Javier Gómez Navarrete comentó que en el estado de Quintana Roo, ante los cuestionamientos a los jóvenes de por qué les falta interés por su cultura y lengua maternas, respondieron:
''Yo no como maya", en referencia a la poca ''utilidad" práctica que ambas tienen en lo social o laboral.
Volver los ojos a los valores culturales
Juan Benito de la Torre López, escritor tzotzil y presidente de Sna Jtz'ibajom (La Casa del Escritor), de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, reflexionó:
''Nuestros jóvenes estudiantes, a diferentes niveles, están sufriendo de graves carencias educativas que los acomplejan y les hacen despreciar su cultura, desvalorizándose así ellos mismos, porque todo está desarrollado de acuerdo con el sistema educativo occidental moderno y dominante."
Y agregó: ''Es muy preocupante, porque la pérdida de una lengua es como la pérdida de un alma o un espíritu, que ya no tiene valor, no tiene identidad".
O como dijo el profesor Maximino Sánchez Ventural, presidente de la asociación civil Colegio de la Lengua Mixteca (Colemix) Tu'un Ñuu Savi (el idioma del país de la lluvia):
''La lengua propia es la raíz, sustento y prolongación de la identidad de una cultura, de una nación. La única forma de revitalizar la milenaria cultura mixteca es volviendo los ojos a sus valores culturales. Ello hará que los mixtecos como etnia no desaparezcan de la faz de la tierra y que puedan ayudar al engrandecimiento de la cultura universal con sus valores y su lengua escrita."
Sea como sea, en ambos coloquios, organizados por el Inali en la Secretaría de Educación Pública, en el contexto del Día Internacional de la Lengua Materna, celebrado el lunes 21, quedó claro que las academias de lenguas indígenas y los programas que desarrollan varias universidades del país saben cuál es el camino, pese a la falta de apoyos y de interés oficial o en sus propias comunidades.
Es decir, asumen que deben fortalecer la propia cultura para que cada ciudadano indígena pueda estar preparado para interactuar con la cultura y la lengua dominantes, así como con fenómenos derivados de la migración a las ciudades, los medios de comunicación masiva, la creación de zonas industriales, de corredores turísticos o la construcción de supercarreteras.
Utopía o no, así lo plantearon ellos mismos. Por ejemplo, la Academia Campechana de la Lengua Maya (U Ajau Uoóij Kanpech), representada en el coloquio por Gaspar Cauich y Blanca Campos, pretende, entre otras cosas, despertar la ''valoración de la identidad" mediante cursos de lengua y cultura maya a niños, jóvenes y adultos.
Absurdo constante
Entre muchos otros problemas planteados en el coloquio, destacó uno más concreto, mencionado por varios docentes bilingües. Se trata del absurdo que padecen -o buscan- muchos mentores al ser ubicados laboralmente en lugares sin considerar su especialidad.
Por ejemplo, Pedro Pérez Martínez, participante en el coloquio como integrante del Proyecto de Gramáticas y Diccionarios de Lenguas Indígenas de Chiapas, comentó que a él, como profesor bilingüe de español-tzotzil, lo han enviado a trabajar a zonas tzeltales como Chanal, Oxchuc o Tenejapa.
Aunque una consecuencia positiva es que ahora domina el tzeltal en 80 por ciento, expresó que aún desea que lo ubiquen en una población tzotzil, porque es la lengua y la cultura que domina plenamente. Originario de Huixtán, Pérez Martínez sólo ha sido enviado por breves periodos a otros pueblos tzotziles, como Chenalhó y Mitontic.
En el fondo, dijo, es un problema con dos aspectos esenciales: el sindical, pues el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación apoya a muchos maestros que, aunque no hablen la lengua, buscan estar cerca de sus lugares de origen, lo cual además es un derecho laboral; y el ético, pues los maestros deberían buscar irse a dónde son más necesarios y puedan aportar más a sus alumnos.